Si has tomando conciencia de que no quieres, ser la persona que cree más problemas de los que ya existen en la vida y facilitarte las cosas y no gastes energías inútiles pretendiendo que las cosas sean diferentes a como son.
Ser una persona sencillo o sencilla no es lo mismo que ser simple y no es tarea nada fácil. No se trata dejar a un lado lo que sientes, o hacer un barrido de tu memoria para olvidar las cosas.
Ser simple es quedarte en la superficie y ser sencillo es tener superficie y el fondo conectados.
Para empezar, hay que preocuparse más de como es uno mismo mas que preocuparse por cómo son los demás.
Dejar de juzgar a las personas, etiquetarlas como “buena o mala persona”, dejar analizar e intentar buscar explicaciones a su comportamiento y dejar de intentar que cambien y focalizarte más en ti mismo. Eso no significa que no veas la realidad de lo que ocurre.
Que esa persona se obsesione por un tema, o que trata a los demás despectivamente, pero ofreciéndole tu ayuda, dejas que sea el otro quien decida cambiar. Y si tú quieres tomar distancia, apártate o revelarte lo haces por ti mismo, porque es lo que necesitas.
Ser sencillo es actuar desde dentro de ti mismo. Ser sencillo no significa que tu vida vaya sobre ruedas y no haya problemas, sino que habiendo conflictos no pierdas el tiempo en intentar convencer que el otro muestre cierta madurez que en ese momento no puede.
Ser sencillo significa no preguntarte constantemente “ si debería haber actuado de otra manera” o “ si tendría que haber respondido de otra forma”
Deja que las cosas fluyan y no te preocupes tanto por lo que tu cabeza piensa, eso lo que mide donde estás tú y no debes exigirte lo que ahora no puedes.
Si quieres ser una persona sencilla, vete despejándote de las falsas necesidades, vacía tu mochila para que simplemente puedas VIVIR.