Ruta a las ermitas Yebra de Basa. Aprovechando el buen tiempo, merece mucho la pena acercarse a esta población para realizar esta bonita excursión. Podremos conocer un paisaje espectacular y de paso pasar un estupendo día en la naturaleza.
En esta ruta conoceremos el sorprendente número de ermitas que nos vamos a ir encontrando por el camino. Del mismo modo, disfrutaremos de unas magníficas vistas del Valle de Basa a lo largo de la ascensión.
Es una excursión de senderismo bastante sencilla que puede realizarse con los peques. Nos llevará aproximadamente unas 2 horas de subida y 1h 40 minutos de bajada. La ruta es de ida y vuelta por el mismo camino.
Hay que contar con la capacidad o la costumbre de andar por la montaña que tengan los participantes. La subida de desnivel total es de unos 610 m y ascenderemos hasta una cota de unos 1500 metros.
Ruta de las ermitas Yebra de Basa
La ruta comienza en la localidad de Yebra de Basa. Atravesaremos el pueblo siguiendo la calle principal. Unos 100 m después de pasar el pueblo encontraremos un desvío señalizado a nuestra derecha. Giramos en él hacia las Cuevas de Santa Orosia.
Al llegar a una señal que prohíbe continuar en coche, aparcaremos allí nuestro vehículo (también podemos dejarlo en el mismo pueblo de Yebra de Basa).
Punto de partida de la ruta
En el mismo inicio de la excursión nos encontraremos la primera de las ermitas. Es la llamada Ermita del Angusto y está ubicada en el cruce de la carretera.
Desde esa ermita, tomaremos el camino señalizado a nuestra izquierda. La primera parte de la excursión discurre por un camino hasta llegar al Barranco de Santa Orosia. En este punto, podemos observar el caudal de agua que baja por el barranco. De este modo sabremos cómo encontraremos la espectacular cascada del Chorro, pues va en función del agua que baja por este barranco.
Al poco de comenzar nuestro itinerario, nosotros nos encontramos a un grupo de vacas pastando en un gran prado. ¡Verlas tan de cerca hará las delicias de los peques sin duda! Hasta nuestra perrita quiso acercarse a una de ellas para ver lo que era, jaja.
A lo largo de todo el trayecto veremos correctamente señalizado nuestro camino. Comenzamos andando por un tramo de senda, en el que encontraremos algunos escalones. Proseguiremos nuestra ruta por este sendero sencillo, en una ascensión poco pronunciada.
Barranco de Santa Orosia
Pronto llegaremos a la altura de un par de ermitas más, son como casetas de pequeño tamaño. Son la Ermita de Escaronillas y la Ermita de las Rodillas. Esta última es espectacular, ¡pues tiene incrustada una gran roca que se integra en su construcción! Todas ellas siguen la misma línea de singular formación y un color blanco que destaca en el entorno.
Después de una hora aproximada de caminata, volvemos a encontrarnos con el cauce del Barranco de Santa Orosia. Lo cruzaremos cómodamente a través de un puentecito. En este punto estamos a mitad de camino en nuestra excursión, así que es un buen momento de descansar si es necesario.
Aprovecharemos para beber agua y hacer un pequeño parón, si los peques están un poco cansados. De paso, podremos admirar la belleza del paisaje y fijarnos en la curiosa flora que nos rodea. ¡Hay especies de plantas muy chulas y sorprendentes, que seguro que llamarán nuestra atención!
Continuamos nuestro camino y un poco más adelante podemos tomar una pequeña senda que lleva hasta la Cruz de a Gualda. Es interesante acercarse hasta esta atalaya, porque desde allí tendremos unas impresionantes vistas de todo el Valle de Basa.
Conforme seguimos nuestra ascensión, distinguiremos la pared de roca donde se encuentra nuestro destino. Desde el sendero por el que andamos, iremos acercándonos hacia ella. Poco a poco incluso veremos las ermitas que se encuentran al final de la ruta.
Bifurcación de caminos
Llegaremos enseguida hasta un tramo en el que hay un cruce de senderos. Vemos una señal en la que nos muestra un desvío hacia Santa Orosia. Nosotros no tomaremos este camino, sino que continuaremos por el de nuestra izquierda.
Poco a poco nos vamos acercando cada vez más a la faja de roca. Y de repente nos encontramos la espectacular vista de la cascada y las Ermitas de San Cornelio y de La Cueva.
Cascada del Chorro
La imponente cascada del Chorro cae desde lo alto de la pared, precipitándose de forma vertical hasta cerca del sendero por el que caminamos. ¡Es un lugar majestuoso e increíble!
En este último tramo ya podemos escuchar las voces de numerosas personas y familias con niños. Es la zona más espectacular del recorrido, así que sueles encontrarla siempre con gente tomándose fotos y contemplando la belleza del lugar.
A medida que ascendemos y nos acercamos a la pared y las ermitas, no podremos dejar de sorprendernos del fantástico paisaje. Recorreremos esta cornisa para ver su esplendor desde todos sus puntos.
Podremos acercarnos a la Ermita de San Cornelio, la que se encuentra más abajo. Para ello, tomamos la faja que discurre por debajo de la cascada. Tendremos cuidado en algunos puntos, porque el suelo mojado por el agua patina un poco en ese tramo.
Veremos la construcción de la ermita, a la cual se accede por unas escaleras de piedra. La puerta para acceder a su interior posiblemente la encontremos cerrada. Pero sólo ver su edificación, enclavada en la roca, ya es increíble. Sí que podemos subir a las escaleras y asomarnos desde lo alto, como si de una torre se tratara.
Tras la visita a esa ermita, volveremos sobre nuestros pasos para atravesar de nuevo el trayecto bajo la cascada del Chorro. Dependiendo de la época del año, incluso podremos observar cómo en la base hay algo de hielo o escarcha. El agua que cae, en invierno, se congela y forma una curiosa zona helada.
Ermita de la Cueva y llegada a la cima
Continuando por la faja, vemos que el sendero asciende hasta la ermita superior. En esta zona aprovechamos para observar el vuelo de numerosas aves. Este lugar es el hábitat perfecto para numerosas especies que sobrevuelan sobre nosotros.
Este punto del sendero está muy cuidado, con pasamanos y suelo firme de piedra. Atravesamos una puerta de hierro y nos adentramos en la ermita de la Cueva. Es preciosa en su interior, adaptada su construcción a la roca. Encontraremos un campanario en el que los peques no podrán evitar hacer repicar las campanas. ¡Su sonido retumba a través del valle y el barranco!
Traspasando al otro lado por dentro de la ermita, salimos a un pequeño balcón. Estamos justo debajo de la cascada y vemos cómo el agua cae delante nuestro. ¡Incluso sus pequeñas gotitas dispersas nos alcanzan!
Enseguida llegaremos a la altura de la Ermita de San Blas y la de Santa Bárbara. Continuando un poquito más adelante, llegamos hasta la cima. Es el punto más alto de nuestra ruta y en él está la Ermita de la Cruz. En esta planicie podremos divisar desde arriba las cumbres del macizo de Monte Perdido.
Si queremos, podemos continuar nuestro trayecto desde allí hasta la Ermita de Santa Orosia. No se encuentra muy lejos y se ve claramente el camino que lleva hasta ella. ¡Merece mucho la pena acercarse unos metros más para conocerla!
El regreso de bajada, lo haremos por el mismo camino por el cual hemos ascendido hasta allí. ¡Ha sido sin duda una excursión muy chula y hemos disfrutado de lo lindo de todo este entorno!
Cómo llegar a Yebra de Basa
Desde la N330 llegamos al comienzo de la circunvalación de Sabiñánigo. Allí tomamos la salida 406, que nos marca hacia Yebra de Basa y Fiscal (N260).
Por esa carretera, unos 7 km más adelante, llegaremos hasta Yebra de Basa. Rodeamos la iglesia por la izquierda y continuamos recto unos metros más. Desde allí ya vemos el comienzo de la pista asfaltada y llegaremos hasta el parking, donde dejar nuestro coche.
En las inmediaciones, encontraremos varios alojamientos cercanos para nuestro viaje. A partir de allí comienza a pie nuestra Ruta a las ermitas Yebra de Basa.
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