La fotografía Post-Mortem fue una práctica que empezó a la par de la fotografía en Francia y se fue multiplicando en los demás países. Consiste en tomarse una foto con una persona fallecida, maquillada y colocada de tal manera que parezca viva. Las imágenes en blanco y negro, antiguas pero bien guardadas, son realmente tétricas.
Una mujer preparada para una fotografía. El daño en su cuerpo luego de la muerte es notorio.
Un niño preparado para la fotografía post-mortem con su nombre abajo como una postal.
No puedo ver por más de un segundo la cara de la niña…
Esta niña fotografiada evoca la frase “memento mori”, que significa “recuerda que eres mortal”.
El cadáver es detenido con unas herramientas especiales para poder colocarlo en una posición correcta al momento de su fotografía “post-mortem”.
Ha de haber sido una difícil sesión de fotografías con dos cuerpos deteriorados tras la muerte.
Para ver la colección entera pueden seguir el tablero de Micha Moore haciendo click en el enlace.