El río Tormes baña con sus aguas a esta villa medieval, proporcionando una excelente zona de baño, a ello se le une una de las imágenes más bellas de Salamanca, la que forman las siluetas del Castillo y su Puente medieval.
¿Cómo llegar a Puente del Congosto?
En coche podemos coger la carretera AV-102 desde la N-110 o bien la SA-102 desde la A-66.
Si optamos por el autobús desde Madrid salen los autobuses que van a Béjar y que tiene parada en la localidad.
¿Qué ver en Puente del Congosto?
Con anterioridad a la llegada de los romanos estas tierras estuvieron habitadas por los vettones, pueblo de origen indoeuropeo, cuya principal ocupación era la ganadería.
La localidad tiene su origen en el siglo XI. Pasó a formar parte del realengo de la Tierra de Ávila hasta que en 1393, fue donada por Enrique III de Castilla a Gil González Dávila, convirtiéndose en el señor de la villa y de las Tierra de Puente del Congosto. Más tarde, fue transferido a la orden de Calatrava, y parece ser que la reina Isabel I pernoctó en dicho castillo.
En 1500, los Reyes Católicos ordenan la construcción de su puente, cimentado sobre la roca de granito, del que quedan vestigios de una torre defensiva, así como también de una puerta lateral. De la misma época sería también la construcción del castillo por el señor de Puente del Congosto, para cobrar el Portazgo por el paso a través del puente.
Durante la Guerra de la Independencia un destacamento francés le produjo serios destrozos al puente. Comienza su declinar en 1881 con la desaparición del derecho paso. Con ello se vende el castillo, que fue adquirido por una familia que lo restauró y que actualmente es su vivienda particular.
Entrando en la población, lo mejor es aparcar junto a su iglesia parroquial y moverse andando. Lo primero que debemos visitar es su templo consagrada a Nuestra Señora de la Asunción, un magnífico edificio gótico construido en el siglo XVI, seguramente sobre algún primitivo templo, y reconstruido en el XVI. Está formado por tres naves e igual número de capillas en la cabecera. En su interior destaca su retablo central del siglo XVII y sus cuatro altares laterales barroco, así como su órgano de gran tamaño.
Destaca en su conjunto urbano la silueta de su castillo, edificado en el siglo XVI por los señores Dávila de Cespedosa. Ubicado sobre el escarpe que forma la ribera del Tormes, el castillo se acomoda dentro de un amplio recinto de altos muros, a los que se adosa el cementerio municipal. Su planta, tiene forma de hexágono irregular con un cubo en un extremo y un gran patio de armas que da el acceso al recinto interior. En el interior encontramos una gran torre de planta rectangular distribuida en cuatro plantas. En la actualidad el castillo es de propiedad particular y ha sufrido importantes transformaciones para adecuar su uso a la celebración de eventos.
Tras el castillo llegamos al puente sobre el río Tormes. En el lado del castillo se conservan restos de fortificaciones y sobre uno de los arcos del oeste, la presencia de una torre que cerraba el paso del puente por la noche. Posiblemente el puente tuvo dos torres gemelas como era costumbre en la época y como aparece en el escudo de la villa. El Puente fue construido en los siglos XII y XIII, en fábrica de sillares y mampostería, muy similar a la del castillo y cimentado sobre el lecho granítico del rio.
Terminamos en la orilla del río Tormes, un paraje natural especialmente atractivo, con zonas aptas para el baño y la pesca, que se ve ampliamente incrementada por el gran número de veraneantes que aquí acuden.
Dónde comer
Hay un par de bares en el pueblo como El nido o Pelayo, situados cerca del río para aprovechar la afluencia de gente en periodo estival.
Dónde dormir
Si quieres descubrir esta villa medieval y pasar un fin de semana en pura naturaleza y tranquilidad, aquí tienes los alojamientos de la zona: