¿Sabemos amar y ser amados?

Se nos ha enseñado a dar amor y, en cambio, no siempre sabemos, estamos preparados o dispuestos a recibirlo! Buscamos desesperadamente la mayoría de nuestra vida el amor y, cuando lo encontramos, no estamos dispuestos o preparados para vivirlo tal como merecemos… y siempre lo habíamos soñado! Qué curioso, contradictorio y paradójico resulta a veces el ser humano! Si le preguntas a alguien que es lo más importante que quiere conseguir en su vida, sin duda te dirá que amor, aunque habrá también quien se inclinará por el dinero. Pero ¿creemos de verdad en el amor? Parece existir el curioso placer de darlo y muy pocas veces, lo exigimos. Aunque es verdad que el amor solo se siente y nunca es exigible, también es verdad que la mayoría de las veces no sabemos recibirlo de quien nos ama. Y el amor de verdad genera necesariamente amor…

El amor se expresa de muchas maneras! Es verdad! Aunque también lo es que a veces se expresa amor y, en cambio, no es verdadero amor lo que se expresa, sino el ansia de compartir la soledad, carencias, compañía y, según como, dominación y sumisión. Supongo que no te digo nada nuevo! El amor de verdad surje de dentro, donde hay paz y no puede haber conflicto! Si lo hay, es la mente quien ama y domina! Y recuerda siempre que la paz nace muchas veces del silencio con uno mismo, aunque si hay amor verdadero también puede compartirse con quien amas! También recuerda que no se puede dar ni compartir algo que no posees de antemano. Quizás por eso me sorprende que hayan muchas personas que ofrecen lo que no tienen… o no saben compartir! ¿Estamos siempre y en todo momento preparados para amar y ser amados, de verdad?

Para amar, uno debe amarse a sí mismo, primero! ¿En verdad amamos siempre que así lo sentimos? Porque, cuando uno lo hace, sabe bien que no puede amar de verdad al mejor postor, que la persona amada es siempre singular e irrepetible, que ambos ganan y que uno tiene el derecho de amar y también de ser amado, aunque no sea solo con palabras, el verdadero amor es una actitud! Porque el amor, se exprese explicitamente o no en la vida real, se siente o no, en el corazón! Tenemos la libertad de aceptarlo o no, de manifestarlo cada uno a su manera y de darlo y recibirlo de forma que lo percibamos y lo sintamos los dos! El amor de verdad llena nuestra vida y la ilumina, por entero, a ambos!

Pero, ¿cuántas veces, creyendonos amar, no hemos sido amados? Ya no digo como queríamos o entendíamos nosotros el amor, sino simplemente amados de verdad, como realmente merecemos y desde siempre deseábamos, desde dentro? Hoy y casi siempre, nuestro problema quizás no es amar, sino amar demasiado… a quien no nos ama! El amor de verdad nunca puede ser “demasiado“, fluye tanto como haya en el corazón! Y ama de verdad a quien nos ama, sin equivocarse! Ni que decir tiene que, amar sin ser amado es siempre doloroso y no es amor… porque, si fuera amor de verdad, nunca podría generar sufrimiento ni tristeza y mucho menos dolor!

El amor verdadero siempre suma y fluye desde dentro sin control, nos hace entregar todo lo que somos y seremos y es incondicional, pues te sientes feliz por el simple hecho de amar! Como ya he dicho antes, amar sin ser amado es algo dañino y es una clara evidencia de que no es amor de verdad, pues seguramente no nos queremos lo suficiente a nosotros mismos o, lo que es peor, no creemos merecer el amor que nos ofrecen! ¿Por qué lo toleramos? Pues porque tal vez no nos enseñaron a amar de verdad ni a ser bien amados! Nuestros referentes son nuestros padres, abuelos y personas de nuestro alrededor… aunque no siempre fueran modelos ni protagonistas de un amor de verdad en su vida! En el amor de verdad no hay maestros posibles…

Así, lamentablemente, nuestro concepto del amor está hecho más de carencias afectivas propias y heredadas (¿y quién no las tiene?), que de amor de verdad, pleno y intensamente sentido. Y eso, sin duda, es triste, pero es simplemente así! De nuevo, antes de seguir, te pregunto ¿crees en el amor de verdad? Para aprender a amar de verdad y a ser amado de igual manera, uno primero debe reencontrarse consigomismo, deseducarse de lo mal aprendido en el camino de su vida hacia el amor y redescubrir ese amor esencial y auténtico que todos llevamos dentro, en el Alma! Solo ahí encontramos ese amor de verdad que siempre habíamos soñado y que resuena en nuestro interior cuando, al fin, lo encontramos!

Podremos intentar negar el amor e incluso renunciar a vivirlo, pero, cuando llegue, se convertirá en el único verdaderamente para siempre en nuestra vida… y rechazarlo la ensombrecerá, quizás para siempre! Porque, tengamos la valentía o no de vivirlo, no tendremos ya duda de que se trata de amor de verdad! Y, si te lo permites, siempre será recíproco, porque une a ambas Almas! No se fundamentará en la renuncia a ser uno mismo o a sentir, como muchos amores antes lo fueron y te hicieron sufrir! Se basará en el amor a uno mismo y en el ansia de vivir la felicidad que realmente merecemos y siempre soñamos… aunque para ello primero debamos aprender a perdonarnos y así olvidar que quizás nunca antes fuimos realmente amados, deshaciéndonos de la tristeza y el miedo que ello trajo a nuestro corazón!

Vacía de dolor tu corazón de amores que nunca lo fueron aunque lo creyeras… y ábrete al amor de verdad que todos llevamos dentro y que reconocemos al instante cuando al final nos llega! Lo sentirás porque alegra tu Alma, haciendo brotar de ella lo mejor de ti mismo y resucitando todos esos sueños que siempre deseaste vivir y compartir!

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