El Sahara Forest Project está transformando el desierto en tierras de cultivo
Dado que desertificación se está convirtiendo en un problema cada vez más grave en todo el mundo, un ambicioso proyecto, el Sahara Forest Proyect está desarrollando tecnologías de vanguardia en el desierto de Qatar y Jordania para convertir las dunas de arena en tierra cultivable.
El objetivo es utilizar la energía solar térmica para evaporar el agua salada obtenida directamente del mar y condensarla en agua dulce para la producción eficiente de alimentos y biomasa.
(imagen: Sahara Forest Project)
El proyecto comenzó en 2011 firmando los primeros acuerdos en Qatar y dando inicio al programa piloto en 2012. Desde entonces se ha estado trabajando en Aqaba, Jordania en una prueba inicial en un terreno de 49 hectáreas ubicado a siete kilómetros del mar para demostrar la viabilidad económica del concepto.
La instalación está diseñada en torno a una central de energía solar por concentración refrigerada con agua salada procedente del mar. El calor generado por los espejos al concentrar la luz solar se emplea para la desalinización por evaporación y así producir agua dulce que se utiliza en en el sistema de riego de los invernaderos y las plantaciones al aire libre cercanas.
Los invernaderos proporcionan las condiciones de cultivo adecuadas para que, durante todo el año, puedan obtenerse alimentos de alto valor, tales como pepinos, tomates, pimientos, berenjenas. El agua de mar sobrante que todavía tiene un 15% de la salinidad, se evapora de nuevo para producir forraje y biomasa de uso energético así como una amplia gama de especies endémicas del desierto que toleran la sal. Otro subproducto que puede aprovecharse es la sal misma, para el cultivo de cierto tipo de algas empleadas en la producción de biocombustibles.
El Sahara Forest Project está echando números para iniciar un proyecto mas grande en el norte de África, de unas 10 mil hectáreas. La central solar produciría suficiente energía para abastecer todas las necesidades del proyecto así como 324 gigavatios-hora de electricidad al año extra para atender a las poblaciones cercanas. Tendría 740 hectáreas de invernaderos que consumirían los 20.000 metros cúbicos de agua dulce al año generada por la planta desalinizadora. Esta cantidad de agua es suficiente para producir 190.000 toneladas de alimentos.
Rodeando los invernaderos se crearían casi 5.000 hectáreas de cultivos y vegetación al aire libre que permitirían las reforestación del desierto y cuyo rendimiento sería de unas 30.000 toneladas de forraje. Para finalizar, la granja produciría 7.500 toneladas biocombustibles procedente de algas. El sistema daría empleo a unas 20.000 personas y permitiría la captura de 50.000 toneladas de CO2 al año.