Que Madrid no tiene un pasado romano y visigodo es bien sabido, pero quizás no sea tan conocido que en la región existen unos cuantos yacimientos arqueológicos relacionados con ambos pueblos que demuestran la presencia humana de milenios y siglos atrás. Que sin duda merecen la atención del viajero. Lugares con historia en forma de bellos conjuntos de piedra como Complutum, Navalvillar, Dehesa de la Oliva o Fuenfría. Cuatro itinerarios que conforman Historias en la Tierra, un conjunto de visitas guiadas y teatralizadas de la mano de los madrileños de la Antigüedad. Son gratuitas y se llevan a cabo los sábados a las 11.30 horas. La máquina del tiempo comienza a calentar motores…
Aunque Dehesa de la Oliva (Patones) situado en la confluencia de los ríos Lozoya y Jarama, incluye yacimientos del Paleolítico hasta la Edad Media, el principal es el que configura una ciudad carpetano-romana de unas 30 hectáreas desarrollada entre inicios del siglo II a.C. y la época visigoda. Alberga un poblado amurallado con una trama urbana bien desarrollada. Destacan una alberca, construcciones públicas, hogares y hornos. En las inmediaciones, se localizan otros hitos de interés histórico y visitables, como las ruinas de la ermita de Nuestra Señora de la Oliva, la presa del Pontón de la Oliva o diversos canales históricos del Canal de Isabel II.
Termas de ‘Complutum’, la Alcalá de Henares romana./Cruccone
También cerca de allí, merece la pena hacer una excursión a la cueva del Reguerillo, la Altamira de Madrid, descubierta en 1864, una galería de 300 metros con pinturas prehistóricas de peces, monos, un ciervo, un mamut y dos figuras humanas. Pero por desgracia, la cueva está cerrada y no es visitable. Patones de Arriba ha cobrado nueva vida como uno de los lugares turísticos de Madrid sobre todo por la restauración de las antiguas casas de piedra y pizarra de original estructura y distribución adaptada a las necesidades agrícolas y ganaderas.
El viajero se traslada ahora a Complutum, en la actualidad Alcalá de Henares. Enclavada en la fértil vega del río Henares, Complutum fue una destaca ciudad romana de la meseta castellana. Hoy puede visitarse el núcleo central de la antigua urbe: la fachada monumental, la basílica civil, las termas norte, el pórtico sur, el mercado, las termas sur, la Curia y el Criptopórtico, además de infraestructuras viarias como el Decumano III, el Cardo IV y la red de desagües. Uno de los principales elementos es el Perdón del Milagro, un gran muro romano que ha sido a lo largo de los siglos objeto de culto a los patrones de Alcalá (los Santos Niños Justo y Pastor), lo que ha permitido su conservación.
Calzada romana de Fuenfría./Miguel303xm
El primer emperador hispano de Roma, Trajano, de Itálica, la engrandeció para convertirla en sede de catorce legiones. De la ciudad de Complutum deriva el actual nombre de la universidad Complutense. En la época visigoda conservó su nombre e importancia y fue sede episcopal. Conquistada por los árabes, éstos le cambiaron el nombre y pasaron a llamarla Guad-al-Kala y también al-Kala Nahar, que derivó, con el paso del tiempo, en Nahar, Nahares y, finalmente, Henares.
En el yacimiento de Navalvillar, en Colmenar Viejo, su dehesa cuenta con dos importantes yacimientos visigodos para entender la transición entre el mundo antiguo y el medieval. Son dos aldeas situadas a escasa distancia una de otra y separadas por el arroyo de Tejada: los actuales conjuntos arqueológicos de Navalvillar, donde han quedado al descubierto tres áreas (viviendas, establos y almacenes), y Navalahija, donde destacan las estancias para trabajar el hierro. Ambos se hallan en las inmediaciones de la necrópolis visigoda de Remedios.
Restos en el yacimiento de Navalahija (Colmenar Viejo)/Nachosan
El último de los enclaves es el yacimiento de Fuenfría, en Cercedilla, donde al mismo tiempo que un viaje en el espacio también el viajero emprenderá una escapada al pasado. Aquí se halla un segmento de la vía XXIV del Itinerario Antonino que unía Toledo con Segovia, pasando por las estaciones viarias madrileñas de Titultia y Miacum. Llegado el Medievo surgió otro itinerario ganadero, el Camino Viejo de Segovia. En el siglo XVIII se acondicionó la bautizada como Calzada Borbónica para facilitar el acceso desde Madrid al recién creado Palacio de la Granja; un empedrado discurre desde el fondo del valle hasta el puerto.
Y ya en el siglo XX, fueron los montañeros los encargados de abrir nuevas rutas en la zona, como el Camino Schmidt, y se construyó la Carretera de la República o Camino de Prieto o Puricelli, hoy una pista forestal. Siguiendo las señales instaladas, es posible recorrer desde el Centro de Educación Ambiental hasta el Puerto de la Fuenfría, a través de una calzada, la misma que crearon y usaron los romanos, de trazado bastante rectilíneo, y con un alto valor ecológico, cultural e histórico.
Dónde dormir: Hotel Alcalá Plaza; C/ Hita, 4; Alcalá de Henares (Madrid); teléfono: 918783400.
Dónde comer: Restaurante El Alquimista; Calle del Chopo, 22; Patones (Madrid); teléfono: 918432938.