Masticar chicle habitualmente es una práctica que llevan a cabo muchas personas, ya sea por costumbre, para dejar de fumar, o para quitar el sabor de las comidas cuando no es posible lavarse los dientes o, simplemente, porque les gusta el sabor.
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¿Es bueno comer chicle?
A la hora de cuidar la higiene dental, lo mejor es optar por lavarse los dientes y usar un buen colutorio o hilo dental después de las comidas, una rutina fácil de seguir y que puede evitar problemas en las encías o caries, entre otras cosas.
Sin embargo, desde el Consejo de Dentistas, aseguran que “de forma excepcional, en casos de olvido o en los que la limpieza no fuera posible”, se puede recurrir a tomar chicles sin azúcar y con xilitol después de comer.
Esto es porque este tipo de chicles aumentan el pH bucal, con lo que se consigue dificultar “la acción agresiva de las bacterias, estimulando la salivación”, explican.
Además de esto, en otra publicación, el Consejo de Dentistas añade: “La acción de mascar un chicle (sin azúcar) tiene efectos positivos para nuestra salud bucodental, como el arrastre de los restos alojados, el aumento de la salivación y la neutralización de los ácidos. Por lo tanto, contribuye, en cierta manera, a la autolimpieza dental”.
“Sin embargo, en ningún caso el hecho de mascar un chicle puede sustituir a los hábitos de higiene bucal básicos. En este sentido, el cepillado dental diario es un método capital e insustituible para la eliminación de la placa bacteriana y la prevención de la salud de dientes y encías”, añaden.
Por el contrario, deben evitar comer chicle las personas que tienen bruxismo o llevan aparato de brackets, ya que la goma de mascar puede engancharse en los brackets y dañarlos.
¿Qué sucede con los problemas digestivos?
Concretamente, hay algunos problemas digestivos que se pueden ver afectados por el hecho de masticar chicle. Si ya de por sí una persona tiene digestiones pesadas, tendencia a tener gases o acidez de estómago, lo más recomendable es que no coma chicles.
Masticar chicle con la boca abierta y después de las comidas o comprar chicles con azúcares aumenta la posibilidad de padecer gases, acidez, irritación e, incluso, diarreas, estas últimas provocadas por el sorbitol que llevan algunos chicles.
Con información de El País.