Y, como colofón final a este intento de demostración de la descomposición interna que sufre aquel chat, me referiré al, por ahora, último post de su creador y mantenedor en el que, entre otras cosas, se dice:“Cuando yo sabía que militaba en la izquierda
06 ago 2011 Compartir: Etiquetas: 15M, Bildu, ETA, Martin Garitano, PNV
Mientras unos seguimos enzarzados en definir los principios sobre los que se basaría una hipotética y necesaria refundación de la izquierda (ese lugar maldito en el espacio político, hecho de la misma materia del horizonte, que siempre lo ves delante de ti pero nunca puedes estar en él),[pero qué cínico que es este pobre hombre pues no se atreve a decir que él, preccisamente él, está enzarzado en definir los principios para la refundación de la izquierda, cuando él, como ya hemos demostrado tantas veces es un fascista de todmo y lomo] el movimiento 15M se declara apartidista, que no apolítico, y entre sus filas hasta hay alguien que cándidamente piensa que también caben bajo sus siglas los votantes de la derecha, de la misma manera que el PP siempre soñó con tener entre sus filas a un obrero para enseñar. Como si la derecha y la izquierda se indignaran por las mismas causas.
Cuando yo sabía que militaba en la izquierda, [sigo insistiendo: es imposible que un tío como éste creyera nunca que militaba en la izquierda porque la izquierda es el respeto a la verdad y trabajar para que se realice la justicia] creía que lo mío, lo nuestro, era una forma de ser, en contraposición a la derecha, que era una manera de estar. Éramos, pero nunca estábamos en los resortes del poder.[Pero qué cinismo, Dios, si es el tipo que más adora el ejercicio del poder: disfruta ejerciéndolo con la suprema delectación que parece que le produce: vean, si no , cómo anuncia a sus 2 esbirros favoritos, TT y Luna menguante que me va a desterrar a mí desde las verdes praderas de su Edén, su chat, a las tinieblas exteriores del infierno]
Ahora se ha puesto carísimo el certificado de pureza, pues como la fábula del sabio que se preguntaba si habría alguien más pobre y triste que él hasta que su rostro volvió, siempre encontrarás a tu izquierda alguien que te susurrará al oído que tú estás a su derecha, fascista de mierda.
Así que, mientras continuamos la discusión donde la habían dejado bolcheviques y mencheviques hace casi un siglo, los nacionalismos se han buscado un atajo que aplaza el litigio para momentos de mayor sosiego. Ayer, Bildu, el partido de la izquierda abertzale, ofrecía al PNV, el partido de la derecha abertzale (“patriota”), la posibilidad de acudir en coalición a las elecciones del 20N, como estrategia para conseguir un grupo parlamentario vasco en el Congreso.
Ni izquierda, ni derecha, ni hostias: el nacionalismo, el sentimiento de raza, de tribu, de patria chica está por encima del modelo de sociedad, del sistema de distribución de la riqueza, de la lucha contra los privilegios. El nacionalismo, la solución a nuestra pérdida del norte, es una cuarta dimensión, sin izquierda ni derecha ni delante ni atrás ni arriba ni abajo, un paraíso donde, una vez alcanzado, los problemas se diluyen, donde habita la concordia perpetua como en esas revoluciones tan perfectas que hasta les sobran las libertades. [Joder, qué tío, un elemento capaz de hacer de la mierda de chat que tiene un instrumento desaforado para excluir injustificadamente a los que odia porque se han atrevido a poner en solfa su cochambroso poder, se atreve a despotricar de esa manera contra los que aman a su tierra y a su pueblo de tal manera que están dispuestos a utilizar los febles instrumentos que una sisstema como el imperante en España les ofrece para intentar acercarse un poco más al ideal que aspiran] Cuando yo sabía que militaba en la izquierda, creía que jamás podríamos justificar la matanza con bomba de 21 personas en Hipercor, el tiro en la nuca a Yoyes mientras paseaba con su hijo de tres años, el asesinato de Francisco Tomás y Valiente o el de Ernest Lluch. Hoy, la cabeza más mediática de Bildu, el diputado general de Guipúzcoa, Martin Garitano, acoge como invitados de honor en la inauguración de las fiestas de Vitoria a familiares de presos de ETA convictos de varios asesinatos, presos que tercamente Garitano sigue llamando “políticos”, y asesinatos que para él no son más que parte del “conflicto” que se vive en Euskadi.
Yo me cuento entre los que saludó con esperanza la posibilidad de que Bildu pudiese presentarse a las pasadas elecciones, porque creo que en la futura entrega de las armas de ETA es necesario tener preparado y estructurado un bando con capacidad moral suficiente para poder recoger los restos del naufragio, y que hasta pueda pactar con los terroristas una salida no demasiado traumática para su inmenso y estúpido ego abertzale. He estado desde entonces luchando dialécticamente con amigos, parientes y vecinos que seguían sospechando, como apunta a diario incansablemente la derecha, que Bildu es a ETA lo que los misioneros al Vaticano: un escaparate, el servicio de propaganda.
Pues bien, tipos como Garitano me están dejando sin argumentos, quizá porque sigo tercamente aferrado a ese sentimiento humanitario, vagamente de izquierda, incapaz de dar el salto fundamental con el que alcanzar el paraíso del nacionalismo, ese lugar maravilloso donde los asesinatos son conflictos, los asesinos encarcelados, presos políticos, las discrepancias políticas se defienden a tiros en la nuca y bombazos, y donde por no haber no hay norte ni sur, ni este ni oeste, solo la patria, la gloriosa, la puta patria en cuyo nombre con tanto ahínco se mata y se tortura”.No sé si este "pobre hombre", como le llamaba el anónimo comentarista de mi blog Arcángeles, de Blogger, tiene consciencia plena de lo que dice y de lo que hace.Pero el hecho es que ignora, o, a lo peor, hace como que ignora, ese materialismo dialéctico que gobierna la historia.Venir a estas alturas de la misma a exigirle a una de las partes de la contienda a muerte que se disputa en todos los terrenos, en todos los ámbitos, una pureza angelical a uno de los contendientes no puede ser sólo estúpido sino también culpable.Efectivamente, este tipo no es de izquierdas ni Cristo que lo fundó porque si lo fuera sabría:1) que si unos vascos no se hubieran llevado por delante a Carrero Blanco sólo ese Dios del que Saco continuamente abomina sabe puntualmente dónde estaríamos, seguramente inmersos todavía en aquel universo nazifascista del que Saco y sus mejores discípulos sienten todavía aún más añoranza que el inefable Oreja;2) que no se puede afirmar una cosa y al propio tiempo la contraria porque eso no es sino utilizar un instrumento tan deleznable como la sofística: o, como enseñaron los padres Vitoria y Suárez, creadores e innovadores del Derecho en su época, está plenamente justificado eliminar al tirano o no , lo que no se puede hacer, si uno no es un redomado sofista es decir ahora que me conviene que sí, que era justo quitar de en medio a la palanca en el que el invicto se apoyaba para que en este país quedara todo atado y bien atado y luego decir que no, cuando la situación que motivaba la actuación de los que viven en Euskadi sigue siendo la misma: yo no sé si los que se cargaron a Carrero están todavía en la cárcel o no, éste no es un tema que me preocupe especialmente, lo que sí que sé con toda certeza es:A) que aquellos tipos contribuyeron en alguna medida a liberar a este país y lo hicieron de la única manera en que era posible y que todo el mundo mundial, incluido seguramente este Saco de todos mis pecados, aplaudió la gesta en la que arriesgaron su propia vida desinteresadamente; de modo que lo que no podemos hacer ahora, sin que se nos tache justificadamente de sofistas, es condenar lo que entonces alabamos entusiásticamente;B) España, como unidad territorial total, se libró de aquella manera de las garras de uno de los peores fascismos de la historia universal de la infamia, pero las condiciones de base que motivaron aquellos acontecimientos siguen siendo las mismas, lo que significa inevitablemente, de acuerdo con la leyes de la lógica, que los vascos siguen pensando lo mismo respecto:a) a su aspiración inextinguible a la independencia de su país, teniendo que acatar la disparatada exigencia de que sea el resto de los españoles los que aprueben su separación de España;b)que sigan considerando como héroes a aquellos que lo dieron todo, que lo arriesgaron todo incluso la vida, por lograr el ideal que la mayoría de ellos persigue, de modo que Saco, si de verdad fuera de izquierdas, que no lo es ni mucho menos, no sólo respetaría toda esta verdad que acabamos de relatar sino que se preocuparía a fondo de que los vascos consigan cuanto antes una pretensión tan justa como que su país sea tan independiente como lo es España.De modo que Saco nos ha mostrado una vez más cuál es exactamente el pide del que cojea.Que se vaya de una vez con los que al pensar exactamente como él, Rajoy, Oreja, Aznar et alteri, no es que sean compañeros ideológicos, es que son hienas de la misma cuadrilla.