Erigieron las pirámides, una de las siete maravillas del mundo antiguo, la única que queda en pie. Alcanzaba desde el Delta del Nilo hasta la actual Assuan y más allá del Éufrates. Durante más de 3.000 años dominaron todo un imperio alrededor del segundo río más largo del mundo. El Antiguo Egipto es una civilización fascinante, en la que el poder del faraón dominaba a una sociedad subyugada por el poder que ejercía un amplio panteón de dioses. Y aunque a España no llegó la cultura egipcia como tal en aquel periodo, su legado en forma de vestigios arqueológicos sí que se puede encontrar en varios puntos de la península, por fortuna para el viajero amante del pasado. Quizás lo más representativo para ser visitado de aquella época se concentra en Madrid, Barcelona y León.
Madrid cuenta con un auténtico templo egipcio trasladado piedra a piedra desde el Alto Egipto hasta el Parque del Oeste, cerca de la plaza de España, en el lugar que antaño ocupó el histórico y sangriento cuartel de la Montaña: el Templo de Debod. La amenaza de las aguas de la presa egipcia de Assuan hizo que el gobierno del país africano regalara la obra arquitectónica en 1968 como reconocimiento por la ayuda española en el estudio y salvamento de los templos de Nubia y que se ubicase con esmero en Madrid. El templo, erigido en el año 200 a.C. y decorado con posterioridad, se encontraba en la aldea de Debod, a orillas del Nilo. Está dedicado a Amón de Debod y a la diosa Isis.
El Templo de Debod./OsvaldoGago
En él, el viajero podrá distinguir un vestíbulo (pronaos) decorado en época romana y una antesala (naos) de la que parten las tres capillas de cabecea. La visita de su interior muestra la valiosa colección de bajorrelieves trazados en sus muros, la historia del templo y la del tramo del Nilo rodeado de templos que anegó. Se trata, sin duda, de una visita interesante e insólita a uno de los lugares turísticos con historia de Madrid.
Por la calle Serrano, número 13, en dirección a la Puerta de Alcalá, se encuentra el Museo Arqueológico Nacional, situado en la parte trasera de la Biblioteca Nacional. En sus instalaciones se conservan extraordinarias piezas del Paleolítico, Neolítico, enterramientos de la Edad del Bronce, objetos de plata celtas, la Dama de Baza, la Dama de Elche o el Tesoro de Guarrazar. Pero sobre todo, y en el caso que nos ocupa, excelentes momias y sarcófagos egipcios, entre ellos el de Amenemhat, sacerdote de Amón.
La Sala de Antigüedades Egipcias del Museo Arqueológico puede dejar anonadado al viajero. Se exponen momias de personas que vivieron hace más de 2.000 años en Egipto. Cuenta con medio millar de piezas vinculadas al mundo funerario, en las que destacan los sarcófagos, ushebtis (pequeñas estaquillas funerarias), cerámicas, barcas de madera, terracotas, momias, bajorrelieves y estelas de falsa puerta, así como esculturas de divinidades en bronce.
Sarcófago de Taremetchenbastet en el Museo Arqueológico Nacional.
Junto a los sarcófagos y momias, también son visitables en esta sala los vasos canopos rituales, recipientes que almacenaban las vísceras humanas de los fallecidos. Representan a los cuatro hijos del dios Horus: Hamset, con cabeza humana, guardaba el hígado; Hapi con cabeza de mono, los pulmones; Duamutef, con cabeza de chacal, el estómago; Quebsenuf, con cabeza de gavilán, los intestinos.
El puente aéreo conduce al viajero de Madrid a Barcelona para seguir disfrutando de la historia egipcia en nuestro país. En el número 284 de la calle València se ubica el que quizás es el museo de titularidad privada más importante que existe sobre cultura egipcia en España. Fue el primero de temática faraónica inaugurado en tierra hispana y sus más de 1.100 piezas, sus constantes exposiciones temporales y su fondo bibliográfico especializado lo convierten en un referente dentro del ámbito de la arqueología egipcia.
El Museo Egipcio de Barcelona posee una colección permanente formada por más de un millar de obras para disfrutar de bien cerca la vida y las costumbres de una de las civilizaciones más fascinantes que ha conocido la historia. Entre otras piezas de gran valor sobresalen estatuas de faraones como Ramsés III o Nectanebo I, joyas y ajuar de oro del dios Osiris, ataúdes, máscaras funerarias, estelas, relieves, amuletos o momias. Asimismo, la galería barcelonesa realiza exposiciones temporales relacionadas con la vida de los faraones, Nefertiti o sobre el propio Tutankhamón.
Sarcófagos del Museo Egipcio de Barcelona.
Un tercer espacio de reciente creación relacionado con el Antiguo Egipto se puede disfrutar en la localidad de la Virgen del Camino, en León. Dos estatuas de dos metros de altura del faraón Seti I permiten el acceso al museo más original y diferente de Castilla y León, en plena ruta del Camino de Santiago. 300 piezas originales conforman la colección del Museo Liceo-Egipcio, desde la Prehistoria egipcia a objetos coptos, romanos o Art Decó inspirados en la tierra de los faraones. Como no podía ser menos, no pueden faltar en el museo los sarcófagos. Además alberga una biblioteca de 3.000 volúmenes y un campus arqueológico.
Este conjunto de lugares componen una pequeña muestra del legado que el Antiguo Egipto ha dejado para la historia. Y en España tenemos la suerte de poder disfrutar de una buena parte de sus tesoros patrimoniales. No es la única gran civilización del pasado que ha marcado su huella en la península ibérica. El esplendor de la Antigua Roma está muy presente en sitios como Segóbriga, Sagunto, Las Médulas, Itálica o Tarraco. Los visigodos fundaron ciudades como Recópolis y los árabes esplendorosas urbes como Medina Azahara. El viajero apasionado de la historia no se puede quejar.
Dónde dormir: Hotel Acta Madfor; Paseo de La Florida, 13; 28008 Madrid; teléfono: 915471400.
Dónde comer: Caoba Restaurant; Paseo del Pintor Rosales, 76 (Madrid); teléfono: 915503106.