Soldado junto a un
lanzagranadas.
Y es que ni siquiera durante la guerra los españoles perdonaban el "deporte" nacional por excelencia. La siesta era respetada por ambas facciones, era muy habitual dormir un poco después de comer, antes de volver a la "faena".
La propaganda fue muy utilizada durante la Guerra Civil, en forma de octavillas, emisiones de radio e incluso "oradores" que gritaban de una trinchera a otra. También se utilizaron maneras más ingeniosas, como lanzar panecillos envueltos en octavillas propagandísticas para convencer a las tropas republicanas que en el bando nacional la comida sobraba.
Fuente: laverdad.es