¡Dame algo!
Cada vez que abres un paquete de galletas o te sientas en la mesa a comer, ahí está esa mirada que dice: ¡dame algo! Y si lo has hecho antes, con más razón creerá que le debes la mitad de tus víveres.
Según un estudio de la Universidad de Milán, en Italia, tu perro no sólo se acuerda de lo “bueno” (o “malo”) que eres, sino que también evalúa cuidadosamente cuán generoso eres con los demás seres humanos. Es decir, si el altruismo es tu modus vivendis.
Marshall-Pescini (especialista en conducta animal) postuló que los canes pueden interpretar las acciones caritativas que los seres humanos llevan a cabo entre ellos y usarlas en su favor para pedir comida después.
Para ello, hicieron que una “muestra” perruna observara la interpretación de dos actores que interactuaban con un tercero que les pedía comida.
Uno de los intérpretes jugó el papel “no caritativo” en el que negaba al pedigüeño cualquier sustento, realizando movimientos con la mano para ahuyentarlo y al son del “no”. El otro, con gestos de benevolencia, le invitaba a un festín a base de cereales y salchichas.
Estos gestos, fueron entendidos por los cuadrúpedos observadores los cuales a la hora de elegir, se decantaron por interactuar con el individuo más “simpático”. También se observó que “los perros más educados mantuvieron la calma mirando la escena mientras que los más inquietos salieron a la “caza de la galleta” sin pensárselo.Un segundo experimento de control confirmó que los perros estaban, en verdad, observando la interacción y no simplemente yendo con el actor con la voz más amena. Todavía se conoce muy poco sobre la forma en la que los perros interpretan el comportamiento humano.
Pero podemos ver que “el mejor amigo del hombre” es un experto del espionaje.
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