Revista Comunicación
Y por fin, cumpliendo con lo prometido (aunque con mi eterno retraso), publico este largo artículo con todas las críticas de la que es, con toda probabilidad, la saga de musicales centrados en la danza, más conocida de todas.
Yo personalmente, tardé mucho en conocerlas y en darles una oportunidad; por muchos motivos, para empezar, suelo desconfiar bastante de las películas de danza, pues no siempre son musicales o les cuesta serlo; y para seguir, la publicidad es atroz y muy poco atractiva según para qué público (echar una ojeada a todos los posters de las películas que aparecen abajo), con esa desmedida y erotiquísima sensualidad y sexualidad exuberante (que en realidad vende humo, porque estos filmes son puros y castos a más no poder, probablemente todos tienen la calificación de “para todos los públicos” en España) que echa para atrás, pues te imaginas el poco argumento que tendrá el tema, y la baja calidad que debe de tener un producto que hace uso de una artimaña tan baja y artera para convocar público (todos y cada uno de los pósters cuentan con imágenes, tanto de hombres como mujeres, en poses cuanto menos sugerentes), aún llegaré más lejos, estoy convencido de que estas campañas publicitarias más perjudicaron a estos filmes que los beneficiaron, pues espantan a una parte del público que no basa las decisiones en sus hormonas a la hora de comprar una entrada.
En mi caso, yo no llegué a atreverme o interesarme por ninguna de las películas hasta la quinta (¡la última estrenada!, aunque ya sabía de la existencia de la saga desde la tercera, que fue ampliamente promocionada); e incluso en este caso, no fui a verla al cine sin antes conseguir algunas de las anteriores, calibrarlas, y ver si merecía la pena el riesgo de pagar en el cine por ver la nueva entrega.
Finalmente, ya convencido de su interés, acabé viéndolas todas; originalmente, con el objetivo de hacer una crítica express de todas ellas (como ya ha pasado en alguna que otra saga), esa era mi intención inicial, pues no creía que merecieran otra cosa. Pero a medida que las iba visionando, y especialmente cuando las concluí, mi percepción cambió totalmente y llegué a la conclusión de que se merecían una crítica entera; no porque sean en absoluto grandes obras maestras, pero sí que tienen algo especial, una cierta calidad que sí merece ser reconocida, y eso es lo que hago escribiendo este artículo.
Por otro lado, todo lo hay que decir, quizás, el truco para apreciar verdaderamente estas películas, es no pedirles más de lo que pueden y quieren dar, nunca esperar demasiado… y entonces, sí que te sorprenderán positivamente, muy especialmente en los números musicales, que siempre suelen contar con unánime reconocimiento a su calidad (¡qué vuelva el Oscar a la mejor coreografía!, ¡pero ya!).
En fin, pasemos a hablar sin más dilación de la…
Saga Step up:
Bueno, la llamamos saga por calificarla de alguna manera, pues lo cierto es que, quienes hayan visto las películas, saben que los puntos de unión entre estas son muy, pero que muy leves; de hecho, por lo general, este algo en común suele ser un personaje de una anterior entrega que hace un cameo en algún momento (frecuentemente al final, especialmente el personaje de Moose interpretado por Sevani, que sale en todas excepto la primera, y que incluso fue protagonista casi absoluto de la tercera).
Por lo demás, quien quiera aficcionarse a la saga, podrá hacerlo tranquilamente y ver cada película con cierta independencia de las otras sin tener la impresión de perderse demasiado, pues se puede decir que en cada filme se parte casi de cero.
Bueno, ¿de cero?, más o menos, porque esta, como muchas otras sagas que originalmente no tenían pensada secuela (veáse este ejemplo o este otro), y que acabaron teniéndolas debido a un éxito que sobrepasó las expectativas originales, también a “Step up” se le notan las costuras.
Dicho de otro modo, como bien reza el viejo lema televisivo “si algo funciona, no lo cambies”, pues bien, este es otro ejemplo perfecto del tipo de saga que comentamos, que reaprovecha el mismo argumento, una y otra vez, con distintas variaciones; las suficientes para venderla como una película distinta, pero sin salirse demasiado de la línea, para que siga siendo el producto de éxito que triunfó originalmente, es decir, la formula que funciona.
Así, no resulta difícil ver un argumento común en todas y cada una de las películas, que sería el siguiente: grupo de fracasados o de rechazados, liderados por alguien carismático, recogen o integran en su colectivo a un novat@ (cuyo entorno habitual desconoce y debe seguir sin saber de sus nuevas amistades y especial aficcion a la danza) con no demasiados conocimientos sobre el baile en cuestión pero un gran talento potencial.
A partir de ese momento, surgirá una gran oportunidad que puede solucionar los problemas del grupo, y todo este se pondrá a trabajar con afán y buen humor para conseguir el objetivo; aunque siempre rivalizarán con un adversario aparentemente superior y contra el que también suele haber algo personal.
Por el medio, las contrariedades harán que el grupo se hunda y que las lealtades se tambaleen (habrá uno del grupo que traicione a los demás y sea acogido por el adversario), y el secreto del novat@ se descubrirá, de modo que este deberá enfrentarse al mundo y tomar la decisión de qué camino quiere seguir (obviamente será seguir bailando).
Finalmente, llegan a la prueba final, la gran oportunidad, donde su talento acaba por brillar muy por encima de un adversario que lo da todo… y final perfecto donde todos son felices, consiguen lo que quieren, incluso aunque sea la combinación de dos cosas imposibles e improbables… es decir, el viejo final made in Hollywood de toda la vida que a todos nos encanta.
A nivel de personajes, nos encontramos con una pareja seria protagonista que vive un romance, y después una serie de personajes cómicos secundarios que descargan parte del dramatismo; especialmente uno de ellos, el más pegado al protagonista, aunque este precisamente, acabará resultando ser un punto de inflexión clave en el argumento.
Si os fijáis, veréis que todas y cada una de las películas siguen este modelo, esta especie de plantilla que acabo de comentar; ello, como ya digo, no debe extrañarnos, pues ya he citado otros ejemplos de sagas (alguna considerada, con notable unanimidad, de gran calidad) que siguen ese estilo. Por otra parte, seguro que muchos ni lo habéis notado hasta que lo habéis leído ahora mismo, ¿a qué no?.
Otra característica curiosa del conjunto de los filmes es su utilización de actores desconocidos y el evitar grandes estrellas (Tatum fue la excepción, pero en esa época no era tan conocido)… y sin embargo no les va mal. Quizás sea porque lo cierto es que no son en absoluto un producto pretencioso, saben que no van a hacer una obra maestra, nada rebuscado o intelectual, ni un taquillazo inconmensurable (pero es evidente que tienen un público fiel, sino hubiera sido imposible que hicieran cinco películas), aunque lo asumen con suma dignidad, y quizás, esa sea una de sus grandes virtudes, el que son perfectamente conscientes de lo que venden y su auténtico valor.
Así, el cambio continuo del reparto artístico (manteniendo algún ligerísimo nexo de unión en forma de cameo) es una característica vital de esta saga, y no sólo en los actores; de los directores, sólo uno ha hecho dos películas.
Y ahora llega el momento de analizar uno de los puntos más importantes de esta crítica (pues todos sabemos de la especial predilección de Universo de A por este género), ¿es la saga “Step up” un musical?, genéricamente se puede decir que sí, aunque unos filmes más que otros, con mayor calidad y merecimientos. Pero lo cierto es que se puede dar una respuesta afirmativa, puesto que las danzas sí cuentan algo, sí forman parte de la historia, y las películas se verían muy empobrecidas y no serían las mismas sin ellas (aún llegaré más lejos, dado el general bajo nivel argumentístico, los filmes serían insostenibles sin los números musicales, algo que reconocen la mayor parte de los críticos), no están sólo de adorno, realmente contribuyen a dibujar la historia (evidentemente, en unos casos más que otros), y por eso, se puede decir, con todas las de la ley, y todos los honores, que “Step up” es una saga musical.
En cualquier caso, también pasa otra de las grandes pruebas de un musical, que es una de las más importantes, pues al terminar estas películas, dan ganas de formar parte de ese mundo, de ponerse a bailar… y el hecho de que consigan hacerte sentir eso, que te muevan de ese modo, ya es algo impagable y maravilloso que les concede un “no-sé-qué” especial que no todos tienen.
También destacar las distintas miradas a las diversas disciplinas de la danza por parte de la saga, que, aunque se ha centrado mayoritariamente en el baile callejero, también ha incluído y reflexionado sobre otras modalidades, enriqueciendo de ese modo el conjunto.
En cualquier caso, no hay duda de que es una de las sagas musicales de baile más destacables y más referenciables, especialmente en su subgénero de danza urbana, y reamente ha conseguido hacerse un sitio dentro del musical, por lo que vale mucho la pena conocerla y echarle una ojeada, independientemente de que su calidad global esté lejos de ser, ni pretender, la creación de una obra maestra.
En fin, sólo queda ponernos con las críticas de cada película en particular:
-1: Step Up. Bailando
Título originalStep UpAño2006Duración98 min.País Estados UnidosDirectorAnne FletcherGuiónDuane Adler, Melissa Rosenberg (Historia: Duane Adler)MúsicaAaron ZigmanFotografíaMichael SeresinRepartoChanning Tatum, Jenna Dewan, Rachel Griffiths, Mario, Drew Sidora, Heavy D, Damaine Radcliff, De’Shawn Washington, Josh Henderson, Deirdre Lovejoy, Alyson StonerProductoraTouchstone Pictures / Summit Entertainment / Offspring EntertainmentGéneroMusical. Drama. Romance | Baile. AdolescenciaWeb oficialhttp://myspace.com/stepupmovie
SinopsisTyler Gage (Channing Tatum) ha crecido y pasado toda su vida en los barrios más peligrosos de la ciudad de Baltimore y sabe que es poco probable que alguna vez salga de ahí. Un día, tras un roce con la ley, Tyler es sentenciado a realizar un servicio comunitario en la Escuela de Artes de Maryland. Allí conoce a Nora (Jenna Dewan), una atractiva bailarina que está buscando desesperadamente a alguien que sustituya a su compañero, de baja por accidente, antes de la importantísima Exhibición Senior de la escuela. Espiando los movimientos de Tyler, Nora no puede evitar notar que tiene un talento natural sin pulir. Decide arriesgarse con Tyler pero, cuando empiezan a entrenar, la tensión entre ellos y sus orígenes tan opuestos, hacen combustión. Lo único que separa a Tyler del vacío son sus sueños de salir de las calles, y lo único que se interpone en el brillante futuro de Nora es la Exhibición Senior. Ahora, con tanto en riesgo, Tyler tendrá sólo una presentación para probarle a Nora, y a sí mismo, que puede ascender a una vida mucho mejor de lo que jamás imaginó.
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Con un Channing Tatum que aún no había alcanzado la fama que le llegaría posteriormente (y no ha vuelto a aparecer en toda la saga -excepto un pequeño cameo en la segunda-, ni siquiera en la última “all in” en la que se pretendía reunir a todos los personajes más destacados… no sabemos si se ha debido a un rechazo por parte de él, o a un no poder asumir el caché de la nueva estrella por parte de una producción que siempre apuesta por caras nuevas o semidesconocidas… pero es evidente que no les va mal); la primera parte del impredecible comienzo de una saga que ya ha llegado a las cinco películas, y que fácilmente podría tener unas cuantas más, se presenta bastante vulgar a nivel de historia.
Lo cierto es que pocos alicientes presenta un guión plagado de clichés y que nos lleva por un camino predecible y conocido la mayor parte del tiempo.
Sin embargo la dirección lo sostiene con eficacia, consiguiendo una película que resulta entretenida, tan agradable de ver como de olvidar, y que no entusiasmará a nadie que haya visto alguna que otra película de esta temática.
El resto del apartado técnico tiene la corrección habitual que se puede esperar de toda producción de Hollywood, academicista pero no talentoso (aunque la fotografía no parece muy adecuada); aceptable, pero no genial; verosímil, pero nada más.
La música es sorprendentemente agresiva y no termina de fusionarse bien (de hecho ni lo intenta) con la clásica, que apenas se oye.
Las coreografías, quizás lo más importante del filme, abren una puerta que se explorará posteriormente en las siguientes películas; pero hasta el número final, en general se puede decir que no explotan en espectacularidad; lo cierto es que, irónicamente, toda la película nos la pasamos viendo ensayos, y el propio filme parece un entrenamiento para lo que vendrá al final, y especialmente las que vendrán después.
Los actores cumplen con sus nada exigentes papeles y les aportan la vida necesaria para que sean creíbles, tampoco está en su mano hacer nada más.
SPOILER: Como curiosidad final decir, que, es precisamente al final cuando la historia se pone realmente interesante: el saber como continuarían los personajes su relación, seguramente a distancia, al estar ella en una compañía profesional y él estudiando, y todos los problemas consecuentes, probablemente hubiera generado un interesante argumento que nunca se llegó a aprovechar, puesto que la siguiente película iniciaría la tradición de cambiar de tercio, borrón y cuenta nueva sobre lo anterior, con un lígerísimo nexo de unión.
Valoración final: no creo que nadie (ni siquiera los propios creadores) pudiera imaginarse, ni de lejos, que esta película comenzaría una exitosa saga de películas musicales de baile (aunque tampoco nadie esperaba que “High school musical” se convirtiera en lo que acabó siendo); no es para menos, no había material para ello.
Quizás, lo que acabó provocándolo fue la originalidad de la introducción de la disciplina del baile callejero, que no ha pisado demasiado el terreno de las “grandes artes” (hay quien podría decir que su naturaleza se lo impide, pero también otros bailes de origen más que bajo y popular, como el claqué, acabaron “aristocratizándose” por obra y gracia de Broadway y del cine -en este último caso, especial culpabilidad tiene Fred Astaire-).
En cualquier caso, y como se ha dicho, abrió la puerta hacia una nueva forma de afrontar el cine musical, e indudablemente se convirtió en una fórmula de éxito.
-2: Street Dance (Step Up 2 the Streets)
Título originalStep Up 2 the StreetsAño2008Duración98 min.País Estados UnidosDirectorJon ChuGuiónToni Ann Johnson, Karen Barna (Personajes: Duane Adler)MúsicaAaron ZigmanFotografíaMax MalkinRepartoBriana Evigan, Robert Hoffman, Telisha Shaw, Will Kemp, Adam G. Sevani, Cassie Ventura, Danielle Polanco, Christopher Scott, Channing TatumProductoraTouchstone Pictures / Summit EntertainmentGéneroMusical. Drama | Adolescencia. Baile. SecuelaWeb oficialhttp://www.myspace.com/stepupmovie
SinopsisCuando Andie, una temperamental bailarina, ingresa en la Maryland School of the Arts, no le resulta fácil integrarse en el grupo sin perder su personalidad. Así que decide unirse a Chase (Robert Hoffman), el bailarin con más carácter de la escuela, para formar un grupo de alumnos marginados que participarán en una competición de baile alternativo de Baltimore (“The Streets”).
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En esta película se sientan e instituyen definitivamente las bases de lo que va a ser el resto de la saga: hay un pequeño nexo de unión (Channing Tatum en una breve aparición al principio), pero después se desarrolla un argumento totalmente independiente que no tiene nada que ver con lo anteriormente visto, y que olvida totalmente la pasada película (y no hace ningún tipo de referencia a como acabaron los personajes, que están haciendo en ese momento o cualquier otra cosa). Momentáneamente respeta las ubicaciones originales (algo que ya no se volverá a hacer, es más, cada filme cambiará drásticamente el escenario, incluso de ciudad, convirtiéndose, casi, en todo un viaje por el baile urbano de EEUU), pero el resto, cambia absolutamente, así, a pesar de desarrollarse en la misma escuela que en la primera entrega, el profesorado y sus alumnos son sustituídos integramente.
La historia, establece el argumento comentado más arriba, que servirá de plantilla al resto de las películas; y lo desarrolla con un guión relativamente bueno, pues tiene algún que otro rico golpe de ingenio inesperado que mejora el visionado de la película, dentro de su inevitable predecibilidad.
La dirección, lleva con buena mano una película preparada para ser totalmente comercial y fácil de ver, característica de toda la saga.
El resto del apartado técnico, comienza una tradición que ya no abandonará a estas películas, y que las mejorará filme tras filme (debido a una probable mayor inyección de presupuesto), buscando una gran estética, que lo que se vea sea agradable de cotemplar, o simplemente espectacular; así, el fasto por el fasto, lo colorido por lo colorido, acabarán por convertirse en los lemas de una saga cuyo máximo objetivo final es ofrecer un gran espectáculo, sin más pretensiones (y todos contribuyen a eso: una resaltadora fotografía; agradable escenografía y vestuario… etc).
Hay quien podría argumentar que precisamente este es el punto flojo de todos los filmes, pero es que, la verdad, nunca han pretendido otra cosa, y en su sinceridad está su grandeza; la película en sí misma (y en esto se progresará hasta el límite en futuras entregas) es una excusa, un vehículo para grandiosos números (como lo fueron tantas revistas musicales, por nombrar un precedente del género).
Así pues, aquí ya nos encontramos una música más pensada y unas coreografías mucho más diseñadas, que, vistas con perspectiva, son el aperitivo de lo que llegaremos a degustar, puesto que la saga va a ofrecer mucho, pero mucho más; “Step up” ha encontrado su camino y está decidida a seguirlo.
Así, como ya digo, se pueden encontrar momentos realmente buenos en este filme.
En lo que respecta a los actores, esta es la primera aparición de Adam G. Sevani que se convertirá en uno de los iconos por excelencia de la saga con su personaje de Moose. Por lo demás, nos encontramos con unas interpretaciones aceptables entre las que necesariamente destaca Briana Evigan por ser la protagonista.
Valoración final: esta es sin duda la película que traza las líneas de lo que acabará siendo la saga, la cual evolucionará a partir de lo aquí usado. Por lo demás, es una película agradable de ver, con grandes números musicales.
-3: Step Up 3-D
Título originalStep Up 3DAño2010Duración107 min.PaísEstados UnidosDirectorJon ChuGuiónAmy Andelson, Emily Meyer (Personajes: Duane Adler)MúsicaBear McCrearyFotografíaKen SengRepartoRick Malambri, Adam G. Sevani, Sharni Vinson, Alyson Stoner, Harry Shum Jr., Kylie Goldstein, Ally Maki, Christopher ScottProductoraTouchstone Pictures / Summit Entertainment / Offspring EntertainmentGéneroMusical. Drama. Romance | Secuela. Baile. Adolescencia. 3-D
SinopsisEl intenso baile callejero del metro de Nueva York cobra vida en 3D en la tercera entrega de la franquicia Step Up (2006), cuando la cruda y apasionada cultura se globaliza. Un cerrado grupo de bailarines callejeros, que incluye a Luke y a Natalie, se reúne con el novato Moose y juntos terminan enfrentados a los mejores bailarines de breakdance del mundo en una confrontación final que cambiará sus vidas para siempre.
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Como curiosidad, decir que esta película se anunció mucho y se promocionó como la primera película de baile en 3D, forma de proyección que en esos momentos aún estaba empezando.
Y la saga cambia la ubicación, la ruptura con lo anterior se vuelve totalmente evidente, aunque siempre se mantenga una leve unión, en este caso, el personaje de Moose, y curiosamente, la reaparición de Alyson Stoner que, aunque ni se vuelve a mencionar (tema que ya se ha comentado como característico de esta saga) era la hermana pequeña del personaje que intepretaba Tatum en la primera parte. En esta secuela, Sevani acanzará su mayor protagonismo, sin que ello desvirtue el esquema ya comentado según el cual se realizan todas las películas.
Así, la historia vuelve a lo ya mencionado y lo hace con un guión que quiere dar un toque más moderno, más global a todo (por algo se ubica en Nueva York), pero sin perder su urbanidad y gusto por lo callejero (sólo hay que ver los personajes); de hecho, tiene un toque que recuerda un poco a “Rent” (pero no sigamos comparando, que en este caso sería muy pero que muy odioso…).
La dirección es hábil y sabe que lo importante es el espectáculo por el espectáculo, y que eso es lo que hay que lucir, así, aunque hay cierto toque “independiente” (influencia de “Rent”, probablemente, como ya se ha dicho), no se pierde de vista el objetivo final.
Y en ello se empeña todo el equipo técnico, especialmente la dirección artística, volcada en la creación de algo lo más bello y aparatoso posible, la gente viene a por grandiolcuencia, y grandilocuencia van a tener; pues si algo caracteriza estas películas, es, como ya digo, el aumentar, mejorar y potenciar los puntos fuertes, centrándose totalmente en ellos (y quizás olvidando los débiles, lo que provoca que el resultado final sea tan desigual).
Así, los números musicales aumentan la espectacularidad, y consolidan la base y el mayor aliciente de estas películas con coreografías brillantes que sacan lo mejor y los mayores recursos posibles para dejar boquiabierto al espectador.
Como curiosidad decir que esta es la única película en la que se ve un número musical clásico (entre Sevani y Stoner), que tan distante está del estilo habitual de estos filmes.
En lo que respecta a los actores, una vez más, cumplen su papel aceptablemente, no tienen material para más (y algunos tampoco el talento necesario), y por otra parte, nadie ha pagado una entrada para verlos hablar, sino bailar (aunque yo estoy casi seguro de que en alguna que otra escena han sido doblados por profesionales).
Valoración final: la saga se consolida, potencia los puntos que sabe fuertes, y descuida los débiles; buscadamente espectacular y agradable de ver, comienza el viaje de la saga por las más variadas localizaciones.
-4: Step Up Revolution
Título originalStep Up Revolution (Step Up 4)Año2012Duración99 min.País Estados UnidosDirectorScott SpeerGuiónJenny MayerMúsicaAaron ZigmanFotografíaKarsten GopinathRepartoKathryn McCormick, Ryan Guzman, Stephen Boss, Chadd Smith, Megan Boone, Jessica Guadix, Morgane Slemp, Cleopatra Coleman, Tommy Dewey, Tamara JonesProductoraSummit Entertiainment / Offspring EntertainmentGéneroDrama | Secuela. 3-D. Baile
SinopsisLa historia se centra en una joven “niña de papá”, que se enamora del líder de un grupo de baile que organiza flashmobs por amor al arte. Cuando el padre de ésta quiere demoler el barrio donde viven los bailarines, la chica insta sus compañeros de baile a que utilicen los flashmobs para reivindicar. Nueva entrega de la saga Step Up.
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De Nueva York a Miami, pero no perdemos nada por el camino, pues este es probablemente uno de los títulos más fastuosos de la saga; ya desde el comienzo, con números musicales que harán enmudecer a cualquiera, siguiendo una increíble progresión hasta el final.
La historia, si bien sigue la plantilla continuamente referenciada; en esta ocasión, las variantes que introduce son de curiosa actualidad: con medio mundo conmocionado por el movimiento de los Indignados del 15-M (que en EEUU también tuvo su réplica con Occupy wall street), una saga de películas tan frívola y tan entregada al entretenimiento como esta, se mete con sorprendente éxito en el tema del arte-protesta; entendámonos todos aquí, no es que nos envíen un grandísimo y sesudo mensaje revolucionario, pero sorprende ver el como se meten en el tema, y sin abandonar su ligereza característica, no salen mal parados.
Así pues, el guión prepara con mano maestra una nueva entrega en la que mezcla actualidad con liviandad; protesta con comercialidad… y todo siempre siguiendo la misma plantilla; pero ante todo y sobre cualquier cosa, espectáculo, y por ello, los fallos o lo predecible que pueda resultar importan bastante poco frente a la colosal exhibición que te presentan.
Así, la dirección y todo el apartado técnico se dejan arrastrar por la importancia de los números musicales y se ponen totalmente a su servicio; la saga ha alcanzado su culmen estético, lo bello por lo bello, lo rimbonbante por lo rimbonbante llegan a su máxima expresión en esta entrega, cuyo más que conseguido objetivo final es dejar deslumbrado al espectador en su butaca. Todo participa en ello: fotografía, dirección artística, vestuario (a veces incluso con el riesgo de resultar poco realista, ¿pero acaso lo eran los musicales de la MGM?, y lo que es más importante, ¿a alguien le importaba que lo fueran?).
Así pues, las coreografías son simplemente magníficas, brillantemente conseguidas y alcanzan el máximo brillo en este filme en el que todo está, y con razón, a su servicio; consiguiendo una película en la que le objetivo acaba siendo el arte por el arte, y en la que cuesta esperar para ver el siguiente número musical.
En lo que respecta a los actores, vuelven a estar correctos en sus papeles y geniales en los números musicales, para que pedirles más. La increíble química de la pareja protagonista destaca especialmente.
Valoración final: probablemente, una de las mejores de la saga y el máximo exponente de su evolución. Espectacular, aparatosa y sensacional; busca impresionar, y vaya si lo consigue.
-5: Step Up: All In
Título originalStep Up: All InAño2014Duración112 min.País Estados UnidosDirectorTrish SieGuiónJohn Swetnam (Personajes: Duane Adler)MúsicaJeff CardoniFotografíaBrian PearsonRepartoRyan Guzman, Briana Evigan, Stephen “tWitch” Boss, Misha Gabriel, Izabella Miko, Alyson Stoner, Adam Sevani ProductoraSummit EntertainmentGéneroMusical. Drama. Romance | Baile. 3-DWeb oficialhttp://stepupmovie.com/
SinopsisEn esta nueva cinta de la saga “Step Up”, varias estrellas de anteriores entregas se enfrentarán en Las Vegas, en una batalla que definirá sus sueños y cambiará -a algunos- sus carreras.
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La saga culmina con este filme que recupera a muchos de los personajes de las películas pasadas (de ahí el título de “all in”, traducido “todos dentro”; pues hay al menos un personaje de cada una de las películas). Entendámonos todos aquí, no es que nos encontremos ante un guión super sesudo y complejo en el que se cierran todas las historias pasadas, para nada, una vez más, se sigue la tradición de esta saga de “lo que ha sucedido desde la última vez que nos vimos, es una gran página en blanco” (con la única excepción del romance entre los personajes interpretados por Sevani y Stoner, que ya habíamos visto nacer en la tercera, y que aquí aparece consolidado); a los que, por supuesto, se unen otros nuevos. La verdad es que uno no deja de preguntarse que criterio utilizaron los productores para decidir quien volvía y quien no (aunque casi seguro, el económico y la disponibilidad), pero uno no puede evitar pensar en los que se quedaron fuera, casi despreciados.
En esta ocasión nos vamos a Las Vegas, sitio cuya ampulosidad es perfecto símbolo de estas películas. Sin embargo, la última entrega de la saga (pues a pesar de su carácter de reunión y un poco de “gran final”, estoy casi seguro de que habrá más, cosa que, si sucede, serán puntualmente agregadas en este mismo artículo) plantea una serie de dilemas que no estaban tan claros antes; así, su gusto por el lujo visual parece estar perjudicando a los orígenes de una danza más bien barriobajera; y ese es sólo un ejemplo de como el producto corre el serio peligro de deformarse, y en su intento de evolución (bajo ese lema de “más y más grande”) barroquizarse hasta extremos peligrosos.
Por lo demás, guión e historia no plantean nada original que no hayamos visto (sólo más grandilocuencia), exceptuando el hecho de reunir a los viejos participantes en anteriores entregas con el gran objetivo de crear un producto más vistoso; eterna finalidad de estas películas (de hecho no han faltado críticos que hayan señalado que este filme tiene aún menos argumento que los anteriores).
En cuanto al reparto técnico, cumple con su función de crear unas imágenes ostentosas, en una colaboración total que permita que la danza sea la auténtica protagonista, y lo que finalmente quede fijado en la mente. Sin embargo, no hay que dejar de destacar el magnífico vestuario y caracterización del personaje de la cantante pop Alexa Brava, que, consigue el permanente objetivo de estas películas de asombrar una y otra vez.
Así, vuelven a aparecer grandes números musicales que abandonan totalmente la pobreza de recursos que habían dejado de lado definitivamente en la anterior entrega, y se dejan llevar por la opulencia y la magnificencia.
En cuanto a los actores, normalmente se diría que perfectamente, porque retoman sus personajes… pero cuesta decir que haya un personaje que retomar; así que, simplemente, cumplen con su cometido, y con figurar para levantar la nostalgia gracias a esta recopilación de personajes anteriores (a los que no se puede decir que hayamos cogido cariño, porque nunca se les ha definido bien, simplemente, resultan agradables conocidos). De los nuevos, muy a destacar en el reparto, Izabella Miko interpretando a la extravagante cantante Alexa Brava, perfecto reflejo de muchas actuales.
Como curiosidad, decir que esta fue la primera y única de la saga que he visto en cine, y creo recordar que han mantenido la opción 3D, aunque yo no la he escogido (las razones pueden deducirse de este otro artículo que escribí hace tiempo).
Valoración final: la última entrega de la saga sigue esa idea del circo de “y ahora, aún más difícil”, o en realidad de “y ahora, más, mejor y aún más grande”, pero puede que las posibilidades de ese camino se estén agotando, y un peligroso manierismo ronde la saga, lo sabremos si se estrena una nueva entrega.
Por lo demás, sigue siendo una película plenamente agradable de ver, a la que no hay que exigirle más de lo que pretende ser, y que sólo busca el espectáculo por el espectáculo y el entretenimiento por el entretenimiento; exigirle otra cosa es “pedir peras al olmo”, pues ni nunca lo ha pretendido ni ha sido jamás su objetivo; es franca consigo misma y con los demás, algo de lo que muchos deberían tomar ejemplo.
Otras que siguieron la estela:
-Street Dance, ¡a bailar!: los británicos, que tanta aficción parecen sentir por el musical (como tanto se ha demostrado últimamente, en su clara competición contra la tradicional y conocida hegemonía estadounidense), hicieron también sus pruebas y sus experimentos emulando a la saga de baile “Step up” con su propia versión.
Es una copia, no hay duda, más de lo mismo, siguiendo un modelo idéntico… y como las originales tampoco son ninguna obra maestra, fácilmente se puede imaginar el resultado.
Así pues, es visionable, aunque no entusiasma, simplemente, sigue la estela de un éxito pretendiendo recoger parte de él (es más, si os fijáis, ¡hasta el póster sigue el mismo modelo que los de “Step up”!).