Sabiduría

Publicado el agosto 13, 2015 por La Penúltima

Desde siempre, desde que nacemos, lo único que hemos venido haciendo es aprender. Aprender a caminar, a hablar, a montar en bicicleta, a leer y escribir, a ir al colegio a aprender más, y después, cuando parece que ya lo tenemos todo, nos echamos al mundo con unas ansias inusitadas de querer hacer infinidad de cosas o solamente una. Es cómo si ya tuviéramos lo necesario para tirar para adelante y sin miedo tener que enfrentarnos a las situaciones cotidianas y emprender el camino hacia aquello que nos habíamos puesto como meta.

Hoy día, creo que algunas metas están, al menos en nuestra cabeza, más lejos de poder conseguirse. No obstante, creo que esto es una afirmación un tanto absurda.

Cuando hablo de lo absurdo del problema, es porque en realidad, el problema únicamente está en nuestra cabeza que ha venido aprendiendo a su vez de lo que nos han ido diciendo, de lo que hemos aprendido de otras personas. Sin embargo, la sabiduría no está en repetir como corderos lo que nos han enseñado, sino aprender a reconocer la sabiduría y usarla en beneficio común. Quizá este párrafo sea un poco denso de leer, pero intentaré explicarme.
Desde que puedo recordar con mi cabeza de madera, todo, absolutamente todo lo he aprendido de una infinidad de personas que son entre otros; padres, hermanos, amigos, profesores, y un sinfín de personas que han estado o están en mi vida atemporalmente. Y sin embargo y a su vez, también lo aprendieron de otras personas. Nosotros, con esos conocimientos y los que aprendemos, sentimos, y razonamos, así ejecutamos. Pero verdaderamente muchas de las veces, no las compartimos porque muchas de las veces, cuando las vemos en otros no nos gustan. Por ejemplo, cuando hablamos de las parejas y todos esos actos que no nos gustan, ¿por qué los hacemos? ¿por qué los repetimos?. ¿Quizá por miedo? ¿quizá por seguridad? ¿quizá por aprendizaje? ¿quizá por sentirnos identificados?. Yo no lo sé, cada uno ha de hacerse las preguntas pertinentes para responderse. Pero claro, si no nos gusta eso, ¿porqué lo repetimos?.

Sabiduría

Lo único que he podido aprender sobre la verdad y sabiduría, es que está en nosotros la capacidad de aprender, de escuchar, de conocer, de reemprender, de conceder, de reeducar, de reaccionar, de redirigir, de pensar, de hablar con los que ya han pasado por aquí y que aún están a tu lado, que tenemos la capacidad de cambiar las cosas. Ellos son un buen reflejo de sabiduría. Los abuelos, padres, con sus defectos y virtudes, son una voz a la esperanza, y solo hay que escuchar.

Yo quiero expresar desde aquí a todos los padres y madres que sigan haciendo lo que mejor puede hacer un padre y una madre, que no es otra cosa que ser padre y madre. A nosotros, que escuchemos y que reaccionemos, pues sin nuestra reacción, es muy posible, que el mundo tal y cómo lo conocemos deje de ser. No quiero decir que el que venga sea peor, será diferente, pero la lucha, el esfuerzo y las renuncias que nos tocarán hacer para adaptarnos a ese cambio no peor, será complicado, duro y muchas personas no podrán soportarlo. Viviremos momentos de una incertidumbre brutales y dejaremos pasar las obras buenas por miedos e inseguridades. Desde La Penúltima hacemos un llamamiento a las buenas obras, sólo una al día, que puede ser desde escuchar a un anciano hasta no matar conscientemente una inocua hormiga que se cruza por nuestra encimera.