Ruta para correr de 18 km. une tres pueblos del este de la Comunidad de Madrid: Villar del Olmo, Orusco de Tajuña y Ambite, casi en el borde de la vecina provincia de Guadalajara. El trazado, en forma de estrella de tres puntas, discurre una parte por lo que se llamó el tren de los 40 días, otra por la Vía Verde del Tajuña y la tercera, de vuelta al inicio, por una vía pecuaria.
1 de agosto de 2015
En estos días de tanto calor en Madrid, buscamos mi mujer y yo un sitio cercano pero diferente para correr por el campo, algo que no fuera “secano”. A unos 30 km. hacia el este descubrimos una ruta poco conocida aunque interesante.
La ruta:
Como decía, la ruta es circular. Válida para correr, pasear o andar en bici. Empieza y termina en Villar del Olmo. Hace una especie de estrella de tres puntas entre lo que podíamos llamar “el valle” que forma el rio Tajuña y un arroyo que desagua en él.
El terrero es variado, la primera parte camino, senda y algunos pequeños tramos de piedras de balastro sobre donde se asentaba la vía del tren. La segunda parte asfalto pero no carretera, vía verde. La tercera parte, salvo un trozo de carretera al salir del pueblo, camino de tierra, vía pecuaria, de ganado.
Respecto a la altimetría, el primer kilómetro es en subida fuerte. Los siguientes 6 o 6,5 km son de bajada, aunque con algunos toboganes tanto de subida como de bajada. Y el resto de vuelta hasta el punto de inicio, entre plano y subida pero muy suave.
Mapa de la ruta: Villar del Olmo, Orusco, Ambite, Villar del Olmo
Altimtetría de la ruta
Puedes navegar o descargarte los tracks de la ruta en el siguiente enlace de wikiloc --> aqui
Primera vía: El tren de los 40 días: Villar del Olmo – Orusco de Tajuña (7 km.)
Llegamos a Villar del Olmo con la mañana ya echada. Pasaban las 10:30 y aunque decían que estaban bajando las temperaturas, agosto es agosto.
Dejamos el coche en un pequeño parking en la parte alta, al inicio del camino, cruzando prácticamente todo el pueblo. También hay otro parking en el campo de fútbol, más abajo, donde terminaríamos la ruta.
La salida del pueblo es durilla, muy empinada, cogemos la calle Monte Señor, andando para calentar, cruzamos la carretera M204 por un puente y seguimos subiendo hasta dejar el pueblo atrás.
Vista de Villar del Olmo tras subir la cuesta
Antes de terminar el primer kilómetro, el camino que llevamos es cruzado por una senda. La tenemos que coger por la izquierda y entonces el terreno ya empieza a ser favorable.
Camino entre carrascas
Senda por la izquierda
La senda que hemos cogido es ya el trazado del tren de los 40 días. De las vías no queda nada pero a lo largo de todo el camino se va o en paralelo o sobre el propio trazado ferroviario.
Senda entre la trinchera del trazado ferroviario
¿Por qué se llama el tren de los 40 días? Parece ser, y según Wikipedia, que durante la guerra civil el bando sublevado, en su acercamiento a la capital, cortó los ferrocarriles de Levante y Andalucía. Ante lo que el presidente del gobierno (Juan Negrín) emprendió la construcción de una nueva línea férrea (esta) con el objetivo de tenerla lista en 40 días.
Esto es España y la obra se fue un poco de plazo, que si no me ha venido el del yeso, que si hay que sanear, total 100 días, pero se siguió llamando el tren de los 40 días.
A lo largo de todo el trayecto hacía Orusco vamos viendo restos de lo que fue este trazado ferroviario. Quedan varios túneles, aunque “tapados”, resto de una estación, los restos de la especie de “calle” o trinchera en la ladera del monte por donde iba la vía.
Uno de los túneles. Parece que aunque alguno no era necesario, los hacían también como refugio de bombardeos
senda sinuosa
Por aquí iba el tren
Tema aparte es el balastro (o balasto), encontramos algún tramo, corto, en el camino, con el suelo de piedras, de las que usan como cama para las vías del tren y, evidentemente, no es la mejor superficie para correr, pero así es el camino, como la vida, con tramos buenos y tramos malos, y no por eso vamos a dejar de avanzar…
Algún tramo de balastro
Despacito se llega lejos
A lo largo de todo el camino, de monte, entre carrascas, con constante olor a tomillo excepto cuando de vez en cuando hay alguna higuera cerca. Vistas al valle. Abajo la carretera, el arroyo, el camino por el que volveremos.
el valle
Telaraña gigante
por los pies de aquel monte volveremos luego
Otro tunel, medio tapado, también dicen que los han usado hace años para criar champiñones
Tomillo, aroma del monte
Divirtiéndome un poco
otro túnel, este bastante largo
otro más
Sobre el kilómetro 7 el camino desciende hasta llegar a la carretera. Aquí tenemos varias opciones: Una, volver por el mismo camino hasta el inicio; otra, subir (que pocas ganas) hasta el casco urbano de Orusco para ver el pueblo y coger desde allí la vía verde y; la tercera (la elegida), atajar cruzando la carretera para llegar desde aquí directamente a la vía verde.
Segunda vía: La Vía Verde del Tajuña: Orusco - Ambite (5 km.)
Cruzamos la carretera y, en sentido contrario a Orusco. Avanzamos por el borde del sembrado (por no ir por la carretera) hasta una fábrica de alfombras.
Fabrica de Alfombras, seguir la fecha pero no entrar (salvo que quieras una alfombra)
La fábrica hay que bordearla y cruzar un puente peatonal sobre el Tajuña al lado de un pequeño salto de agua.
desde el puente
para ver esto hay que meterse entre los juncos
Desde aquí ya se ve la vía verde. Bueno, realmente el suelo no es verde, es granate. La cogemos justo antes de pasar bajo un puente e iniciamos camino hacia Ambite.
Cogemos la vía "verde"
Serían sobre las 12:00 de la mañana del 1 de agosto, confiados en que por la tele habían dicho que iban a descender las temperaturas, nos habíamos aventurado a venir sin gorras y con una sola mochila con bolsa de agua para los dos.
Posiblemente la tele llevara razón y hubieran descendido las temperatura de “un calor que te mueres” a “un calor que te cagas”, pero no lo suficiente. Además, tampoco habíamos madrugado demasiado, total que las piernas se volvían perezosas, el trote era cansino, el calor sofocante y el agua prácticamente lo habíamos agotado. La inconsciencia es nuestra seña de identidad.
Vía Verde del Tajuña, tengo ganas de hacer la maratón un año de estos.
El camino de esta segunda parte va prácticamente paralelo a la “imaginaria” frontera con Guadalajara. Una vía verde, para quién no lo sepa, es un antiguo trazado ferroviario sin uso que ha sido rehabilitado para uso deportivo: montar en bici, caminar, correr. Hoy escasamente transitado ¿Será por la "caló"?.
Por la derecha tenemos monte y por la izquierda el valle del Tajuña, sus cultivos, su río, su carretera…
curiosas formas
bellotas minúsculas
Amarillo, el color de agosto
A lo largo del camino apenas sombras, en las que vemos paramos a beber el poco agua que nos quedaba y hacer alguna foto, por ejemplo, a los distintos árboles frutales que íbamos encontrando por el camino, no muchos, pero distintos.
almendro, olivo, nogal, granado, peral
Sobre el kilómetro once y medio, al llegar a un pinar, nos desviamos de la vía verde por un camino de tierra que salía por la izquierda, pero es igual, las dos alternativas se vuelen a unir más adelante al final del pinar, en una zona de ocio, con campos deportivos, parque infantil, una especie de jardín botánico con las especies de la zona, y allí había una fuente ¡Agua!
Ambite a la vista
Camino de tierra por debajo del pinar, al otro lado, la vía verde
Cardo
¡¡Fuente!!
ya lo dice el cartel
Tras beber, refrescarnos y llenar la bolsa de agua de la mochila, continuamos la marcha por el camino de tierra hasta llegar a un puente estrecho por donde la carretera, y nosotros, cruzamos el río Tajuña. Desde aquí subimos, andando, por las calles de este pueblo para cruzarlo y, ahora en bajada y corriendo ya, salir de nuevo a la carretera M215.
una calle de Ambite
Tercera vía: Vía Pecuaria: Ambite – Villar del Olmo (6 km.)
Salimos del pueblo por la carretera, pasando a la salida por las terrazas de algunos bares que invitan a quedarse. Por no ir por la carretera, cogemos un camino de tierra que va paralelo a ella hasta ver una antigua fábrica de harinas ahora reconvertida por una ONG en centro, creo, que desintoxicación.
Antigua fábrica de harinas
Intentamos seguir por la tierra y evitar la carretera. Seguimos rectos dejando la derecha una edificación relacionada con el tratamiento de aguas, pero no es buena idea. Tras avanzar por el borde de un sembrado, finalmente llegamos a un puente donde se une M2014 con la M215. Nos hubiera tenido más cuenta seguir por la carretera 200/300 metros para llegar al mismo sitio.
Al lado del puente encontramos un “curioso”, por llamarlo de alguna manera, monumento a los ojos. Está formado por tres arcos donde han puesto más de 200 azulejos de Talavera dedicados a los ojos. Azulejos que representa todo tipo de “ojos”, de personajes famosos, de lugares, refranes,… Parece que lo construyó un adinerado vecino de Ambite a principios del siglo pasado, nadie sabe muy bien por qué.
Monumento a los ojos
Azulejos de Talavera ojeados
Dejamos el monumento y cogemos la vía pecuaria que nos llevará de vuelta a Villar del Olmo. La vía va, a cierta distancia, paralela a la carretera. Entremedias el Arroyo del Val, aunque no parece que lleve mucha agua.
Restos de presa, parece que en otras épocas llevaba más agua el arroyo
En este camino, subida suave hasta llegar a Villar del Olmo, poco que destacar salvo el intenso calor manchego (aunque estemos en la Comunidad de Madrid) que nos aplasta contra el suelo.
vía pecuaria a Ambite
No hay sombras, salvo algún árbol por el camino que aprovechamos para parar a descasar del ritmo lento que llevamos y beber el poco agua que va quedando.
Ambite a la vista
La llegada a Villar del Olmo es por la parte de abajo, por el campo de fútbol, desde donde por un portal vemos como los niños disfrutan de la piscina municipal. Enseguida vemos enfrente de una iglesia una fuente de dos caños. Preguntamos a los paisanos que están por allí y nos confirman que se puede beber, es potable, pues a ello.
Fuente en Ambite ya, aunque también hay bares...
Pues hecho, ruta de 18 km por un lugar nuevo, cerca de casa, que merece la pena conocer, eso sí, elegir mejor época y hora.
Ay señor, jubílame pronto!