Revista Coaching

¿Sabes reconocer el talento?

Por Jpviola

Hace unos días compartíamos la historia del violinista Joshua Bell en la estación de metro de Washington. En su momento reflexionamos acerca de la importancia de aprender a administrar nuestro tiempo de forma tal de sentirnos dueños de él y no sus esclavos. La investigación publicada en el Washington Post por Gene Weingarte sacaba también otras conclusiones muy interesantes a las que quisiera referirme.

Esa mañana en el metro Joshua Bell recibió USD32, ningún aplauso y ningún tipo de reconocimiento. Nadie (en realidad tengo entendido que una sola persona) descubrió quién era, ni qué estaba tocando. Tampoco que el violín que hacía sonar valía 3,5 millones de dólares.
Días antes de tocar en la estación de metro, Joshua Bell se había presentado en un teatro de Boston, donde el coste promedio de asiento era de USD100. Las entradas estaban agotadas.

¿Qué es lo que nos dice esta marcada diferencia? ¿Por qué unos están dispuestos a invertir USD100 y quienes tienen la oportunidad de escuchar gratuitamente casi el mismo concierto no reconocen esa oportunidad?

Joshua Bell. Desde las percepciones.

Algún indicio podemos encontrar reflexionando sobre las percepciones. Percepción es aquel proceso que nos permite a través de los sentidos, recibir, elaborar e interpretar la información proveniente de su entorno. Los sentidos captan detalles y hechos del entorno. La interpretación de esa información recibida a través de los sentidos es lo que llamamos percepción. Pero ésta vendrá influenciada por experiencias pasadas. Ya lo veíamos a través de la foto de la dama y la joven.

Esto nos explica porqué tanta gente valoró un concierto de Joshua Bell en un Teatro prestigioso de Boston, a un coste promedio de USD100 la entrada, mientras que algunos pocos valoraron en centavos de dólar su presencia en el metro. La valoración que cada grupo realizó fue el resultado (la interpretación) de diferente información recibida por sus sentidos. Cabe destacar que alguno de los peatones del metro, bien podría haber sido parte del público de Joshua en el teatro… ¿por qué no? Imaginar esta escena nos ilustra un poco más la influencia de las percepciones.

¿Porqué reflexionar sobre este punto? Primero, porque ser conscientes del proceso de formación de nuestras propias percepciones puede ayudarnos a no quedarnos con los primeros pensamientos y las primeras interpretaciones, sino saber que eso mismo que estamos reflexionando, puede tener otras aristas. De esta forma, nos ayudaremos a ser más creativos. Y, sobre todo, nos ayudará a comprender posiciones o interpretaciones diversas, desarrollando la importante capacidad de ser empáticos (ponernos en lugar del otro).

Por último, de esta misma historia nace una pregunta: ¿Sabemos reconocer el talento aunque lo veamos en un lugar y contexto inesperado (fuera de una sala de conciertos, sin el atuendo elegante, sin poses, sin presentaciones)? Para un líder que quiere formar equipos talentosos, será un buen ejercicio repetirse esta pregunta con constancia. Probablemente, ayude a que no sea tan fácil que se 'nos pase' una persona con talento aún cuando el entorno o aspecto en que la conozcamos o veamos no fuera específicamente el más indicado (o el más común).


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