Existen sagas de libros muy extensas, tanto por el número de libros que las componen, como por la extensión de cada uno de esos libros. Yo he leído varias que me ha tomado su tiempo completar pero que, ahora, años después, me apetecería volver a leer. Se trata de sagas que, por algún motivo, me marcaron en su día y su relectura es algo que no descarto, aunque teniendo tantos libros nuevos que leer por delante, tiendo a aplazarlas y no sé en qué momento me pondré con alguna. Si te quedas, te cuento el motivo por el que estas sagas merecen ser leídas más de una vez.
– Voy a empezar hablándote de “Los hijos de la tierra” de J.M. Auel. Esta saga de 6 libros sobre un periodo tan poco usual en la literatura como la prehistoria me cautivó desde que su primera entrega cayó en mis manos cuando me tocó como promoción en un periódico. Aunque al principio me dio mucha pereza empezar a leer este primer libro llamado “El clan del oso cavernario”, una vez me puse a ello no pude parar y, posteriormente, aproveché que en la biblioteca de mi facultad estaban todos los libros publicados hasta el momento de esta saga para, poco a poco, completarla. La historia de Ayla, su joven protagonista, no tiene desperdicio porque enseña muchísimo sobre nuestros ancestros, sus sociedades, costumbres, creencias, inventos… Aunque la autora tira también de imaginación y especula sobre teorías acerca de, por ejemplo, cómo comenzó la domesticación de animales como los caballos, dichas teorías no son descabelladas y funcionan a las mil maravillas en esta historia a la que no le falta aventuras, acción, viajes y todos los elementos que hacen que te enganches (y mucho) a un libro. Tengo que sacar tiempo, cuando sea, para volver a leer esta saga que recomiendo con creces, porque es una de las mejores que he leído nunca.
– Otra saga que no pude parar de leer en su día a pesar de su brutal extensión tanto en número de libros como de páginas fue “La rueda del tiempo” de Robert Jordan, terminada por Brandon Sanderson tras el fallecimiento de Jordan. Esta colección de fantasía me tuvo en vilo muchísimas horas y, aunque adolece de un ritmo excesivamente lento en ocasiones y con muchas páginas de relleno, su trama es tan buena que te sumerge de lleno en su mágica historia. Pasan tantísimas cosas que de algunos pasajes sólo tengo pinceladas ya en mi memoria y creo que esta obra maestra bien merece una relectura en algún momento de la vida.
– Llegamos a otra saga que se las trae: “La Torre oscura” de Stephen King. 7 tomos, sin contar “El viento tras la cerradura” que no es un volumen propiamente dicho de la saga. Esta serie de libros atípicos en el estilo del escritor me gustó sobre todo por lo original de la trama, sus variopintos personajes y las aventuras que corren en su periplo hacia la Torre oscura. La fantasía más extraña mezclada con western hacen de esta saga una obra única que disfruté muchísimo a pesar de que su final baja bastante el nivel y, aunque no es mi caso, me consta que a muchos lectores les parece decepcionante. Y sí, quiero volver a leer sus trillones de páginas y marearme con las surrealistas peripecias de sus protagonistas, porque en su día disfruté mucho de esta historia que siempre recomiendo a los lectores más avezados y curtidos en sagas eternas.
– He querido dejar para el final mi saga favorita de todas. Se trata de una saga que he leído entera muchas veces, pero que sé que releeré varias veces más a lo largo de la vida. Estoy hablando de “Harry Potter” de la escritora británica J.K. Rowling. Y es que la historia del joven mago es redonda y perfecta en todos los sentidos: trama, originalidad, personajes creíbles y que evolucionan, grandes dosis de aventuras y acción, frases y escenas llenas de significado, y magia, mucha magia. De joven fui leyendo los libros en orden, conforme se iban publicando y se me hacía insoportable la curiosidad entre uno y otro por saber qué iba a pasar. Los 7 libros que componen “Harry Potter” son una obra de precisión y, cuando los vuelves a leer, te das cuenta de que la historia está tan bien pensada y conectada que, al llegar al final, comprendes cosas aparentemente poco o nada importantes que ocurrieron en libros anteriores. Admiro la imaginación de Rowling, su maestría para crear una historia tan compleja y su habilidad para hacerla dinámica, sin relleno, con un estilo narrativo fresco y ágil. Creo que esta saga será en el futuro un clásico de la literatura y todo el mundo, tenga la edad que tenga, debe leerla porque, aunque se empeñen en calificarla como lectura juvenil, su atmósfera que tiende a ser cada vez más oscura y lo complejo de su trama la convierten en idónea para adultos que disfrutan de las novelas de ficción o fantasía.
Por supuesto, hay más sagas que me gustaría volver a leer a pesar de su extensión como “Las crónicas de la Dragonlance” que en su día no pude terminar y que quizás sería interesante retomar y concluir en algún momento y seguro que alguna más me dejo en el tintero. Así que, como ves, las sagas kilométricas no me dan miedo y estoy tan loca como para querer volver a enfrentarme a sus páginas y páginas mínimo una vez más. ¿Te pasa lo mismo con alguna saga?
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