Revista Viajes

Ruta de las nilsas (neila)

Por Trotaburgos @trotaburgos

COMO LLEGAR:

Hace unos días hemos hecho la Ruta de las Nilsas, en la localidad burgalesa de Neila. Ha sido un gran descubrimiento, ya que es una ruta de senderismo muy sorprendente y muy poco conocida. Atravesaremos bosques de pinos y también veremos hayas, robles, tejos, acebos, etc.

Una vez llegamos a Neila, tenemos que seguir la carretera BU-822 en dirección a Villavelayo. A unos 500 metros del pueblo veremos una pista que sale a la derecha donde hay un cartel indicando la ruta.

Cogemos la pista y podemos ir con el coche por ella durante casi 5 km. la pista está en bastante buen estado menos los 700 últimos metros donde encontramos algunos agujeros, pero que no presentan problemas para un coche normal. Antes de llegar al inicio de la ruta tenemos que vadear un río, pero está con cemento así que a nos ser que el río lleve mucho caudal, se puede pasar sin problemas con el coche.

Veremos un cartel con el inicio de la ruta, aquí es donde dejaremos el coche. Lo dejaremos lo mejor posible, siempre sin obstaculizar ningún camino y siendo cuidadosos con el medio ambiente. Hay sitio para unos cuantos coches.

RUTA DE LAS NILSAS (NEILA)

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:

Como decíamos la ruta es circular, el modo que nos proponen en el cartel es empezar por la derecha desde aquí. Pero nosotros lo hacemos al revés y creemos que muy acertadamente, por dos motivos. Primero porque es más suave al ser mayor la longitud de subida, pues si se empieza por la derecha, la mitad de la ruta es de bastante subida. Y segundo, que de esta manera se deja para el final lo más bonito de la ruta. Toda la ruta de preciosa, pero de esta manera iremos incrementando el nivel de belleza según vamos andando. La ruta está homologada, es la PRC BU-205. Tiene muy buena señalización, es muy difícil perderse.

Empezamos a caminar por la pista de Riofrío hacia la izquierda del cartel y poco a poco vamos ascendiendo, llevando el río a nuestra izquierda.

Básicamente lo que vemos son pinos, pero de vez en cuando vemos también algún tejo y acebos. La primavera hace que toda la vegetación esté exuberante, flores por todas partes.

El camino se hace en esta parte todo por pista, se anda cómodamente. Casi todo el tiempo vamos subiendo, pero de forma suave. Según vamos cogiendo altura empezamos a ver alguno de los picos de la Sierra de la Demanda.

Llegamos a un cruce y cogemos la pista hacia la izquierda, por la pista forestal de Peña Vicente. Esta perfectamente señalizado el cruce así que no tendremos ningún problema.

La pista atraviesa el cauce del Riofrío, pero no presenta mucho problema ya que hay hormigón. En el momento que pasamos nosotros baja poco más de un centímetro de agua. Tras algo más de 2 km. desde el inicio cogemos un cruce a la derecha y subimos por una pista forestal poco transitada. Empezamos a ver algunos hayas.

En 1,2 Km. desde el cruce por terreno ascendente pero cómodo, llegamos al Prado de Tabla Arobe. Es un pequeño pastizal verde rodeado de pinos y muchos acebos, al pie del Collado del Cantincao. Aquí aprovechamos para hacer la primera parada, beber un poco de agua y comer unos frutos secos. Tenemos la suerte de ver 4 cervatillos corriendo por una de las laderas.

Siguiendo las marcas continuamos nuestro camino por una senda que se adentra en un bosque de pinos. Seguimos subiendo de forma muy agradable y cómoda. De vez en cuando hacemos pequeñas paradas para ir sacando fotos.

Tras 1,2 Km. llegamos a la Nilsa Grande. Una pradera alpina salpicada de enebros, otros arbustos y muchas flores amarillas. El Riofrío la recorre con un cierto caudal, que no nos presenta ningún problema para cruzarlo.

A pesar de que el camino no se adentra en la pradera, nosotros si lo hacemos y damos un paseo por ella. Nos encontramos el esqueleto casi completo de un caballo. Estamos rodeados principalmente de pinos, aunque también vemos otras especies arbóreas.

Regresamos al principio de la pradera a buscar el cartel que señala la senda hasta la Nilsa Chica. Marca 1,5 Km. Siguiendo las marcas en los árboles recorremos siempre en sentido ascendente, entre pinos y algunos acebos. El camino es cómodo y muy agradable. Solo oímos el sonido de algunos pajarillos revoloteando.

Salimos del pinar y vemos una pradera, la Nilsa Chica, situada en un pequeño circo glaciar, rodeada de algunas cumbres como el Pico Muñalba o el Pico Tres Provincias. Aun se aprecian algunos neveros en las cumbres.

Es una pradera de montaña de origen alpino, que bien podríamos estar en pirineos. Es prácticamente llana y vemos numerosas charcas y bastante humedad por toda ella. Es lo poco que deja el sumidero de la Nilsa Chica, un sifón que absorbe la mayor parte del agua que desciende desde la laguna Oruga.

El tiempo empieza a cambiar y nos amenazan unas nubes que en breve nos descargan unas gotas de agua, pero casi ni caen al suelo y vuelve a salir el sol. Es lo que tiene la primavera, pero también es verdad que nos permite tener una temperatura muy agradable para disfrutar de este recomendable paseo.

Continuamos caminando, ahora viene la parte más durilla de la ruta, tenemos que subir entre pinos por fuerte pendiente. Pero tranquilos que es corta la subida y en unos minutillos llegamos a la parte más alta de la ruta. Esto hace que se nos abran unas preciosas vistas hacia los picos riojanos como el San Lorenzo.

Nos encontramos con un rebaño de vacas comiendo tranquilamente en estos verdes prados. Son bastante asustadizas y al vernos se mueven para dejarnos el camino libre.

A partir de aquí el camino es casi todo bajar hasta que lleguemos al coche. La senda se vuelve a internar por un bosque de pinos. Vemos un ternero corriendo entre los pinos en busca de su madre, escena que nos resulta graciosa por como va trotando.

Algunos hormigueros muy grandes con miles de hormigas hacen que el color de la tierra rojiza cambie a negro, o acebos que parecen abrazar a los pinos, son algunas de las maravillas que nos hacen ir disfrutando de todo lo que la naturaleza nos ofrece a cada paso.

Vamos caminando por roderas de algún todo terreno y senda, la vegetación sigue siendo principalmente pinos. La pendiente es bastante pronunciada, pero al hacerlo de bajada vamos disfrutando mucho más.

Vemos a lo lejos el Refugio del Dolar y hacia él seguimos caminando.

Al llegar vemos que es un refugio libre y abrimos el pestillo para ver el interior. Es pequeñito, tiene una pequeña mesa y una chimenea. Está muy bien conservado.

Cogemos la pista forestal de Peña Vicente siguiendo las indicaciones, según nos acercábamos al refugio hacia la izquierda. Subimos un poco para después volver a bajar. Vemos algunos ejemplares de pino de bastante antigüedad por la gran altura que tienen.

Tras unos 800 metros abandonamos la pista forestal hacia la derecha, para coger la Cuesta Arbejales.

Aquí vemos una choza de pastor como los que había antaño. Estas chozas estaban dispersas por la sierra, siendo su uso principal servir de refugio a los pastores para guarecerse del mal tiempo. Era un tipo de construcción muy empleado por pastores trashumantes hechos con piedras y vegetación. Todos los puertos de Neila (zonas altas de pastos en verano) tenían sus corrales para cuatro o cinco mil ovejas merinas, y cada puerto su choza de pastor, llamada "horma". A diferencia de otras chozas en otros lugares de España y de influencia extremeña, las chozas propias de Neila eran circulares y con tejado vegetal formados por palos, céspedes vueltos y basura.

La senda empieza poco a poco a encajonarse por el pequeño barranco que ha ido horadando el Arroyo Arbejales. Tenemos que cruzar el río varias veces, y para ello encontraremos pequeños puentes de madera. Esta es la parte más bonita de la ruta. Al principio vamos entre pinos y algunos acebos, pero poco a poco el paisaje vegetal va a ir cambiando.

Poco a poco empezamos a ver algunos hayas y robles y al cabo de un rato llegamos a una de las sorpresas de la ruta, la Cascada del Chorlón.

Chorlón es el nombre que se da en la zona a los saltos de agua más llamativos, de ahí que se conozca a esta cascada de 17 metros de altura como "El Chorlón de Neila". Según leemos, en inviernos muy fríos ha llegado a helarse completamente, formando una cascada de hielo.

Las hayas empiezan a apoderarse del paisaje, formando un bosque con mucho encanto. Durante toda la ruta hemos ido viendo algunos tejos, pero en esta parte se ven muchos más.

Seguimos atravesando algunos puentecitos y vamos por una senda cómoda entre el hayedo. En esta parte vamos más despacio, pues es bastante fotogénica.

En unos minutos llegamos al coche, justo cuando empieza a llover. Nos hemos salvado por los pelos de la lluvia y hemos disfrutado de este paraje como enanos. Es una ruta para hacer preferiblemente en primavera, ya que en pleno verano habrá zonas muy secas y los ríos llevaran poquita agua.

Como veis, es una ruta muy asequible para todo el mundo que este un poquito acostumbrado a andar, no tiene partes peligrosas y esta la ruta perfectamente marcada. Así que os animamos a que conozcáis esta ruta.

Neila tiene un pequeño restaurante con menú del día, donde podemos comer y si no, hay varios en Quintanar de la Sierra o en El Comunero de Revenga junto a la casa de la madera, donde os atenderán gustosamente.


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