Sábado. Un día de la semana que nace cargado de promesas. Henry Perowne mira por la ventana . Un avión aterriza con los motores incendiados. ¿un presagio?
Veinticuatro horas en la vida de un hombre afortunado de las que MacEwan se vale para retratar la actualidad política, la fisura generacional, el sentido de la vida y de la muerte. ¿Es mucho pretender? Si, pero MacEwan triunfa en la ardua tarea de dar respuesta a las preguntas existenciales más profundas sin caer en filosofías baratas o aburridas, sin caer en setimentalismos ñoños.
Una familia perfecta, una profesión de éxito, una esposa enamorada y una amenaza, una sutil incomodidad que se instala entre párrafo y párrafo y altera nuestro pacífico sábado.Un relato que podría haber sido un folletín si no fuera MacEwan un escritor de primera fila. Si no fuera un maestro que trasciende y no solo nos cuenta cómo es nuestra vida, si no que nos cuenta cómo somos, cómo pensamos, cómo vivimos...
Una novela para leer con calma y reflexionar sobre nuestro mundo. No os las perdáis.