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Saga La tumba sellada, Libro II: Harrow la Novena, Tamsyn Muir

Publicado el 18 junio 2024 por Laura Coll Rigo
Saga La tumba sellada, Libro II: Harrow la Novena, Tamsyn MuirTraductor: David Tejera Expósito
Editorial: Nova
ISBN: 9788418037054
Número de páginas: 648
Encuadernación: Tapa dura
Fecha de lanzamiento: 14/10/2021
Serie/Saga: Saga de la Tumba Sellada

Sinopsis:

Nada es lo que parece en las estancias del Emperador, y el destino de la galaxia descansa sobre los hombros de una única mujer.
El Emperador ha reclutado a Harrowhark Nonagesimus, la última nigromante de la Novena Casa, para combatir en una guerra perdida de antemano. Harrow tendrá que aliarse con una rival detestable y perfeccionar sus habilidades para así convertirse en un ángel de la no-muerte, pero su salud empieza a flaquear, su espada le da náuseas e incluso su mente amenaza con traicionarla.
Presa en la gótica penumbra del Mitreo del Emperador con tres profesores nada amigables y perseguida por el fantasma demente de un planeta masacrado, Harrow deberá hacer frente a dos preguntas incómodas: ¿hay alguien que intenta matarla?
Y, en caso de conseguirlo, ¿será el universo un lugar mejor?

Opinión:

Gideon La novena no me gustó especialmente, pero quise darle una oportunidad a esta segunda parte porque me habían dicho que era mucho mejor. A mí no me lo ha parecido en absoluto. Si no he abandonado el libro ha sido por tres razones: tanto G como su mejor amigo se lo han leído y querían comentarlo; tengo el libro firmado por la autora (estaba tan convencida de que iba a gustarme que me lo llevé al Celsius 232); G me regaló la tercera parte (Nona. Lo novena) por mi cumpleaños.

De verdad que me he esforzado cuanto he podido por disfrutar de la novela, pero no lo he conseguido, al contrario, me he sentido muy crispada. Entiendo que es una novela que puede tener su público (al igual que las novelas de erótica de dinosaurios o la literatura ergódica), como el amigo de G, que es un gran fan, pero es un público muy concreto. Hay libros que no son para mí (como los que abandoné el primer cuatrimestre del año), pero que no tienen problemas en su narrativa. Ese no es el caso de Harrow. La novena: no solo se dirige a un público muy restringido, sino que tiene problemas en su narrativa.

Había un motivo más para seguir leyendo: quería comprender por qué a algunos les ha gustado tanto esta novela y encontrar argumentos objetivos para explicar por qué a mí me parece mala. Tanto G como yo nos sentimos bastante incomprendidos, porque hay muy pocas reseñas negativas sobre esta novela; quizás porque los que se arrepintieron de leer Gideon. La novena no son tan masocas como nosotros y han pasado olímpicamente de leer Harrow. La novena. Me gustaría que esta reseña, que os adelanto que será negativa (con alguna cosa buena aquí y allá) sirviera para advertir a lectores incautos que, como yo, se han dejado seducir por el reclamo publicitario (nigromantes lesbianas en el espacio) y al mismo tiempo establecer un diálogo con aquellos a los que les ha fascinado la obra para que comprendan mi punto de vista. 

No suelo hacer spoilers en mis reseñas, pero en esta ocasión me veo en la obligación de hacer un par si quiero justificar mis argumentos. Es inevitable que en esta novela haya spoilers de Gideon. La Novena (porque una de las cosas que me enfada es que la autora se pase por el forro la novela anterior), pero por lo demás, podéis leer esta reseña sin miedo porque avisaré antes de hacer algún spoiler.

Por qué no me ha gustado Harrow. La novena

(Avisaré con mayúsculas cuando haya un spoiler. Podéis seleccionar el fragmento para poder leerlo)

El humor

La base del humor de Muir son los comentarios fuera de tono: interrumpir una escena con un comentario jocoso inesperado, el uso de un lenguaje vulgar por parte de personajes de apariencia ominosa, la reiteración de una pulla a lo largo de la escena o insistir mucho en algo hasta el absurdo. Todo son estrategias humorísticas completamente válidas y que me podrían hacer gracia en otras circunstancias. El problema es que el contexto en el que se sitúan esas bromas no es el adecuado. 

Las novelas de Pratchett rebosan de humor absurdo, pero cuando la situación lo requiere, sabe dejar respirar a las escenas serias y no las interrumpe arbitrariamente con pinceladas de humor. No es nada fácil conjugar drama y humor y, por desgracia, es algo que Tamsyn Muir no domina. Es lógico que un personaje no quiera enfrentarse a algo y rehúya una conversación seria con un comentario humorístico; lo que no es lógico es que lo hagan TODOS los personajes en TODAS las escenas serias en las que hay emoción y que nunca se retome la conversación. Que alguien utilice el lenguaje vulgar como escudo, puede ser un buen rasgo de personaje, pero deja de serlo cuando todos los personajes actúan de la misma manera. Es divertido cuando la narración recupera una broma, pero no si la situación intenta ser seria, porque rompe con la atmósfera que pretendía crear. La exageración puede ser graciosa, pero alargar un chiste no lo es.

El humor de Muir (una autora que, para mi sorpresa, tiene casi cuarenta años) es un humor propio de la generación Z: la gracia no se fundamenta en la construcción del chiste o el ingenio, sino en la extrañeza, el desconcierto ante algo inesperado, y la banalización de las situaciones graves. No voy a entrar en el debate de qué tipo de humor es mejor, porque es algo generacional. Solo aviso de que esto es lo que hay y de que a mí no me hace gracia. 

Saga La tumba sellada, Libro II: Harrow la Novena, Tamsyn MuirNo sé si esto tiene que resultar gracioso o no, pero a mí se me hace redundante.Saga La tumba sellada, Libro II: Harrow la Novena, Tamsyn MuirLo mismo que en el caso anterior. No sé qué aporta que haya dos ejemplos. Si es gracioso, no me hace gracia.Saga La tumba sellada, Libro II: Harrow la Novena, Tamsyn MuirSi el uso de todos estos referentes tenía que resultar gracioso, a mí no me lo parece.Los misterios y la narrativa confusa

El objetivo de esta novela es confundir al lector, empezando por la narración en segunda persona pasado que sigue los pasos de Harrow. Me ha gustado la idea, porque es un tipo de narración muy poco utilizado, pero resulta desconcertante, y más porque se alterna con capítulos sobre el pasado de Harrow en tercera persona. Al final justifican el uso de la segunda persona y te revelan quién es el misterioso narrador, pero no resulta coherente, porque ese narrador en segunda persona es completamente objetivo y no aporta nada, más allá de la confusión.

SPOILER

Como todos imaginábamos, la narradora es Gideon, que está atrapada en la mente y el cuerpo de Harrow. ¿Por qué es interesante que estén conectadas? Por cómo Gideon reacciona ante los pensamientos y las acciones de Harrow y por cómo eso le permitiría comprenderla mejor. La autora se empeña en mantener la identidad de Gideon en secreto, así que en ningún momento hace ningún comentario sobre nada y no se vislumbra al personaje. Podrían habernos dicho que el narrador era cualquier otra persona y hubiera sido creíble. Además, es absurdo que, a partir del momento en que se revela el percal, Gideon empieza a reflejarse muy claramente en la narración, cuando antes no lo hacía. Todo para engañar al lector.

FIN SPOILERS 

Ojalá los capítulos en tercera persona, más escasos, fueran un alivio, pero tampoco es así. En esos capítulos profundizamos en el pasado de Harrow, pero no conocemos más al personaje, porque todas esas escenas son falsas, ya que no encajan con la novela anterior. O no, quizás ese sea el verdadero pasado de Harrow y la anterior novela fue un sueño. De nuevo, la autora pretende engañarte y te hace dudar de lo que es real y de lo que no lo es. Que eso estaría bien, si no fuera porque los cambios son tan sustanciales y entran tan en contradicción con lo que sabemos, que enseguida te das cuenta de que la autora solo pretende engañar. Una forma más orgánica de hacernos dudar hubiera sido que, en las intervenciones de Harrow o cuando pensara en su pasado, hiciera mención a recuerdos que no encajan con lo que sabemos, pero dedicarle capítulos enteros es cansino y repetitivo. Por supuesto, está el misterio de a qué viene todo esto y qué es real y qué no, pero más allá de eso, solo tenemos páginas y páginas de un pasado inventado, que no nos permite conocer mejor al personaje y que solo aporta confusión.

Saga La tumba sellada, Libro II: Harrow la Novena, Tamsyn MuirEste es uno de los párrafos inciales de la novela. Ahora ya conozco la terminología (aunque no lo han explicado mucho), pero aun así, hay cosas sigo sin comprender, como lo de "una verminosa masa liminal"

Tenía muchas esperanzas puestas en esta novela porque la protagonista era Harrow, un personaje proactivo, en lugar de Gideon, que no se enteraba de la misa la mitad ni tenía ningún interés en ello. Pero claro, si Harrow se comportara como una persona normal, si hiciera preguntas y se encontrara mentalmente estable, no habría misterios por resolver. La Harrow de este libro no se parece en nada a la que conocíamos (el porqué es otro de los enigmas centrales): no investiga, no hace preguntas y no participa activamente en la trama, sino que se encierra en sí misma y se deja llevar por las circunstancias.

Harrow está empanada, y esa es la principal excusa de la autora para abrumarnos con misterios. Muchas veces, ni Harrow ni los demás personajes reaccionan de forma lógica por conveniencias de guion. Al parecer (porque en este libro todo son suposiciones, nadie dice nada y tienes que deducirlo todo tú), el Emperador rescató a Ianthe y a Harrow, que ahora son lictoras, y las lleva a la nave principal, donde se entrenarán para enfrentarse a las Bestias de la Resurrección. Al menos, eso es lo que dice la sinopsis, pero es mentira. Sí, ambas se han ido a vivir con el Emperador y el resto de lictores, pero no las entrenan ni les explican nada, solo lo mínimo, porque nadie pregunta. Imaginaos el nivel, que no explican qué son las Bestias de la Resurrección ni cómo enfrentarse a ellas hasta una semana antes de que aparezcan, cuando al fin a Ianthe se le ocurre preguntar, pese a que en teoría llevan meses entrenándose.

Hay un montón de cosas que Harrow no sabe y, en consecuencia, el lector tampoco, pero no se molesta en preguntar porque es tan orgullosa que prefiere vivir en la ignorancia a demostrar que no sabe algo. Desde siempre ha sido un personaje muy orgulloso, pero en el anterior libro, sí que interrogaba a los demás o investigaba por su cuenta; aquí finge. Es por eso que no nos enteramos de la mitad de lo que está pasando y tenemos que deducirlo por nuestra cuenta.

A veces, los misterios son efímeros y se resuelven al cabo de un par de páginas, así que solo existen para captar tu atención y crear confusión, ya que no hay ningún otro motivo para ocultar esa información. La mayoría de estos misterios son detalles nimios, comentarios extraños, cosas fuera de lugar o elementos que confunden. Si toda la obra se centrara en descubrir qué le ha pasado a Harrow, no habría ningún problema, porque puedes ir relacionando pistas, pero es que hay muchos misterios centrales y no sabes qué tiene relación con qué: qué ha pasado con Harrow, por qué el pasado de Harrow se contradice con lo que sabíamos, qué ha pasado con Gideon y los demás personajes de la novela anterior, qué papel tienen los Sangre del Edén en la trama, qué pasa con la Bestia de la Resurrección, qué pasa con Ianthe, qué pasa con Cytherea, qué es el Cuerpo, quién hay en la Tumba Sellada, cuál es el objetivo del Emperador, por qué Ortus el Primero quiere matar a Harrow... Y claro, cuando Harrow, que tiene alucinaciones cuando lee (¿esto le pasa desde siempre o no? Misterio), ve una nota que pone "Los óvulos que me diste se estropearon todos y me engañaste", no sabes qué tiene que ver con nada. Esta novela se siente como si hubieras mezclado las piezas de varios puzles y no supieras qué imagen tienen que formar al final.

Aunque la novela está protagonizada por Harrow, siento que sé menos de ella que antes de empezar, porque no sé hasta qué punto los recuerdos son falsos y porque nos muestran a una Harrow muy distinta a la de la novela anterior. La narración en segunda persona nos ofrece los pensamientos de Harrow muy de vez en cuando, pero en general, no se tratan los sentimientos del personaje. Y no es la única: ante la mayoría de revelaciones del final, los personajes no reaccionan.

La ausencia de sentimientos es un problema en una novela que pretende tratar el duelo, en especial porque solo se habla de ello solo en una escena. Allí se critica la decisión de fingir que todo va bien y no aceptar la muerte de la otra persona, pero no plantea ninguna solución al drama ni profundizamos en los sentimientos de una persona que está pasando por eso.

SPOILERS 

Al parecer (con esta novela todo son suposiciones), Harrow se borró de la memoria la presencia de Gideon para no sufrir. Y claro, no piensa en ella en toda la novela, hasta que en una página del final le recriminan su actitud. En ningún momento exploramos cómo se siente Harrow ni cómo lo va a sobrellevar si decide recuperar sus recuerdos. 

FIN SPOILERS

Entiendo que, en parte, esta historia se narra de forma tan confusa porque, la base es muy sencilla y la historia es previsible, por lo que de seguir una narrativa tradicional, se quedaría en nada. Desde el principio puedes imaginarte cuál va a ser la resolución de los principales interrogantes, por mera lógica, y aunque hay algunas sorpresas, a mí me han causado indiferencia, porque todo es tan ambiguo que cualquier respuesta sería válida. Para mí eso no es buena narrativa, porque no es que la autora lo tuviera todo pensado, sino que ha dejado espacio para que cualquier solución encaje.  

Tengo claro que la autora prioriza la creación de misterios por encima de los personajes, la narrativa y los temas. Puedo entender que si eres una persona a la que le gusta mucho montarte teorías, apuntar detalles y encontrar pistas que no parecen pistas, así como releer la obra para captar su significado, siempre y cuando no te moleste que todo esto sea artificial, puede gustarte. No es mi caso.

Como muestra de todo esto, os dejo el enlace a esta reseña de GR, que me parece desternillante. Pese a la confusión absoluta de la reseñadora, le ha puesto cinco estrellas (cosa que no comprendo), pero la parte con spoilers de la reseña refleja perfectamente todas las preguntas que me hacía durante la lectura (y también tras terminarla).

El worldbuilding

El worldbuilding de esta novela es una pasada, pero no se explica un ápice. La historia se ambienta en un sistema solar con nueve Casas, cada una en un planeta distinto. Cada Casa se especializa en un tipo de nigromancia distinto, pero no se explica ninguno, ni tampoco las políticas entre Casas o la cultura de cada una. No se nos muestra ninguna de las sociedades que habitan el sistema solar ni cómo la nigromancia afecta a las estructuras sociales o cómo interfiere en el funcionamiento del mundo y es absurdo que no conozcamos las características de las Casas más que por comentarios al vuelo que sueltan los personajes. Teniendo en cuenta que la mayoría de las Casas perdió a sus herederos en la novela anterior, debería haber algún tipo de reacción política. No sabemos qué dinámica hay entre ellas ni tampoco su fidelidad por el Emperador.

Las nueve Casas están gobernadas por el Nigrolord Supremo, al que consideran Dios, y por los lictores, sus manos derechas. Más allá de luchar contra las Bestias de la Resurrección, cosa que hacen una vez cada mucho, el Nigrolord Supremo es un dictador que deja bastante a su aire a los planetas, porque participa muy poco en política, y lo mismo pasa con sus lictores, así que no sé muy bien que hacen en su día a día. Hay muchas cosas acerca sobre ellos que deberían ser de conocimiento común (cómo y por qué se asentaron en el poder, por ejemplo), pero no se explican. Sí que se profundiza en cómo surgieron los lictores, pero hay muchas cosas que quedan en el aire, como la razón por la que no se crearon más ni qué meta persigue el Emperador. En un momento cuentan que se dedican a destruir planetas por un motivo X, algunos con vida en su interior, pero no hay ningún debate moral al respecto.

 Está bien reflejada la reverencia que la población siente por el Emperador, como si realmente fuera un ser divino, pero más allá de la fe ciega en él, no sabemos nada del mundo religioso de las Nueve Casas: qué rituales y celebraciones hay, qué mitos e historias, cuál es el código moral, si hay religiones disidentes, qué figuras religiosas (sacerdotes) regulan la religión y como se organizan, etc. No hay casi nada de todo esto. En la primera novela nos hablaron superficialmente de algunos detalles de la Novena Casa, pero no se sabe qué pasa en el resto de Casas.

Por ahí están el Séquito y la Armada Imperial (aunque no sé si son la misma cosa) que son como policías espaciales, pero no se sabe muy bien qué hacen ni contra quién luchan ni cómo se organizan. Tienen un papel relevante en la sociedad, pero no se habla de ellos. También hay por ahí una facción disidente, los Sangre del Edén, pero estos se presentan en esta novela y de ellos se sabe incluso menos.

Tampoco sabemos nada de este mundo a nivel tecnológico. Hay naves y una forma de hacer saltos espaciales, pero no te explican nada (ni el tamaño de las naves, ni cómo se organizan, ni quién puede conducirlas ni cómo hacer esos saltos espaciales). Más allá de controlar los viajes espaciales, parece un mundo bastante similar al nuestro (con tablets y electricidad), pero no se siente como tal porque los personajes rara vez usan tecnología y hablan con bastante pompa y circunstancia, por lo que la novela se siente bastante anclada en la Edad Media.

La idea de escribir una novela protagonizada por nigromantes sonaba bien, hasta que la autora decidió no explicar cómo funciona la magia. Cada Casa se especializa en un tipo de nigromancia, pero solo conocemos más o menos bien la nigromancia de huesos, la de la Novena Casa. Las habilidades de los nigromantes son muy espectaculares, pero no conocemos los límites del poder de ningún personaje y parece que pueden hacer cualquier cosa con poco esfuerzo. Es cierto que todo lo que hace Harrow está relacionado con los huesos (alzar esqueletos a partir de partículas de hueso, crear construcciones de hueso), pero el resto de nigromantes no sabes muy bien qué hacen. Hay por ahí algo relacionado con sellos, pero no se explican los tipos ni qué ni cómo se hacen. La mayoría de las luchas en esta novela son con espada, así que tiene poca gracia. Tampoco aprecio mucha diferencia entre los nigromantes normales y los lictores. Sí, pueden luchar mientras están en el Río y tienen más fuerza, así que a Harrow ya no le sangra la nariz, pero no es una gran mejora, teniendo en cuenta el sacrificio que ha hecho.

En general, sabemos muy poco del mundo a todos los niveles: social, religioso, político, cultural, mágico... Y aunque algunas cosas las sabe Harrow desde pequeña, porque es parte de su mundo, la mayoría las desconoce, porque ha pasado todo su vida aislada. Podría ser una buena excusa para preguntar y que nosotros lo descubriéramos junto a ella, pero la autora prefiere mantener el misterio. 

El único momento en el que tenemos explicaciones sobre el mundo es en el material adicional que hay al final de la novela. El glosario de conceptos básicos aporta mucha información esencial, pero no lo puedes leer hasta el final de la novela porque tiene spoilers. Incluso de no ser así, este tipo de documentos deben complementar la novela no ofrecer información necesaria que debería estar integrada dentro de la propia obra. Diría que es porque no sabe cómo meter la información, pero estoy segura de que no lo añadió para mantener el misterio. El manual para luchar contra nigromantes es de lo mejor que ha escrito la autora porque expone muy bien estrategias de combate para que la gente de a pie puede enfrentarse a un nigromante. Qué lástima que no lo hayamos visto aplicado en la novela. Por último, tenemos el diario de una persona del Séquito que ha sido secuestrada por los Sangre del Edén, cosa que nos permite conocerles mejor, aunque debido a su importancia, esto no debería ser un extra, sino formar parte de la novela. Este relato no sería tan terrible si la protagonista y varios secundarios no fueran importantes en Harrow, por lo que solo crea más misterios: cómo han llegado ahí, en qué momento de la historia principal sucede este relato, a qué se refieren con un montón de cosas que dejan en el aire, etc.

Personajes mal construidos debido al misterio

Harrow, como ya he comentado antes, es un personaje completamente distinto. Su cambio de personalidad está justificado, pero se transforma en alguien pasivo y con problemas mentales (no sabe qué es real y qué es una alucinación y tiene problemas de memoria), así que es mucho menos interesante, porque no podemos profundizar en ella ni en sus sentimientos.

En cuanto al resto, Ianthe cobra protagonismo, pero no tiene nada que ver con el personaje que conocíamos, sino que se comporta como Coronabeth. Es una chica guapa (aunque en la novela anterior era un cardo), con carácter, seductora, ambiciosa, de lengua afilada e irascible. De los lictores tengo poco que decir porque los conocemos muy superficialmente y dos de ellos tienen una personalidad muy similar (el otro no habla y su único papel es intentar matar a Harrow).

El único personaje que me ha gustado es Dios. Me parece una buena forma de subvertir el tropo convertir el imponente Nigrolord Supremo en un tipo majo, ingenuo y amigable, que hace lo que puede y que está al mando porque le ha tocado, no porque lo desee. Eso sí, al final tiene un cambio de actitud que no encaja con su personaje y no me ha quedado claro si es por las circunstancias o porque fingía todo este tiempo. 

Saga La tumba sellada, Libro II: Harrow la Novena, Tamsyn MuirUna de las pocas escenas que me ha parecido graciosa, protagonizada por Dios.

El principal problema que he tenido tanto con el Emperador como con los lictores es que no me he creído que sean seres que han vivido diez mil años. Podría creer que tienen un par de cientos de años, pero no más porque no parece que la soledad ni las pérdidas les hayan afectado lo más mínimo. No entiendo esa pasión que siguen teniendo por la vida, que se hayan adaptado a la tecnología y al lenguaje de la época y que a veces hagan comentarios propios de adolescentes. Quizás sería comprensible que uno de ellos adoptara esa actitud, pero es que los cuatro son iguales.

El parecido entre los personajes no se limita a su actitud frente a la vida. En la anterior novela tenía la teoría de que Gideon era un trasunto de la autora, que reflejaba su manera de ser y de comportarse, y Harrow la Novena, por desgracia, me lo ha confirmado, porque la voz de la autora es una presencia constante. Todos los personajes tienen o una actitud muy similar a la de Gideon (es el caso de Ianthe) o como mínimo su mismo tipo de humor (que debe de ser el de la autora). He sentido que no tenían una personalidad propia porque cada dos por tres hacían comentarios que no eran propios de los personajes que nos habían presentado.

Por desgracia, este libro tampoco profundiza en el vínculo entre caballeros y nigromantes. En la anterior novela, parecían personas que se compenetraban bastante bien y que se entendía, con algunas excepciones: Harrow y Gideon y Ianthe y Naberius (los de la octava Casa aparecen tan poco que no sabría deciros). Pues precisamente estas dos parejas son las que alcanzan la lictoridad, que se fundamenta en una comprensión total entre las dos personas, es decir, cuando el vínculo es muy estrecho. Se nota que los lictores que nos quedan querían mucho a sus caballeros, pero en el caso tanto de Ianthe como de Harrow no he visto que fuera así. Harrow y Gideon sentían rechazo la una por la otra hasta el final de la novela anterior, donde hicieron las paces, pero su relación de amistad no tuvo tiempo de desarrollarse y mucho menos se estableció que Gideon fuera capaz de hacer lo que hizo.

Se vende que esta saga tiene nigromantes lesbianas y es cierto, porque casi todas las mujeres lo son (algo que me ha parecido muy exagerado, la verdad, casi se diría que hay poca representación hetero), pero todas lo son por cuenta propia, porque en realidad no hay romance. Casi todas las mujeres sienten algo por otra mujer, pero su amor ni es correspondido ni se expresa en voz alta y en algunas ocasiones incluso parece más un juego que sentimientos reales, como es el caso de Ianthe con Harrow. De todas formas, como todos los personajes se desarrollan muy poco y pocas veces hablan de sus sentimientos porque no puede haber momentos serios que no se interrumpan con una broma, no sabemos cuál es la intensidad de lo que sienten.

Para terminar con este apartado, me gustaría hablar del elenco de personajes de la trama del pasado que, además de crear confusión, está al servicio del fanservice. En estos capítulos tienen bastante protagonismo algunos personajes que aparecieron muy poco en Gideon la Novena: Magnus, Abigail y Ortus. Ortus salía tan poco que aquí es un personaje completamente nuevo, aficionado a la poesía. Me ha gustado su caracterización, pero al estar todo envuelto en un halo de confusión, no sabemos si el personaje era así o es todo producto de la imaginación de Harrow. Magnus y Abigail siguen haciendo muy buena pareja y su dinámica es fantástica, pero son muy secundarios. También aparecen en un par de capítulos otros personajes de la novela anterior, pero son escenas confusas que parecen un Qué hubiera pasado si..., es decir, fanfics escritos por la propia autora. Todo esto contribuye a desarrollar a estos personajes secundarios, pero ya es tarde, porque por circunstancias de la vida, no tienen cabida en esta historia ni pueden evolucionar.

El final abierto

Puede parecer que he odiado cada página de la novela, pero no ha sido así: alguna se salva. Después de 500 páginas de la nada más absoluta, hubo algunas escenas bien: el brazo de Ianthe, Harrow la cocinera, la fiesta de los lictores y el diálogo con Palamades. Pensaba que la obra iba a remontar, pero entonces llegamos al final y mi interés cayó en picado.

El final no es tan horrible como me lo había vendido G, ni mucho menos, pero las respuestas que te da son las que ya esperabas y te confirma que todas las páginas anteriores no aportaban nada, porque el conflicto que se había ido construyendo desde el principio (la amenaza del ataque de una Bestia de la Resurrección) queda relegado a un segundo plano porque aparece otro enemigo completamente sacado de la manga. No hay una catarsis de la tensión que se había ido creando y la batalla final solo me causó indiferencia porque no conocía a nadie ni ninguno de los personajes que lucha es relevante.

Por supuesto, se desvelan algunas incógnitas (y la resolución es previsible o arbitraria), pero muchas quedan sin respuesta. No tengo nada en contra de los finales abiertos, siempre y cuando no sea confuso y se resuelva el conflicto que articula la novela. Aquí no pasa ni lo uno ni lo otro. El final es muy ambiguo y no sabemos qué pasa exactamente ni con el alma ni con el cuerpo de Harrow y el epílogo solo sirve para crear más misterios y presentarte a la protagonista de la siguiente novela, Nona, por lo que no podremos entender el desenlace hasta termina la otra novela (y quizás ni allí se explique). La tengo en papel, pero paso; ya he sufrido suficiente.

Una escritura deficiente

Gideon la Novena es una novela que transcurre en un espacio cerrado (un castillo medio abandonado, con unos laboratorios mugrientos y aterradores), con poca trama, y que busca crear una atmósfera de terror. No lo consigue, porque las descripciones son confusas. Harrow la Novena, por suerte, no es una novela tan ambiental, pero las descripciones siguen siendo desastrosas. Todas las escenas de acción son confusas, así como las descripciones del Mitreo y del Río. Hay una serie de reglas a la hora de describir que Muir rompe constantemente: no puedes decirme que en la sala hay un escritorio antiguo y después que las paredes están cubiertas de huesos, lo relevante se menciona primero; y en una batalla, no puedes describir las acciones sin antes haber presentado el escenario. Además, sus descripciones están llenas de adjetivos vacíos y de expresiones que no significan nada o que resultan imposibles de imaginar. 

En su defensa, los escenarios que imagina son poco habituales, llenos de elementos sombríos y mórbidos. Entiendo que si no te fijas en la escritura, si te dejas llevar por las palabras clave y te lo imaginas como tú quieras, los espacios son verdaderamente grotescos. Además, se nota que la autora domina la terminología relativa a los huesos y la anatomía humana, porque es muy exacta al hablar de ello. Esto contribuye a crear la atmósfera y al mismo tiempo encaja con el personaje de Harrow.

«Después probaste un nuevo truco: hiciste brotar una estrecha banda de hueso desde el metacarpiano con la que rodeaste el tendón flexor antes de sacarla por el dorso de la mano»

«Te pusiste de rodillas, no sin tambalearte un poco, y la viste allí tal y como era: un bellísimo conglomerado de huesos debajo de piel y carne que albergaba en su interior las tersas riquezas que eran los músculos y el parénquima. Cuando colocaste tus manos sobre sus costillas, fuiste capaz de ver su esqueleto como si se hubiese desnudado tímidamente frente a ti, como si hubiese mudado capilares y glándulas de la rosa incipiente que era su escápula, a la luz diurna de tono anaranjado de la estación»

Saga La tumba sellada, Libro II: Harrow la Novena, Tamsyn Muir

Una de las pocas buenas descripciones que he encontrado.

Al igual que en la anterior novela, aquí también hay un abuso de referentes, pero es menos molesto porque no hay tantos personajes.En lugar de repetir el nombre del personaje, usar pronombres o caracterizar el habla del personaje para que podamos identificarlo, usa distintos referentes y uno se pierde. En lugar de "Ianthe" dice «La hermana que tenía una edad más parecida a la tuya» y en lugar de "Ortus" dice «El caballero vestido de negro de Harrow». A modo de botón, en una escena de cinco páginas que me molestó especialmente, la narración se refiere a Harrow de 11 maneras distintas (Harrowhark Nonagesimus, la nigromante sin maquillar de la Novena, le exreverenda hija, Novena, la profesa, Nonagesimus, la nigromante de la Novena, la sectaria sombría, la lictora de la Novena Casa, hermana, la profesa de la Novena Casa).

Saga La tumba sellada, Libro II: Harrow la Novena, Tamsyn MuirEste uso del paréntesis (para indicar que dos personajes hablan a la vez) solo se lo he visto a esta autora y me encanta, pero lo usa muy pocas veces.Otro aspecto de la narrativa de la autora que no me ha gustado son las comparaciones. En teoría, deberían servir para intensificar o para ayudar a crear la atmósfera. En lugar de eso, rompen por completo con el tono (porque son muy extrañas y están poco relacionadas con la situación), son redundantes (porque a veces hay dos seguidas o tres seguidas) o interrumpen la narración (porque son muy largas). Si fuera algo esporádico, podría pasarlo por alto, pero pasa en cada página. No sé cuál es el objetivo de estas comparaciones tan extrañas, quizás tengan una función humorística, pero a mí no me lo ha parecido. He hecho una recopilación de las más desconcertantes:
  • «Golpeó la mandíbula de la caballera con la culata de la otra arma, lo que hizo que cayese al suelo como un saco de puerros en la nieve que se resbala de los brazos de uno de los zánganos tambaleantes de Elogioburgo». Funcionaría mejor con "como un saco de patatas". ¿Por qué puerros? ¿Y qué aporta que sea tan larga? Estamos en una escena de acción, así que se rompe el ritmo. 
  • «Todos se acercaron a ella, como plantas que se mueven hacia la luz del sol, como si fuese el ojo de una tormenta». ¿Qué aporta la segunda comparación? No refuerza nada, solo es relleno.
  • «Se oyó un terrible estruendo procedente del pasillo, al que siguió un chirrido sobrecogedor, como si se hubiese caído una viga. El ruido fue impresionante, como si el mundo gritase y se retorciese a su alrededor». La segunda oración significa lo mismo que la primera. Es repetitivo y relleno.
  • «Ella te miró con hastiado asombro, como si fueses un zurullo que hubiese aprendido a bailar». Esta comparación es muy extraña, pero además, mirar una mierda que baila causa "asombro", no "hastiado asombro".
  • «Te pusieron bocarriba, y la funda del mandoble hizo que te mecieses un poco a izquierda y derecha, como una tortuga con un bulto en la concha». No sé cómo imaginarme esto.
  • «Tenías el aspecto de una cucaracha aplastada contra una tarta de cumpleaños». No sé cómo imaginarme esto.
  • «El lienzo que albergaba el retrato que era su rostro se arrugó con furia apasionada» ¿Por qué complicarse tanto y no decir simplemente "Arrugó el rostro con furia"?
  • «No se produjo cambio alguno ni en la cadencia ni en el tono de Dios, pero su voz sonaba diferente. Sonaba como una herramienta de acero desmontada». No sé cómo suena una herramienta de acero desmontada (no sé cómo puede emitir siquiera un sonido) ni cómo una voz puede sonar así.
  • «El hombrecillo se acomodó en el taburete, del que no sobresalía parte alguno de su cuerpo por los lados, como un rollito de crema que encajase a la perfección en el asiento». Comparación extraña. ¿Por qué un rollito de crema y no de cualquier otra cosa? ¿Qué aporta?
  • «Mercy alzó las manos y gesticuló como si ordeñase una vaca invisible y gigante para intentar contener su arrebato». ¿Por qué esa gesticulación iba a significar que estaba enfadada?
  • «Tu profesora se encontraba frente al grupo allí reunido, ataviada con su túnica canaanita, frágil como una florecilla blanca con un melocotón podrido en lugar de corazón». Es una comparación muy extraña y larga. No puedo imaginármelo porque las flores no tienen corazón.
Saga La tumba sellada, Libro II: Harrow la Novena, Tamsyn MuirHe querido poner un ejemplo con algo más de contexto. ¿Veis que la comparación de las salchichas rompe por completo el tono tétrico?Todo esto es obra de la autora, pero hay que decir que la traducción tampoco ayuda. He leído comentario que alaban la traducción, porque hay cierta localización en algunas expresiones que usan los personajes, pero lo he comparado con la obra original y hay muchas oraciones que no están bien traducidas.

Sé que esta entrada me ha quedado mucho más larga de lo habitual, pero es que ante un libro que ha tenido un éxito tan apabullante entre los lectores del género y que a mí me ha gustado tan poco, me sentía en la necesidad de explicarme con rigor. Por una parte, es un libro que no encaja conmigo, sobre todo por el tipo de humor, propio de la generación Z, como por el uso de los misterios como motor narrativo. Entiendo que a otros lectores esta novela tan irreverente les pueda hacer gracia y también que sientan interés por unir piezas, releer la obra y descubrir cada uno de los pequeños misterios que esconde. En esta entrevista a la autora podéis ver que lo que le apasiona es poner memes y citas en la obra, referencias ocultas y ver si la gente las encuentra.

Por otra parte, hay determinados aspectos de la novela que son deficientes. En cuanto al tono, no puedes pretender tratar un tema como el duelo sacando hierro al asunto y sin llegar a hablar seriamente sobre ello. El worldbuilding es muy interesante, pero no está nada trabajado y sabemos muy poco del mundo a todos los niveles: social, religioso, tecnológico, político, cultural, mágico... La nigromancia es fascinante, pero no se establecen los límites de la magia ni las reglas básicas. El misterio y la confusión reinante hacen que no sepamos nada de los personajes y que estos no tengan ni profundidad (no sabemos si lo que nos cuentan es real o no) ni desarrollo ni conozcamos sus sentimientos. Además, no solo son distintos de la novela anterior, sino que todos se hacen eco de la voz de la autora y suelen actuar o hablar de forma discordante con su personalidad. En cuanto a la ciencia ficción es básicamente inexistente, al igual que el romance: es cierto que la mayoría de mujeres son lesbianas, pero nadie sale con nadie ni sus sentimientos son correspondidos ni el amor es algo que le quite el sueño a nadie. El final me ha convencido para no seguir con la saga: los misterios o se resuelven de forma arbitraria (como todo es tan ambiguo, la solución es esa, pero podría ser cualquier otra) o de forma previsible (ya se sabía desde el principio, por lo que toda la novela es relleno) o no se resuelven (ni se van a resolver). Un final puede ser abierto y satisfactorio, pero no es el caso. A todo esto hay que sumarle los problemas narrativos: descripciones confusas, abuso de comparaciones y referentes y errores de traducción. Nunca más.

Cosas que he aprendido:

  • Las descripciones con terminología específica de huesos son molonas.
  • Los nigromantes, como personajes literarios, tienen mucho que ofrecer.
  • No se puede sostener una novela en segunda persona.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

Saga La tumba sellada, Libro II: Harrow la Novena, Tamsyn Muir

PUNTUACIÓN...2/5!

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Primeras Líneas...

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