Revista Viajes

Ruta de 11 días por Eslovenia y Croacia en coche

Por El Mundo A La Vuelta @mundoalavuelta

Croacia era el destino perfecto para nuestras vacaciones al combinar playa, naturaleza y turismo urbano. Cuadrar un recorrido en coche no fue fácil ya que hay un montón de sitios interesantes para visitar, pero finalmente conseguimos organizar una ruta de 11 días visitando Croacia de punta a punta y además, incluir algo de Eslovenia, en junio de 2016.

Comienza el viaje…

Aterrizamos en Liubliana con dos misiones definidas: conocer la ciudad y comprar una silla de niño para el coche. La primera la cumplimos con creces, nos encantó la ciudad y mucho tuvo que ver el alojarnos en pleno centro, junto al puente de los dragones. Todo un acierto en una ciudad que se recorre principalmente a pie y contando con poco tiempo, como nosotros.

Super amables en la oficina de turismo, donde nos dieron todas las indicaciones necesarias y además, nos guardaron el bugaboo mientras íbamos a comprar la silla para el coche. Decidimos comprarla porque en alquiler nos salía por 70 euros y como total necesitábamos una, nos ahorramos la mitad adquiriéndola allí ¡buena compra! El alquiler del coche todo un éxito, como ya os contábamos aquí.

Eslovenia: Ljubljana, Lago Bled,  castillo de Predjama y las cuevas de Škocjan.

Dedicamos los dos primeros días del viaje a conocer algo de Eslovenia.

En Lubliana recorrimos la ciudad paseando junto al río Ljubljanica, subimos en funicular al castillo, visitamos el mercado Central y la Catedral de San Nicolás, el Ayuntamiento, el Triple Puente y el Puente de los Zapatos… en general, una ciudad agradable de visitar y con un montón de terrazas donde sentarte a disfrutar del día mientras tomas el aperitivo ¡nos gustó!

El Lago Bled fue una decisión muy meditada. No nos pillaba a mano en el recorrido planeado, pero por otro lado ¿cómo puede uno no visitar el lago Bled estando en Eslovenia? Decidimos ir y fue todo un acierto… no es más que un lago, es cierto, pero tiene un encanto especial que nos hizo pasar allí más tiempo del acordado y luego tuvimos que cambiar la ruta, pero sin problema.

Las Cuevas de Skockjan son otro imprescindible en la visita a Eslovenia. Dudábamos si visitar Postojna o Skockjan, pero las primeras nos parecieron mucho más flojas y turísticas, con el trenecito y demás, así que nos animamos con Skockjan ¡son espectaculares! Se recorren en grupos organizados, totalmente a pie, espectacular tanto el interior como el exterior.

Y por último, el Castillo de Predjama. Llegamos tarde y no visitamos el interior pero no nos importó demasiado, la imagen del castillo integrado en la roca ya de por sí vale la pena.

Croacia, ¡allá vamos!

Recorrimos Croacia desde Istria hasta Dubrovnik, pasando por Funtana, Porec, Pula, Plitvice, Zadar, Sibenik, Biograd na Moru, Trogir, Split y Makarska. En Dubrovnik vuelo de regreso a Londres.

Para los dos primeros días tomamos como base Funtana. Viajando con un niño es bueno contar con piscina y espacio para jugar y correr sin estar encerrado en un hotel, por eso la opción de un camping nos pareció buena. Desde allí planeamos visitar Pula, Porec y Rovín, aunque no tuvimos tiempo para esta última.

Pula cuenta con uno de los seis anfiteatros romanos más grandes que se pueden visitar actualmente y además, conserva los tres órdenes clásicos conservados perfectamente. Paseando por la ciudad puede visitarse también el Templo de Augusto (hay un parque de niños al lado, por si os hace falta), el Arco de los Sergios y el Museo Arqueológico. Merece una visita, sin duda.

Porec es una ciudad con aires mediterráneos, con preciosas callejuelas y lugares patrimonio de la humanidad, como la Basílica de Santa Eufrasia.

Naturaleza: Plitvizca Jezera National Park

Dejamos atrás la Península de Istria para visitar el Parque nacional de los Lagos de Plitvice. Al calcular el tiempo de ruta no caímos en cuenta que los últimos km serían atravesando la montaña ¡gran error!, nos tocó conducir por carreteras estrechas, oscuras e interminables en plena noche, aunque finalmente conseguimos llegar sanos y salvos al alojamiento junto a los lagos Plitvice.

Del parque, ¡qué decir! es un punto a visitar en una ruta de este tipo sí o sí. Naturaleza en estado puro aunque bastante gente en algunos puntos. Nos animamos con la ruta de 4 horas pese a ir con un niño y aunque en algunos puntos tuvimos que llevarlo en brazos, aguantó bastante tiempo en su mochila. Cascadas, senderos y lagos con mil tonalidades de verdes y azules que no dejan indiferente a nadie.

El mar: Biograd na Moru, Zadar y Sibenik

Cada ciudad de esta ruta tuvo algo interesante. Si hay que quedarse con algo de Sibenik, probablemente sería la Catedral de St. James, patrimonio mundial y en Zadar, sin dudarlo ni un segundo, el órgano marino. Tomamos como base durante un par de noches una casita en Biograd na Moru que apenas pudimos aprovechar. Deseando regresar a Zadar para dedicarle más tiempo.

La historia: Trogir, Split y Makarska

Para la siguiente etapa del viaje tomamos como base, sin imaginarlo, un lujoso apartamento en Makarska y desde allí nos desplazamos a Trogir, Split y aprovechamos para visitar la famosa playa de Punta Rata en Brela, aunque nos costó encontrarla.

En Trogir comenzamos visitando el mercado de alimentación junto al puente y de ahí, nos adentramos en la ciudad. El castillo, la catedral, la torre del reloj con vistas sobre la ciudad… interesante. Split no lo fue menos, no todos los días uno puede recorrer el Palacio de Diocleciano, especialmente cuando puedes hacerlo recorriendo las calles al aire libre y no sólo limitándose a un recinto. Algo especial, sin duda.

Broche de oro: Dubrovnik

Había que cerrar el viaje a lo grande, y qué mejor manera de hacerlo que visitando Dubrovnik. Estábamos cansados pero recorrer las murallas y visitar el centro de la ciudad merecía la pena. Importante comprobar con anterioridad la afluencia de cruceristas para evitar excesivas aglomeraciones, en la medida de lo posible.

La ciudad excepcional, lo único malo es que fuimos sin reservar nada y nos salió mal la jugada. Nos ofrecieron apartamentos a precios astronómicos, hoteluchos de mala muerte de los que huímos nada más llegar y finalmente, acabamos en un buen hotel con vistas excepcionales, pero a precio más caro del que hubiéramos querido pagar por pasar únicamente una noche.



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