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Ruta por el Valle de Ambroz: ¿Qué ver en Hervás?

Por Rutasporespana @RutasporEspana

Ruta por el Valle de Ambroz: ¿Qué ver en Hervás?

La visita al Valle se puede hacer en cualquier época del año. Aunque sin duda en otoño, cuando los bosques de castaños se tiñen de colores amarillos y ocres, es cuando tenemos las estampas más bonitas. Además durante el mes de noviembre, se celebra el Otoño Mágico del Valle del Ambroz con numerosas actividades culturales y fotográficas de las que ya hablamos hace tiempo.

En esta ocasión hemos decidido acercarnos al comienzo de la primavera para visitar uno de los pueblos más importantes del Valle, Hervás, con uno de los cascos históricos más interesantes de la comarca, en el que destaca su Judería. Además aprovechamos para realizar la ruta de la Chorrera, una cascada en el nacimiento del río Ambroz, de la que hablaremos en otro post.

¿Cómo llegar a Hervás?

Desde Madrid salimos por la A-6 en dirección Villacastín, donde cambiamos a la N-110 dirección Ávila. A la altura de Piedrahita cambiamos a la SA-101 dirección Béjar. Antes de llegar a Béjar nos incorporamos a la A-66 dirección Cáceres, hasta llegar a Hervás. Si no disponemos de coche, podemos alquilar uno en cualquier capital española. En Rentalcars podemos comparar los precios entre las diferentes empresas de alquiler de coche y alquilar el más económico para el viaje.

¿Qué ver en Hervás?

Llegamos a Hervás a la estación de autobuses, junto a ella hay un parque bastante interesante si estuviéramos en Madrid, pero estando en el Valle de Ambroz rodeado de un entorno natural magnífico, pierde su importancia.

Pasado el parque, nos dirigimos a la zona monumental por la calle Braulio Navas, esta calle junto a las que salen de la plaza de las correderas en donde se encuentra la mayoría de los bares y restaurantes de la ciudad así que no tendréis problemas de encontrar donde comer.

Llegamos a la plaza de la Corredera, la principal plaza de la ciudad, aquí se encuentra el Ayuntamiento y la Oficina de Turismo.

Si bajamos por la calle Asensio Nella, encontramos uno de los museos más interesantes de Hervás, el Museo Pérez Comendador-Leroux. Un conjunto de esculturas y pinturas del matrimonio Enrique Pérez Comendador y la pintora francesa Magdalena Leroux. Aunque no te interese el arte tienes que tener en cuenta que la sede del museo es el Palacio de Dávila, así que solo por el edificio bien merece una visita.

Si más dilación nos acercamos a la iglesia de Santa María (siglo XVII), construida sobre una antigua atalaya, en el punto más alto de la ciudad. Desde aquí tenemos unas vistas 360º del Valle, ya que hay un pasillo que rodea toda la iglesia donde antes se encontraba el cementerio.

Llegamos a la zona más interesante de Hervás, su barrio judío, y es por lo que es más conocido Hervás. ¿Pero que es un barrio Judio? El barrio de Hervás junto a muchos otros como el de Cáceres o e de Toledo es donde vivían los judíos antes de su expulsión durante el reinado de los Reyes Católicos. Muchos tuvieron que coger sus cosas y huir por la frontera de Portugal, sin poder vender sus casas ya que el terreno pertenecía al señor feudal. En esta época vivían una veintena de familias que se encontraban en torno a las calles Rabilero y Sinagoga.

Tras el edicto de expulsión una parte se pasó al cristianismo (judíos conversos o cristianos nuevos) cambiando sus apellidos por otros cristianos. Aun así, la Inquisición, siempre puso en duda su conversión, por lo que sus nombres figuraban en la iglesia de Santa María y los de sus descendientes hasta pasada tres generaciones, como medida de control, y que no sirvió más que para separar a la gente y generar conflictos. Fruta de este hecho, ha quedado en el acervo popular la frase de "tirar de la manta", en alusión a la manta donde venía escrito el árbol genealógico de los judíos conversos. Incluso si alguno de los vecinos te denunciaba a la Inquisición por judaizante, te hacían llevar un saco bendito a modo de penitencia, es decir, te hacían cargar con el San Benito, otro de los dichos populares que han llegado hasta nuestros días.

Curiosidades a parte, la judería de Hervás que ha perdurado en nuestros días, es el trazado de las calles, y alguno de sus callejones. Ya que al ser casas de madera y adobe se pudrían por lo que han sido reconstruidas muchas veces. Así que la mayoría de la casas son modernas aunque manteniendo la arquitectura y materiales de la época, una construcción muy típica en el norte de Cáceres y en la Sierra de Francia en Salamanca.

Durante nuestro paseo por las calles de la Judería, nos encontraremos con algunos callejones estrechos. Incluso algunos que pasan desapercibido detrás de una pared, ya que eran callejones sin salida. Os preguntaréis para que eran esos callejones, curiosamente eran por cuestión de dinero. Ya que si construían la casa pegada a la del vecino tenían que pagarle por la pared que estaban utilizando así que para evitarlo construían a unos metros para ahorrarse la pasta, es que la picaresca nos viene de siglos.

Llegando al final de la judería, nos encontramos con el puente de la Fuente Chiquita, uno de los símbolos de la ciudad, el más fotografiado seguramente, llamado así por la pequeña fuente que hay a un lado. En este entorno cada año por el mes de julio se celebra la fiesta de los Judíos Conversos con una obra de teatro sobre el rio Ambroz. Un lugar que además, ha sido motivo de leyendas como la de "Maruxa, la judía errante":

Cuenta la leyenda que Julián, un cristiano viejo, estaba enamorada de Maruxa la hija del rabino Ismael, un hombre influyente e intransigente que veía con malos ojos esta relación. Una noche el rabino manda a unos sicarios a matar a la pareja, que se encontraban junto a la Fuente Chiquita, y que mueren apuñalados. Al día siguiente el joven es enterrado, pero en cambio Maruxa, fruto del fanatismo de su padre, no quiere que la entierren con los demás judíos, dejándola a la orilla del río Ambroz. Desde entonces, en las noches de inviernos se oye un murmullo junto al río, que son los suspiros de Julián y de la Maruxa que vagan recordando el martirio de su muerte.

Dejamos esta leyenda trágica, ya que a lo otra lado del puente a pocos metros, encontramos el Museo de la moto y el coche clásico. Un museo bastante interesante, que además en su tejado tiene uno de los mejores miradores de Hervás.

Damos media vuelta, atravesando de nuevo Hervás hasta la plaza del convento, donde encontramos la iglesia de San Juan Bautista de la Concepción. Formó parte del antiguo convento de los Padres Trinitarios. Su fachada es una réplica de la portada de la iglesia de San Nicolás en Valladolid.

Saliendo del pueblo encontramos las antiguas vías de tren que llegaba a Hervás y el puente de hierro por el que cruzaba, que debido a la falta de viajeros fue cerrada. Aunque sus vecinos siguen luchando para que vuelva a funcionar. Por ahora la Antigua Estación, alberga un Centro de Interpretación del Ferrocarril.

Cruzando las vías la pista asfaltada nos llevaría la ruta de la Chorrera de la que hablaremos otro día con más calma. Nuestra visita a Hervás no dio para más pero si te sobra tiempo te puedes acerca al vecino pueblo de Baños de Montemayor a visitar sus termas romanas.

Más información

Web de Turismo de Hervás: http://www.turismodehervas.com/

Dónde Comer

Hervás está lleno de bares y restaurantes así que no tendrás problema. Nosotros preguntamos a la gente de allí que nos aconsejara y todo el mundo lo tenía claro. Si queréis ir de tapas, lo mejores son: la Tapería del Convento (Calle Pizarro, 14) y la Taberna el Patio (calle Abajo, 5)

Y si queréis comer: A Fuego Lento (Calle Vedelejos, 6), El Almirez (Calle Collado, 19) y el Nardi (calle Braulio Navas, 19).

Dónde dormir

Nosotros estuvimos en El Jardín del Convento, una antigua casa familiar reconvertida en hostal con un jardín posterior que es una maravilla. Este y otros alojamientos los podéis reservar aquí.

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