Título: Sal de mis sueños
Autor: Fernando Trujillo Sanz
Editorial: El
desván de Tedd y Todd
Año de publicación: 2012
Páginas: 226
ISBN: B007V7427W
Nada
más comprarnos el Kindle, empecé a rebuscar libros en Amazon. Y con
este tuve un flechazo. Me hipnotizaron su título, Sal
de mis sueños, y
su portada y claro, que fuese gratis también ayudó un poquito. El
caso es que me lo descargué pensando que era una novela de terror.
No la conocía y a su autor, Fernando
Trujillo Sanz,
tampoco. El nombre me sonaba vagamente, sabía que era un escritor
con varias novelas digitales publicadas, pero nada más. Ni siquiera
me molesté en leer la sinopsis. Estaba dispuesta a dejarme llevar.
Y, por supuesto, a dejarme sorprender. Y vaya si me sorprendí. Para empezar, nada más
comenzar la lectura me di cuenta de que para nada es una novela de
terror, o al menos no es un terror al uso.
El
protagonista de esta historia, del que no sabemos su nombre hasta el
final del libro, es un adolescente de 16 años rebelde. Siente
debilidad por su madre, un ama de casa volcada en su familia,
cariñosa, que ahora está embarazada y por quien se desvive para
cuidarle y ayudarle.
En
cambio, la relación con su padre es muy distinta. Continuamente
discute con él, el marido y empresario perfecto, aunque como padre,
en su opinión, deje mucho que desear. Casi nunca está en casa,
siempre en su despacho, en viajes de negocios, desviviéndose por la
multinacional que dirige. Y quiere que su hijo siga sus pasos, que
estudie y saque buenas notas, que aprenda Contabilidad.
Pero
él no está dispuesto. No le gusta estudiar, ni el instituto. Todos
los profesores le tienen manía, sobre todo la bruja de Matemáticas.
No siente pasión por nada, ni siquiera por el fútbol. No sabe qué
quiere ser de mayor. Lo único que tiene claro ahora es que le
encanta estar con Iván, su mejor amigo, que le gusta muchísimo
Claudia, que odia a Eloy, el matón del instituto, y que por nada del
mundo quiere volver al centro privado al que su padre le obligó a
ir. Prefiere el instituto público porque por mucho dinero que tenga
su familia él no encaja con esos pijos.
Su
vida es normal, corriente, rutinaria, como la de cualquier
adolescente, hasta que de pronto comienza a tener unos sueños muy
extraños. Mientras sueña, es consciente de que está soñando, pero
aun así no entiende nada. La historia se desarrolla a lo largo de
seis sueños, a cada cual más sorprendente, raro, incomprensible...
Lo
único que tienen en común todos los sueños es que siempre aparecen
unas niñas pequeñas, gemelas, una rubia y otra morena, que solo
hablan mientras sujetan un bastón. La rubia es dulce, tranquila,
amigable, mientras que la morena le insulta, le grita y es una borde
con muy mala leche.
Todo
lo que ocurre en esos sueños cada vez se relaciona más con la vida
real del protagonista, que se siente cada vez más desconcertado,
superado y angustiado por la situación que está viviendo, tanto en
la realidad como en sus sueños. Demasiadas preguntas sin respuesta.
La
historia, con un lenguaje muy sencillo, cercano y fluido, tiene un
gran ritmo que hace que devoremos las páginas sin darnos cuenta.
Como el protagonista, queremos entender que está pasando y encontrar
todas esas respuestas. Deseamos llegar al final. Un final que me ha
sorprendido y me ha gustado mucho.
Si
bien es cierto que es bastante abierto y ambiguo y deja muchas
incógnitas sin resolver, muchos aspectos en el aire, la nota del
autor lo aclara todo a las mil maravillas, cosa que se agradece
mucho, la verdad.
He
disfrutado muchísimo con esta historia trepidante, realista y mágica
a partes iguales, que combina y entreteje a la perfección el mundo
real y el onírico, que mantiene la tensión en todo momento y que
tiene como protagonista a un joven al que acompañamos, comprendemos
y cogemos muchísimo cariño.
Un
gran descubrimiento que me ha sorprendido muy gratamente. Me ha
encantado el estilo del autor y estoy deseando leer más novelas
suyas. ¿Habéis leído alguna? ¿Cuál me recomendáis? Por mi parte
solo me queda animaros a entrar en mis sueños. Seguro que luego no
querréis salir.