Como les conté en el primer post sobre el blogtrip en el Sheraton Colonia, el día no transcurrió solo jugando, sino que también disfrutamos de los sabores uruguayos, que ahora los compartimos con ustedes.
Medio y medio. Hasta hace cuatro días, estaba convencida de que Medio y Medio solo era el nombre de un restaurante en el barrio porteño de San Telmo, donde hace muchos años (muchos) probé por primera vez el chivito uruguayo en compañía de mis amigos Judith y Héctor. Habíamos ido a ver un espectáculo en la Trastienda del grupo Camorra, formado por un ex miembro de la popular murga uruguaya Falta y Resto, y nos dieron ganas de comer “algo uruguayo” para cerrar la noche. En ese espectáculo estaba Pablo, con quien muchos años después me reencontraría por ser el novio-marido de Gaby, una ex compañera de trabajo y amiga. Este fue mi primer contacto con la comida uruguaya. Pero ese restaurante ya no existe más y yo me enteré que Medio y Medio es una bebida que se toma mucho en Uruguay, formada mitad por vino blanco y mitad por champagne (un “champagne con poco gas”, según la versión de Dino).
El almuerzo. Como no podía ser de otra manera, almorzamos chivito uruguayo. Cuenta la leyenda…
… que este snack uruguayo se originó en la década de 1940, en el restaurante El Mejillón, de Punta del Este (¿seguirá existiendo?). Al parecer, un comensal estaba muy quejoso y apurado porque perdía su vuelo y le armaron en pocos minutos un sándwich con carne de chivo a la plancha, lechuga, tomate y mayonesa. El sándwich tuvo tanto éxito que se convirtió en el plato más vendido del restaurante. Con el tiempo, se le fueron agregando los ingredientes actuales: jamón o panceta, queso, huevo frito y papas fritas. El nombre del plato se debe a la receta original, ya que en la actualidad se prepara con lomo de res.
Hay quienes dicen que se debe comer al plato. ¿Ustedes cómo lo prefieren?
Un secreto: tostar bien el pan en la parte interior para que no se humedezca.
La merienda. Mate con torta frita y pastelitos.
El Chef Ejectuvo del Hotel, Proinsias O´Neill (Pancho, para los amigos), nos explicó la preparación del mate uruguayo en varios pasos. Sinceramente, no encontré grandes diferencias entre lo que él nos explicó y lo que yo aprendí desde chica en casa de mis abuelos. Pero algunas cosas me llamaron la atención. Vayamos por partes.
¿Cómo se prepara un mate uruguayo? ¿Y un mate argentino? ¿Hay diferencias en la preparación?
Primer paso. Curar el mate o la calabaza. Esta es una de las primeras cosas diferentes. Nunca había escuchado que la calabaza se curaba con yerba y wisky durante una semana. Para mí, siempre fue solo yerba.
Segundo paso. Sacudir el mate para que la yerba más fina (nunca tiene palo) se vaya para arriba y no tape la bombilla. En el mismo acto, acomodar la yerba para quede hacia un costado y en un ángulo de 45 grados donde colocaremos la bombilla.
En el mate sobre la mesa pueden ver el ángulo de la yerba.
Tercer paso. Antes de tomar el primer mate, hidratar la yerba con agua fría y, luego, con agua caliente.
Cuarto paso. Al cebar, respetar que no se derrumbe el sector de la yerba seca. Ir rotando la yerba, para utilizar la que está fresca y que el mate no se lave.
Quinto paso. ¡Tomar el mate! Y si es con pastelitos de dulce de leche y membrillo, mucho mejor.
De todo lo que nos contó Pancho hubo un dato que me llamó la atención. Al parecer, en Uruguay hierven el agua y, luego, le agregan agua fría. En cambio en la Argentina, si el agua hierve ya “no sirve” para el mate. Es más, existen pavas “materas” (tanto eléctricas como de las tradicionales) que te avisan cuando el agua está lista para el mate, es decir, cuando está en los 80-85 grados centígrados. Entonces, ¿tiene que hervir el agua para el mate?
En el paquete de la yerba que hay en casa en estos momentos dice lo siguiente:
¿Qué me dicen los materos uruguayos y argentinos?
La cena. Impecable. Todo acompañado por un Tannat Reserva de Bodegas Juanico. El Tannat es una cepa típica de Uruguay que nunca había probado y me encantó. El menú contó con lo siguiente:
Jamón serrano y queso brie nacional, acompañados por brusquetas de pan de ajo.
Ragout de cordero y setas acompañado por papas quebradas.
Degustación de postres regionales.
El show. Para finalizar una excelente jornada, Dino nos deslumbró a todos con un hermoso show de magia. Algunos todavía no pueden dormir pensando en los juegos.
Terminamos la jornada como empezamos este post: con un Medio y Medio y a la cama…
En el próximo post… Colonia, un lugar al que volvería mil veces.
Agradecimientos
A todos nuestros compañeros del blogtrip por la buena onda y los buenos momentos.
A todos los que forman parte del Sheraton Colonia, especialmente, a Virginia y a Laura.
A Claro Argentina por facilitarnos el roaming y permitirnos transimitir el blogtrip “en tiempo real” a través de twitter.
Mientras escribía este post, tomaba mate y escuchaba a Drexler cantando “Un país con el nombre de un río”. Creo que me estoy “uruguayando”.
(no sé por qué en algunos monitores las fotos se ven un poco cortadas…)
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