Sagua la Grande creció económicamente con Segunda Guerra Mundial

A partir de 1943 la región experimentó una reanimación, aumentó la producción de azúcar, el movimiento comercial y los precios del producto por el puerto de Isabela.
Otros sectores también experimentaron reanimación, la fundición Mac Farlane aumentó su nivel tecnológico y volumen productivo. La destilería incrementó la elaboración de alcohol 95º con un promedio anual de 22.7 millones de galones, cifra que sobrepasó en cinco veces la alcanzada durante la Primera Guerra Mundial. Esta industria se adjudicó el 78.16% de la producción alcoholera en la provincia, sólo superada por su similar La Vizcaya, en Matanzas.

Destilería "El Infierno"

Desde 1940, la Electroquímica del Caribe, aumentó en un 30% la producción de cloro líquido, sosa cáustica y ácido clorhídrico y amplió su base técnico material. Iguales síntomas de reanimación manifestaron la empresa ferroviaria, las entidades bancarias como la sucursal del Royal Back of Canadá, y otras industrias de menor importancia.
Compañías comercializadoras como la Amézaga, Almacenes Afianzados del Puerto de Sagua, Almacenes Alfert S.A. y los monopolios Cuban Sugar Plantación, The North American Trading Co y la Old Time Molasse Co, llegaron a controlar el 80% del movimiento comercial vinculado al mercado exterior lo que les permitió renovar sus naves, almacenes y medios de trabajo.

Sagua la Grande creció económicamente con Segunda Guerra Mundial

La agricultura cañera también experimentó el auge productivo, los más poderosos propietarios de tierras como Manuel Wong, Jesús Sánchez Allongo, Francisco Blanco y Pedro González Herrera, entregaron a la industria volúmenes de caña que fluctuaban entre 1.7 y los 2 millones de arrobas por zafra. También, aunque en menor proporción, los mayores arrendatarios y sub.-arrendatarios obtuvieron algunas ganancias.
Durante la guerra y posguerra se construyeron algunas obras públicas como la Plaza del Mercado, el Anfiteatro Municipal, el Vivac Municipal y la Casa de Socorros. Además, se amplió el alcantarillado y se urbanizaron calles, aceras y parques. Estas obras se concibieron a partir de intereses económicos y políticas electorales de la clase dominante sagüera.
La bonanza económica de estos años fue privilegio fundamentalmente de la oligarquía azucarera. En las principales industrias, la producción aumentó entre un 30% y un 50%; sin embargo, aunque se extendió la jornada laboral, los salarios de los trabajadores solo se incrementaron entre el 5% y el 10%.
En este período Sagua contaba con 39,538 habitantes y una población activa superior a las 13 mil personas, de ellas laboraban 10 mil.
La economía del territorio desde la post-guerra hasta 1952 continuó estimulada desde el punto de vista productivo. Estados Unidos continuó la compra íntegra de las zafras cubanas hasta 1947 y los precios se mantuvieron en alza durante toda la etapa. En el puerto de Isabela los precios del azúcar se cotizaron como promedio anual en 4,75 centavos la libra.
Por esta razón la producción y exportación de azúcar continuaron en aumento. Otras industrias y empresas como la destilería, la fundición y la electroquímica mantuvieron ritmos productivos estables, similares a los alcanzados durante la guerra. Por otra parte la mediana y pequeña empresa, con notable representación de los comercios, mostró y notable desahogo económico durante los años 40 y 50 del siglo XX.