Tuve ocasión de visitar la Foz de Lumbier el año pasado por Semana Santa. Nuestro punto de partida era Pamplona, dónde nos alojábamos, así que sólo nos separaban de esta maravilla natural 37 kilómetros. Hay que llegar hasta la población de Lumbier y de ahí a un aparcamiento en el que hay que dejar el coche para empezar la ruta a pie. Todo está muy bien señalizado, no hay pérdida. El parking dónde hay que dejar el coche cuesta 2 euros y el comienzo de la ruta está es escasos metros.
La Foz de Lumbier es una garganta excavada en la roca caliza por el río Irati situado en la Sierra de Leire. Se puede recorrer a través de una sencilla Vía Verde por la que transcurría el tren Irati hasta 1955. Es una pista de arena muy llana apta para todos los públicos, muy fácil de hacer y con unas vistas impresionantes. El camino transcurre junto al río y atraviesa dos túneles sin luz artificial, así que cuando entras en ellos no se ve nada. Es una sensación extraña, hasta parecía que me mareaba sin ver nada.
Durante el recorrido sólo se escucha el ruido del agua del río y de las aves, que son otro de los atractivos de éste lugar debido a la cantidad de grietas y repisas en las que anidan grandes rapaces como el quebrantahuesos y el buitre leonado.
Al final del camino y por un camino casi inapreciable se puede ver el Puente del Diablo, llamado así porque cuenta la leyenda que su contructor pidió ayuda al mismísimo diablo para construirlo. Es del siglo XVI y fue destruido por los franceses durante la Guerra de la Independencia.
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