Hay muy poca gente que sepa Escuchar. ¿Sabes por qué? Porque para saber escuchar tienes que aprender a hacerlo y….hay muy poca gente que quiera Aprender. ¿Sabes por qué? Porque para aprender tienes que experimentar y….hay muy poca gente que se atreva a Experimentar. ¿Sabes por qué? Porque para experimentar tienes que pasearte por ese lugar tan desconocido y tan temido para la mayoría llamado Interior…y hay muy poca gente…muy poca…que quiera, se atreva y realice ese Viaje hacia su Corazón. ¿Sabes por qué? Porque se Creen que van a sufrir y que no van a ser capaces de llegar a su destino. Algunos lo intentan, otros ni siquiera Se Miran y pocos…muy pocos…cogen la mochila, emprenden el camino y van a por ELLOS, le pese a quien le pese, tropiecen con lo que tropiecen, vean lo que vean, lloren lo que lloren, duelan lo que duelan y caigan lo que caigan. ¿Sabes por qué? Porque tras esa niebla de pánico, tras esos miedos que nos paralizan, tras esa montaña repleta de obstáculos que parece infranqueable….hay una Luz que brilla más que ninguna y que Ilumina cualquier atisbo de infelicidad. Y, ¿ sabes qué? Que esa Luz eres Tú. Y jamás te apagas…sólo que estás mirando en la dirección “errónea”…por eso no la Ves, por eso no te Ves.
Y Ellos lo Saben, Ellos lo Creen y Ellos lo Sienten…Nada ni nadie es capaz de callarlos, nada ni nadie tiene el poder de pararlos, nada ni nadie puede amedrentarlos para que vuelvan a salir Fuera, donde está esa mucha gente hablando y hablando y hablando…sin cesar…Porque Ellos, a pesar de estar acojonados, se mantienen firmes en su “pulso por la Vida”…ese que les “sale del Alma”, de lo más profundo de sus entrañas y que les es imposible enmudecer. Les Late tan fuerte que ensordece cada llamada de Huida, de Retirada, de Rendición…Cada “me doy por vencido” se transmuta en un “me recibo por ganado”. Cada lágrima derramada es una herida sanada. Cada Creencia “agnosticada”…es una gota de Amor alcanzada.
Así que…sí….hay muy poca gente que sepa Escuchar…
Cuando alguien te esté contando cualquier cosa…no le oigas, ni estés pensando en lo que le vas a responder, ni le interrumpas para sacar tus historias, tu egocentrismo. Es su Tiempo, no el tuyo. Escúchale. Sólo eso. No te está pidiendo que hagas nada más. Sólo que estés Aquí y Ahora, Presente, atento a sus palabras, a sus emociones, a sus sentimientos, a su dolor, a su alegría, a su tristeza, a su culpa, a su impotencia, a su drama, a su felicidad, a su Historia…No quiere palabras, ni consejos, ni remedios, ni charlas, ni “pobrecita”, ni “qué valiente”. Sólo quiere que la Escuches. Nada más.
Pero es difícil cuando ni siquiera lo hacemos con nosotros. Tenemos mil voces hablándonos a la vez, mil personajes que nos inventamos, que justificamos, con los que nos identificamos o a los que reprimimos, aniquilamos, rechazamos, insultamos, juzgamos….cuando lo único que desean, también, es SER…Escuchados…cuando lo único que estás queriendo es que Te Escuches….sólo que te escuches…nada más…ni nada menos…
Y nos hacemos “oídos sordos” porque sabemos que si nos escucháramos de Verdad…no nos quedaría otra opción que convertirnos en “ELLOS” y Vivir aquí Dentro en lugar de sobrevivir allá Afuera. Y entonces…ya no tendríamos a nadie a quien culpar, nos quedaríamos sin excusas para no ser felices y la víctima que habita en nosotros tendría que emigrar.
Así que…mejor le doy cuerda a mi voz exterior y me monologueo un rato tras otro hasta que mi Corazón se quede afónico de tanto gritarme…
Y Tú, ¿qué tienes?
“Escucha tu Silencio,
Sabrás por qué callas”