En vacaciones no utilizo reloj. Bueno, para ser sincera, lo dejo en algún rincón de la casa y tampoco me intereso por saber dónde está. Es una forma como otra cualquiera de recordarme que es tiempo de dejar a un lado la estricta rutina y ser un poco más flexible con los horarios.
Las tardes en la playa se alargan, se agradece cenar al fresquito en el jardín y no hay prisa por levantarse. Andamos descalzos y merendamos tarde.
Y de eso venía yo a hablar hoy, de cómo relajamos nuestras costumbres en casa cuando llega el veranito, de cómo vive estos cambios la gordi y de cómo procuramos vivir otro ritmo, porque ¿eso es lo que buscamos todos cuando llegan las vacaciones, o no?
Pues no, preparando esta entrada, me he dado cuenta de que no todas las familias optan por cambiar de hábitos durante el periodo estival. Hay quien prefiere seguir manteniendo las mismas costumbres que en invierno, mientras que otros se organizan para que los posibles cambios propios de esta época afecten lo menos posible a sus hijos.
Así que, como la cosa va de cambios, hoy en lugar de venir a soltaros el rollo, me dedico a preguntar. Tenéis la palabra. Aprovechad, que no sé yo si os vais a volver a encontrar en una como ésta.
¿Cómo os organizáis en casa cuando llegan las vacaciones?
Tanto si eres de los que mantienen las rutinas en vacaciones, como si eres de inventar unas nuevas, o si lo tuyo se acerca a anarquía horaria, ¡cuéntamelo!
· ¿Sois de los que vais con el tupper a cuestas por si surgen planes inesperados? ¿O de los que, reloj en mano, anteponéis la rutina a cualquier imprevisto?
· ¿Planeáis las actividades de la semana, o simplemente vais improvisando sobre la marcha?
· ¿Ajustáis vuestros planes a los de vuestros hijos o al contrario?
· ¿Creéis que os costará volver a la normalidad cuando se termine el verano?
Siéntete en casa y haz buen uso de los comentarios. Y por supuesto, muchas gracias