Y el cambio ha sido enorme. Las manchas se fueron y no han vuelto tras el verano, la piel está más uniforme, más luminosa y con mejor aspecto.
Empezó a "preocuparme" por el tema manchas tras mi segundo embarazo y por ello acudí a la dermatóloga. Os conté por aquí mi experiencia, muy positiva, con un peeling despigmentante. Desde aquella visita a la dermatóloga empecé a cuidar mi piel incorporando a mi rutina 3 pasos muy sencillos. No soy de dedicar mucho tiempo a estas cosas, asi que necesito rutinas breves y efectivas. Mamá se quiere cuidar pero no le sobra el tiempo. Si sois perezosas o la falta de tiempo es vuestra excusa, aqui encontraréis vuestra rutina beauty.
Cuidar la piel del rostro es muy sencillo con estos tres pasos que se repiten día tras día:
1. Protección solar a diario y repetir cada 4 horas. En verano protección extra con sombreros de paja y gafas de sol. La mejor crema para que tu piel no envejezca demasiado rápido es una SPF 50. Lleva siempre un bote en el bolso y aplícala también en las manos. Esta crema es la que nunca te debe faltar.
2. Limpiar la piel cada noche y cada mañana. Con tanta crema solar, al terminar el día la piel esta saturada. Eliminar los restos de crema con jabón y un cepillo facial, la mejor manera de limpiar los poros en profundidad.
3. Hidratar. No hace falta gastar una fortuna, en la farmacia hay muchas cremas a buen precio y muy buenas, busca la que te vaya bien. Yo uso Avene pieles intolerantes para todo el rostro, incluído el contorno de ojos.
La protección solar ha sido fundamental para eliminar las manchas y recuperar una piel uniforme y luminosa. En verano es bastante engorroso esconderse del sol, pero compensa y mucho. Durante los meses de verano el color de piel de mi rostro era mucho más claro que el resto del cuerpo. Para difuminar el efecto vampiro compré unos polvos de sol y me encanta el tono que dan sin sensación de ir maquillada.
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