No obstante, como toda aventura de cuento tiene que haber momentos donde todo se vea oscuro y terrorífico, incluso aparecen personajes malos que provocan frustraciones, aunque lo peor es que estos personajes protagonistas en un cuento llamado emprendimiento están disfrazados de buenos.
Los incordios
Estos personajes son aquellos clientes marginales. ¿Y cuáles son los clientes marginales?, aquellos clientes que es mucho mejor para ti, dejarlos ir que seguir manteniéndolos como clientes.
El dejar marchar a un cliente es una elección complicada de decidir, pero es lo mejor para ti y para tu negocio. Un error que se comete bastante por parte de los emprendedores es, el de no crear estrategias de segmentación de clientes y de mercado antes de lanzarse al negocio, lo que propiciará la aparición de este tipo de clientes para incordiarte.
Si tu primera toma de contacto con el mundo de las ventas fue emprender un negocio, puede resultar complicado identificar de primeras a este tipo de clientes marginales, ya que te faltaría experiencia para identificarlos.
A continuación, destacamos algunos de dichos clientes.
El experto, o eso cree él…
Este tipo de cliente suele ser de los más comunes y suele encontrarse a veces en el mismo círculo social que el tuyo, se trata de aquellos que creen que, porque tu producto para ellos no sea bueno, te dicen que tu negocio no va a tener éxito e incluso se digna a darte consejos, cuando seguro que nunca ha estado al mando de cualquier gestión de una empresa.
El simple
A día de hoy, la innovación y la actualización de propuestas diferentes y originales es lo que triunfa para la gran mayoría, aunque existen personas que estos avances no les gusta tanto. El cliente marginal básico rechaza toda propuesta nueva considerada refinada, ya que suelen decantarse y preferir lo de siempre, lo que ya conocen.
El desentendido
Este cliente siempre suele decir que está observando tus productos para que no lo molestes, pero en realidad le gustaría que le atendieran. Este tipo de clientes solo hacen que malgastes tu tiempo, ya que solo se dedican a hacer preguntas sobre tu producto, pero en realidad no tienen ningún propósito de querer comprarlo.
El regateador
Este tipo de cliente marginal está presente en todos los negocios, suele mostrar cierto interés por tu producto, aunque el precio del mismo siempre le va a parecer poco económico. Por ello, va a intentar por todos los medios que le rebajes el precio del producto que quiere adquirir, por tanto, si no tienes una clara estrategia de precios y das tu brazo a torcer, llevas siempre las de perder con este perfil de cliente.
El desaparecido
Es el tipo de cliente marginal que más encontramos en la actualidad debido a la era digital. Este es un tipo de cliente que suele hacer la compra por internet, por teléfono o por otro medio no presencial, suele ponerse en contacto para saber más sobre el producto y sobre todos los métodos que ha de llevar a cabo la compra, y una vez que ha conseguido toda esa información acaba desapareciendo.
El sabelotodo
Hay que estar muy atento para poder localizar a este tipo de cliente, ya que se puede confundir con uno de tus clientes más fieles. Este tipo de cliente suele mostrar una actitud prepotente como si estuviera al tanto de todo lo que tiene que ver con tu producto. Del mismo modo, intentará hacer que que le des un trato privilegiado porque tendrá una actitud extremadamente exigente ya que sabe perfectamente que quieres conseguir la venta.
El dubitativo
Este tipo de cliente es de los más complicados de entender, quizás no haya humano que pueda comprender su actitud. A este perfil le encanta seguir tu negocio a través de las redes sociales, así que a la más mínima provocación acabará haciendo alguna que otra pregunta poco inteligente. Normalmente, lo único que pretenden este tipo de clientes es sacarte de quicio, puesto que ni se preocupó, ni le importa nada de lo que tenga que ver con tu negocio.
En definitiva, cualquier tipo de cliente marginal mencionado antes, es un tipo de cliente molesto, así que lo mejor es dejarlos ir a tiempo, ya que el tiempo es lo más valioso que tienes cuando pones en marcha un gran emprendimiento.