La sandía está compuesta por múltiples principios activos dentro de los cuales se puede mencionar la amigdalina también conocida como vitamina B17. Este compuesto está formado por azúcar, cianuro y otros componentes. Naturalmente, el cianuro se encuentra neutralizado por una serie de enzimas y esto evita que esta sustancia sea tóxica. Por esta razón se pueden generar dudas en relación a la toxicidad de la sandía a causa del cianuro.
Lo que sí es posible, es que si se consume sandía tras un comida abundante pueda generar hinchazón abdominal y producir una digestión más lenta, debido a su alto porcentaje de agua. Por ello, se recomienda comer dicha fruta en colaciones o entre comidas.
El fruto de la sandía no debería ocasionar ningún problema de toxicidad, sin embargo su consumo en cantidades elevadas o en determinadas circunstancias puede generar algunos efectos adversos. La planta de la sandía o melón de agua tienen propiedades digestivas, sin embargo, su consumo no debe realizarse de manera inmediata a las comidas, ya que su importante contenido de agua disuelve los jugos gástricos dificultando la realización de los procesos digestivos.
La sandía tiene un elevado porcentaje de sustancias azucaradas, por lo tanto no es recomendable que las personas que tienen diabetes consuman este fruto en cantidades elevadas.
El fruto de la sandía, planta conocida científicamente como citrullus vulgaris, posee una alta cantidad de potasio, por lo cual no es recomendable que las personas que sufren de insuficiencia renal consuman este fruto de manera frecuente o en grandes cantidades.
No existe evidencia de que el consumo de la sandía ocasione efectos tóxicos o adversos en las mujeres embarazadas o aquellas que están en el período de lactancia, por lo cual pueden ingerirlo sin problemas y siempre en dosis moderadas.
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