Ya leyeron por acá que estoy mega corta de tiempo, bueno, los martes son mi PEOR DÍA. Es el día de la semana que más corro y tengo tan ajustadito todo que termino yendo al gimnasio justo antes de ir a cursar. O sea, salgo de pilates a las cinco y entro a cursar.. a las cinco. Es un quilombo y me costo acostumbrarme pero (luego de avisar que iba a llegar quince minutos tarde a cursar todo el año) logré armarme esta rutina post-pilates y pre-instituto en la cual intento rescatar un poco mi cara y mi pelo y me cambio a la velocidad de la luz para parecer una persona.