Como sabes mis programas se centran en cuatro pilares que para mí son fundamentales, la alimentación, el ejercicio, el descanso y las emociones. Este último es uno de los más importantes.
Nuestro estilo de vida, el estrés, las prisas, toda nuestra carga, hacen que vayamos actuando de manera mecánica, sin pensar, sin escuchar a nuestro cuerpo, y claro… eso nos pasa factura y aparece el sufrimiento.
Cuando conocí a Zeneida me fascinó su proyecto y creo que te puede servir de gran ayuda para conseguir aprender a gestionar tus emociones. Tan necesario para poder alcanzar nuestros objetivos y vivir una vida plena y felíz.
Te dejo aquí una entrevista que le hice para que sea ella misma quien te explique como puedes aprender a auto-gestionarnte y conseguir tranquilidad y paz en el momento en la que la necesites, sin dejar que las circunstancias te condicionen.
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Zeneida te doy la bienvenida a mi blog, cuéntame un poco qué es lo que haces y cómo has llegado hasta aquí.
Acompaño a personas a librarse de preocupaciones, miedos y pensamientos estresantes para que salgan del sufrimiento. Les enseño a auto-gestionar su mundo interno para que se conviertan en sus propias “terapeutas”.
Soy Facilitadora Certificada y formadora de The Work de Byron Katie. Supe por primera vez de The Work en el año 2012 cuando trabajaba en Bangladesh. Durante la realización de una investigación sociológica en un burdel estaba siendo testigo de violaciones de derechos humanos hacia mujeres y niñas, y eso me generaba rabia e impotencia. Estaba enfadada con el mundo. En un momento comprendí que no podía contribuir al mundo si no lo aceptaba y amaba tal y como era. Ese mismo año fui a mi primera escuela de The Work con Byron Katie en California (EEUU). Y en todo estos años de práctica de The Work me he ido acercando a “ser una amante de lo que es” sin importar las circunstancias.
¿Qué es para ti el sufrimiento?
El sufrimiento no es tener una depresión o estar en la cama tirada sin energía… Sufro cuando no acepto la realidad tal y como es y quisiera que fuese diferente, que cambiase. Cada vez que le pongo un “y si…” o un “pero” a una situación estoy sufriendo. ¿Recuerdas algún momento en el que te sentiste plena, radiante y feliz? … Seguramente en ese momento no tenías pensamientos que se opusieran a lo que es, como por ejemplo “debería hacer más calor”, “yo no debería haberme comido eso”, “no debería sentirme culpable” o “los políticos deberían ser honestos”. Cada vez que creo un pensamiento que discute con lo que es, sufro.
¿Cómo podemos lidiar con él en nuestro día a día?
Lo primero es darnos cuenta de cuándo estamos sufriendo. Ser conscientes de ello. Para eso tenemos que acoger los pensamientos, no intentar cambiarlos.
Podemos empezar haciendo una lista de deberías, que en realidad son “quejas“. Que podría ser así: Me quejo de… porque… Me quejo de mi vecino porque pone la música muy alta. Me quejo de mi hermano porque nunca me llama. Me quejo del coronavirus porque es peligroso…. y escribir la lista hasta vaciarnos. Estas quejas esconden un debería. Por ejemplo: Mi vecino debería bajar el volumen, ser más respetuosos. Mi hermano debería llamarme más, debería ser más cuidadoso. El coronavirus debería desaparecer.
Luego cogemos cada una de las afirmaciones (ej: mi vecino debería ser más respetuoso) y las sometemos a las 4 preguntas e inversiones de The Work. Hacemos el proceso entero y esto me permite ampliar la mirada hacia esa situación, es como si “viera esa situación por primera vez”. Veo aspectos que antes pasaba por alto y, sin esfuerzo, dejo de creer el pensamiento “mi vecino debería ser más respetuoso”. Encuentro mi paz sin tener que cambiar la situación. Es como si normalmente tuviéramos puesto un piloto-automático que rechaza lo que ocurre y con la práctica de The Work somos capaces de parar, observar y darnos cuenta de que no hay nada que rechazar. Nos damos cuenta que la realidad es amable aunque mi mente, mis pensamientos, me digan lo contrario casi todo el tiempo.
¿Y en esta situación especial de confinamiento e incertidumbre que estamos viviendo?
Rechazar lo que ocurre nos sitúa en un lugar de víctima y es, en sí mismo, la mayor fuente de sufrimiento. Cuando acepto lo que es, puedo ser responsable de mi parte y dejar de sufrir.
Una manera de ser responsable es estar en mis asuntos. Existen 3 clases de asuntos. Mis asuntos (los de Zeneida), los asuntos de los demás (por ejemplo, de mis vecinos) y los asuntos de Dios o la Realidad (en el sentido de todo lo que escapa a nuestro control). Estamos acostumbrados a estar en asuntos de otros o en asuntos de la realidad y esto nos genera mucho estrés. Por ejemplo yo estaría en los asuntos de mis vecinos si les vigilara para que se pongan la mascarilla al salir a la calle o que no se encontraran con otros vecinos en la escalera. Estaría en asuntos de Dios si pienso “el coronavirus debería desaparecer ya!” y me lamento por cómo ha cambiado la vida. Si estoy ocupada en los asuntos de otros o de la realidad, no puedo ocuparme de mis asuntos, dejo de atenderme.
Mi asunto es seguir los protocolos de Sanidad como los entiendo y gestionar mis pensamientos, emociones y acciones. De esto último depende el sufrimiento o la felicidad de mis días.
¿Cómo empezamos con todo esto?
Primero tienes que estar dispuesto a sentir, este es el principio de todo. Cuando sienta estrés o tensión puedes preguntarte ¿Qué acabo de pensar? ¿qué estoy pensando?
Cuando creo un pensamiento que discute con la realidad, un pensamiento estresante, éste genera una emoción que podríamos llamar difícil. Por ejemplo: Si pienso que tras el confinamiento nada será igual o que todo será peor que antes del COVID-19, este pensamiento me genera tensión en el tórax, si le pongo nombre a la emoción puedo ver que es miedo.
Si rechazas sentir miedo, vas a estar en la evitación de todo aquello que potencialmente te haría conectar, sentir ese miedo. Y esto sólo genera estrés y sufrimiento. Y esto puede ser, por ejemplo, hacer cuentas sobre tu negocio en este nuevo panorama o compartir dudas acerca de tu relación con tu pareja. Si te abres a sentir ese miedo, entonces cambias radicalmente su significado.
Con la práctica de The Work aprendemos a identificar las diferentes emociones que ocurren en el cuerpo. Es decir, nos volvemos más sensibles a los cambios corporales y así podemos ser conscientes cuando aparece una tensión en el cuerpo detrás hay un pensamiento. La invitación es cuestionar estos pensamientos de miedo, estrés o preocupación con The Work.
¿Algún truco especial para las mujeres sin tiempo?
Lo que he observado conmigo y con mis clientas es que es importante reservar un tiempo en la mañana para una misma. Meditar 15 minutos, observar qué es lo que me ocurre por dentro (los pensamientos, las emociones, los cambios corporales…). Todo esto me esta diciendo cómo estoy. Respirar profundamente, bajar el ritmo y practicar la observación a lo largo del día es el principio del auto-cuidado, es lo que me da consciencia.
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Muchas gracias Zeneida por compartirnos tu proyecto.
Si te ha gustado te animo a escucharnos mañana, viernes 24 de abril, estaremos en directo a las 15h en mi perfil de Facebook.
¿Te apuntas?