¿Sabes arreglar un pinchazo? Nosotros te contamos cómo hacerlo

Fiiiuuuuu…. maldita sea, esa rueda trasera ha pinchado fijo…ya verás qué problema, macho, con lo torpe que soy para estas cosas y lo poco que me gusta mancharme las manitas de grasa…y justo hoy que iba con el tiempo justo…ojalá hubiera alguien que me explicara cómo arreglar un pinchazo rápido…¿es que no hay nadie que me lo pueda explicar bien?

Pues sí, amigo…para ti, que seguramente alguna vez te has sentido como el de arriba, va dirigido este post.

Lo primero que tenemos que decirte es que arreglar un pinchazo te va a llevar un rato, y además vas a necesitar algunas herramientas que no siempre llevarás encima. Nuestro consejo es que vayas siempre con una cámara de repuesto (plegada apenas ocupa espacio) y cuando notes que has pinchado la cambies sin tardar. Ojo, en cuanto notes que la rueda está baja, porque si esperas más de la cuenta el traqueteo del asfalto (imagínate el del adoquín que hay en algunos barrios viejos de las ciudades) sobre una rueda sin presión puede acabar destrozando la llanta…y eso sí que es una avería cara, cara.

Hagas una u otra cosa tu primera acción debe de ser la de sacar la cámara pinchada. Esto es bastante sencillo, pero hay que seguir un cierto orden para no crear más daños de los que ya hay. Lo primero es soltar la rueda, aflojando la palomilla y haciéndola salir de su presa con un golpe seco de la mano. Una vez la rueda está fuera habrá que sacar todo el aire de la cámara, presionando con un dedo el pitorro de la misma y apretando con fuerza en la goma. De esta forma la cámara ya está preparada para salir.

Para sacarla vamos a necesitar unos sacabandas. Los sacabandas son unos instrumentos alargados y estrechos, normalmente de metal o plástico, que sirven para aguantar el neumático por fuera de la llanta mientras conseguimos sacar la cámara. Sin sacabandas podrás hacer esta acción igualmente, pero te costará mucho más y puede ser doloroso si te pillas los dedos con la cubierta. Así que nuestro consejo es que lleves siempre tres (con tres tienes más que de sobra) en una pequeña carterita en tu bici.

Bien, la idea es que introduzcas el primer sacabandas entre la cubierta y el neumático y hagas palanca hasta que la primera quede por fuera del mismo. Después dejarás fijado el primer sacabandas y con los otros dos irás completando la circunferencia de la rueda hasta conseguir que todo el neumático esté fuera de su molde. Entonces ya podrás sacar la cámara.

Para ver si la cámara está pinchada y dónde está ese pinchazo lo más fácil es inflarla ligeramente, meterla en un barreño con agua y ver de dónde salen las burbujitas. Haznos caso, este método tan simple sigue siendo aun hoy el más efectivo.

Si es que algunos se lo van buscando…

Perfecto, ahora vamos a arreglar el pinchazo. Vamos a necesitar parches, pegamento y lija. Lo primero será lijar la superficie alrededor del pinchazo por si hubiera allí adherido algo de polvo, cristal, piedrecitas, y para que el parche fije mejor. Después se pone el parche allí con un poco de pegamento, se aguanta con un dedo durante un par de minutos y se deja secar durante unas horas. Es muy importante que no se moje, porque en ese caso la mezcla no fijaría y el parche iba a tener pérdidas.

Para volver a montar la rueda procederemos igual que antes, pero con las acciones en orden contrario. Es decir, lo primero será poner la cámara sobre la llanta, y después iremos, con mucho cuidado, metiendo el neumático en el molde sobre esa cámara. Tienes que hacerlo despacio y fijándote que la cubierta no pellizque la cámara, porque en ese caso al inflar la rueda de nuevo sufriríamos un reventón y, amén del susto, se nos quedaría cara de tontos por todo el tiempo invertido en balde.

A continuación inflamos la rueda. Las ruedas de bicicletas urbanas normalmente tienen su punto optimo de presión en siete kilos y medio, pero siempre que estén por encima de seis se pueden considerar aceptables. Infla despacio, aunque tengas una bomba eléctrica, para poder ir comprobando de nuevo que la cámara no ha quedado pellizcada. Y, voilá, ya tienes tu bicicleta otra vez como nueva.

Hala, a pedalear.