Revista Baloncesto

Sacrilegio Rodríguez

Publicado el 04 marzo 2010 por Jrsanchis
Sacrilegio Rodríguez
Sacrilegio Rodríguez
Bill Walker fue considerado uno de los talentos más importantes surgidos desde el instituto en los últimos años. Junto a OJ Mayo formaron el tándem más poderoso del país pero todo se torció por culpa de las lesiones. La más grave le llegaría en Kansas State, en su año freshman. Ligamentos cruzados, ya se sabe. Era una reproducción de la que ya sufrió en el 2003. En su año sophomore disfrutó de un alivio y formó junto a Beasley otra gran pareja, en esta ocasión en la universidad. El talento del chaval era evidente y se presumía una elección alta en el draft del 2008 pero de nuevo las lesiones llamaron a su puerta. Fue en un workout con los Warriors. Su rodilla sufrió un tercer ataque lo que le relegó a la posición número 47 del draft. Los Wizards lo seleccionaron para luego traspasarlo a los Celtics. Tras pasar más tiempo en la D-Legue que en la NBA formó parte del trade que envió a Nate Robinson a Boston
Anoche, ante los Raptors, Bill Walker jugaba su primer partido como titular en la NBA y lograba su tope personal con 22 puntos. Batía por segunda noche consecutiva su mejor registro (21 en el partido anterior) y reclamaba ante los micrófonos una oportunidad. ¿Estamos ante un nuevo héroe para el Madison? ¿Será el nuevo enemigo para los ultras españoles?
Desde que la nueva hornada de españoles entró en la NBA, mucho se ha escrito sobre los enemigos de la patria. Las manías de McMillan con Sergio y Rudy, que si Mike James, TJ Ford y ahora Jarrett Jack no le llegan ni a la suela del zapato a Calderón, que si los medios americanos son “tontos” por tildar a Pau de blando
Sergio Rodríguez ha centrado el debate en los últimos años. Entre los detractores, los argumentos de que es un base que puede venir bien para un momento determinado de un partido y que sí, que el chico tiene arte pero poco más. Los defensores a ultranza ven artimañas ocultas para impedir la progresión del canario y le colocan como máximo responsable del campeonato mundial conseguido en Japón.
Sergio llegaba a la NBA después de protagonizar un buen año en Estudiantes. La exigencia física y defensiva que requiere la competición -y no sólo por tener un entrenador respetuoso con los sistemas defensivos- pronto pasaron factura en el ex estudiantil. A no ser que seas un super talento, claro.
Sergio ofreció buenas actuaciones con cuentagotas, disputando muchos o pocos minutos. Ha jugado con tres entrenadores distintos. Uno, más riguroso con la defensa, otro, Westphal, con un perfil más atacante pero ordenado, y otro, D’Antoni, con el caos por sistema. Cuando se mudó a Sacramento había grandes esperanzas pero su juego pronto las diluyó.
Su aterrizaje en New York fue mucho mejor, gozando de muchos minutos y jugando de titular…Pero los números no cuadraban. ¿Si en Portland era capaz de repartir 7 asistencias en 10 minutos por qué ahora no pasa de 5 en 30? Conclusión. Los compañeros son una banda. Curiosamente, cuando se confirma su traspaso a la Gran Manzana, se habla de lo provechoso que puede ser para el jugador compartir minutos con Lee, Harrington, Gallinari, Chandler…Se podía salir como base pasador…Pero las derrotas y su escaso impacto han acabado ya por relegarle al banquillo ante la irrupción de Bill Walker, aquella megaestrella de instituto con las rodillas de cristal. Y no descarto que Toney Douglas le vaya comiendo minutos o que D’Antoni utilice más a House de base si el experimento funciona más o menos bien (hablamos de 3 victorias cada 10 partidos, por ejemplo).
¿Se acabaría la aventura para Sergio? ¿Todos, incluido el jugador, deben de pensar en que lo mejor, tal vez, es reordenar su carrera y retornar a sus orígenes? ¿O es mejor que siga y le buscamos nuevos enemigos? D’Antoni y Walker pueden ser los primeros…

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