Situada en el Campo de Montiel, Villanueva de los Infantes destaca por su conjunto histórico representativo del barroco y del renacimiento manchego, formado por numerosos edificios civiles, religiosos, palacios y casas populares de gran belleza.
¿Cómo llegar a Villanueva de los Infantes?
- En cocheDebemos tomar la A-4 hasta el Km 171 donde nos desviamos a Manzanares, luego la N-430 hasta La Solana y por último continuamos por la CM-3127 hasta Villanueva de los Infantes.
- En autobúsDesde Madrid tenemos los autobuses de SAMAR que nos lleva a la localidad, pasando por Tembleque y Puerto Lápice
¿Qué ver en Villanueva de los Infantes?
Llamada por los árabes como Jamila. Tras la batalla de Las Navas de Tolosa, fue conquistada por Alfonso VIII y repoblada por la Orden de Santiago. En el siglo XIV las poblaciones de Jamila y Peñaflor se trasladan a la preexistente de La Moraleja, ubicación actual de la población conjunta.
La localidad dependió de Montiel hasta 1421, en que el infante de Aragón don Enrique de Trastámara la hace independiente; en honor al emancipador y a sus hermanos pasó a llamarse Villanueva de los Infantes.
En 1573, Felipe II proclama la villa capital política y eclesiástica del Campo de Montiel, y capital de Gobernación de la Orden de Santiago. Pasando a convertirse en uno de los principales focos culturales de todo el país, con figuras tan importantes como Santo Tomás de Villanueva, el humanista Jiménez Patón, el artista Francisco Cano o los universales Cervantes, Quevedo o Lope de Vega.
También es de destacar un estudio de los catedráticos Francisco Parra Luna y Manuel Fernández Nieto que sitúan a Villanueva de los Infantes como El Lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiso acordarse Miguel de Cervantes. Un honor (deshonor según se mire) que se disputa con Argamasilla de Alba e incluso recientemente con Mota del Cuervo.
Empezamos la visita por la Plaza Mayor (siglo XVII) de estilo neoclásico siguiendo una planta trapezoidal. La fachada sur está formada por amplias balaustradas de madera sustentadas por zapatas y en los dos laterales podemos contemplar una sucesión de edificios con arcos, entre ellos el del Ayuntamiento.
En el lado norte tenemos la Casa Rectoral y la Iglesia de San Andrés Apóstol (siglo XVI). Destaca su portada principal de estilo clasicista y enmarcada en un profundo arco de medio punto y la torre de estilo herreriano. En el interior tenemos el púlpito de la cripta de Santo Tomás, un bello ejemplo plateresco totalmente cubierto de relieves, y la capilla donde fue enterrado Quevedo.
Seguimos por detrás de la plaza donde tenemos el Hospital de Santiago (siglo XVI) de estilo barroco, destinado a hospital de transeúntes. Anexa a él se encuentra la Capilla del Remedio. Aquí comienza la calle del General Pérez Ballesteros, uno de las calles más señoriales de la villa. En ella se sitúa la antigua Alhóndiga (siglo XVI), edifico renacentista cuyo interior alberga un magnífico patio de arcos sustentado por gruesas columnas. Fue construida para pósito real y casa de contratación hasta que, en 1719, pasó a utilizarse como cárcel.
En la cercana Plaza del Dr. Alberdi, tenemos la Casa del Arco (siglo XVI), con una de las fachadas más bellas de toda la localidad. Muy próxima se encuentra la Casa de los Estudios o Colegio Menor, lugar donde impartían clases los humanistas Jiménez Patón y Simón Abril, que contribuyeron con sus traducciones de los clásicos, a la consolidación del castellano como lengua literaria y científica.
Siguiendo por la calle de Santo Tomás, encontramos la Casa de Santo Tomás, de la que solo se conserva el escudo de la esquina. Terminamos en la Plaza de San Juan, el otro gran espacio urbano de la ciudad. A ésta se asoma la Iglesia del Convento de Santo Domingo (1526); en ella está la celda donde falleció Don Francisco de Quevedo en 1645, a la que sólo se puede acceder a través de la Hospedería Real El Buscón de Quevedo. El horario es martes y domingos de 11:30 a 13:30 y de miércoles a sábado de 11:30 a 13:30 y de 16:30 a 18:30.
Volviendo por la calle Cervantes, podemos contemplar el Palacio de Revuelta de estilo renacentista con puerta de madera claveteada; la Casa del Marqués de Melgarejo, edificio barroco de grandiosa portada clasicista; la Casa del Caballero del Verde Gabán, descrita por Cervantes en el capítulo XVIII de la segunda parte de El Quijote; o la Casa Cuartel de los Caballeros de la Orden de Santiago, de bella fachada rojiza.
Ya fuera del casco antiguo tenemos algunos edificios religiosos, como la Iglesia del Convento de los Trinitarios (1603), fundado por el beato Juan Bautista de la Concepción, cuyo interior alberga una talla barroca de Jesús Rescatado de gran calidad; el Convento de las Dominicas, en el que sobresale la portada-retablo, muy típica del barroco; y el Convento de las Monjas Franciscanas, del que se conserva sólo la iglesia, de interesantes retablos renacentistas en su interior.
Más información
Web de turismo: https://www.villanuevadelosinfantes.es
Dónde comer
Los más recomendables:
- El rincón de la Plaza (Plaza Mayor, 10): Precios asequibles y buena comida, sin pretensiones.
- Jaraiz Gastro 2016 (Calle Fuente, 11): Cocina tradicional con un toque innovador. Excelente relación calidad precio.
Dónde dormir
Si quieres hacer la ruta de los molinos de Ciudad Real y visitar Tembleque, Consuegra, Herencia, Puerto Lápice y Villanueva de los Infantes, aquí tienes los alojamientos de la zona.