Khadijeh Jahed, más conocida como Shahla, es una mujer iraní que contrajo matrimonio temporal con Nasser Mohammad-Khani, ex delantero de la selección nacional de fútbol de Irán y ex manager de un equipo de Teherán. El ariete tenía una esposa permanente llamada Laleh Saharkhizan, que murió asesinada el nueve de octubre de 2002.
Shahla fue acusada y condenada a muerte por el asesinato a puñaladas de Laleh en junio de 2004 por la sección 154 del Tribunal General de Teherán. Según el fiscal, el móvil fueron los celos.
Tras un largo proceso de suspensiones y confirmaciones de la sentencia, Shahla podría ser ejecutada el próximo 1 de diciembre según las informaciones publicadas por varios medios iraníes, ya que su condena a muerte ha sido enviada a la Oficina de Ejecución de Condenas de Teherán, que ha determinado dicha fecha para la ejecución, salvo que se produzca el indulto por la familia de la víctima.
La principal prueba para su condena fue una confesión durante su prisión preventiva en la que reconocía ser la autora del asesinato, cuando llevaba once meses privada de libertad, sin embargo, durante el juicio se retractó de tal declaración argumentando que “todo el mundo sabe en qué condiciones confesé”. A pesar de ello, la sección 15 del Tribunal Supremo confirmó la condena.
Su abogado, Abdolsamad Khorramsahi, solicitó una revisión de la orden de ejecución alegando que el caso no se había investigado debidamente y el presidente de la Magistratura ordenó en 2005 la suspensión de la ejecución para que se investigara el caso, a pesar de lo cual la condena a muerte volvió a ser confirmada en septiembre de 2006.
Ya en 2008, el presidente de la Magistratura volvió a anular la sentencia y ordenó una nueva investigación por haberse producido “irregularidades de procedimiento”. Esto tampoco fue óbice para que la Sección 1147 del Tribunal General condenara de nuevo a muerte a Shahla en febrero de 2009.
Su marido, Nasser Mohammad-Khani, que se encontraba en el extranjero en el momento en que se produjeron los hechos, estuvo varios meses detenido como sospechoso de complicidad, pero quedó en libertad tras la confesión de Shahla.
En Irán, tanto los hombres como las mujeres pueden tener matrimonios temporales y permanentes. En estos, se comprometen a estar casados durante un determinado período, previo pago a la mujer de una suma acordada, y al cabo de ese tiempo el matrimonio queda anulado. Los hombres pueden tener hasta cuatro esposas permanentes y número indeterminado de esposas temporales. Las mujeres sólo pueden estar casadas con un hombre a la vez.
La tortura y los malos tratos son comunes en Irán, especialmente durante los interrogatorios y antes de que los detenidos sean acusados formalmente, siendo habitual que se les niegue el acceso a abogados defensores. Las confesiones obtenidas mediante estos métodos suelen utilizarse como prueba principal contra ellos.
Fuente | Amnistía Internacional