Pascualina Curcio
En 1865 Marx le dijo al obrero inglés Weston que cuando el dinero se deprecia las mercancías varían de precio. Le decía también que, si la depreciación del dinero es por ejemplo del 100%, lo que implicaría un aumento del doble de los precios de las mercancías, el nivel de vida del obrero empeoraría espantosamente si se mantiene igual el Salario, y lo mismo ocurriría, incluso, en un grado mayor o menor, si su Salario subiese pero no proporcionalmente a la depreciación.
Enfatizó Marx a Weston: “Decir que en este caso el obrero no debe luchar por una subida proporcional de su Salario, equivale a pedirle que se resigne a que se le pague su trabajo en nombres y no en cosas. Toda la historia del pasado demuestra que, siempre que se produce tal depreciación del dinero, los capitalistas se apresuran a aprovechar esta coyuntura para defraudar a los obreros.”
El precio de la harina de maíz. Continuación del ejemplo anterior.
Supongamos que en esa misma economía que mostramos en la entrega anterior donde se produce harina de maíz, de repente un portal web manipula políticamente el precio de la moneda y la deprecia 100%. En este caso, el precio de la harina de maíz pasará de por ejemplo, 10 a 20 céntimos el kilo. Como la harina es un bien muy necesario, lo que los economistas de hoy llaman perfectamente inelástico, la producción se mantendrá en 10 kilos diarios, y los ingresos por venta de harina serán ahora 200 céntimos (10 Kilos por 20 céntimos/Kg). Recordemos que antes de la depreciación los ingresos por venta de harina eran 100 céntimos (10 Kilos por 10 céntimos/Kg).
En cuanto al precio de los insumos y materia prima también se duplicarán como consecuencia de la depreciación, pasando a ser 80 céntimos diarios (suponiendo que no se le subsidia el maíz al burgués). Por su parte, el Salario permanece en 20 céntimos diarios. Ahora, del total de los 200 céntimos de ingresos diarios por la venta de la harina: 80 corresponderán a la materia prima e insumos, 20 al Salario, y la diferencia, o sea la Ganancia será de 100 céntimos. Recordemos que la Ganancia resulta de restar el precio menos los Salarios y las materias primas e insumos.
La proporción del Salario con respecto al ingreso diario por venta de harina pasará de 20% a 10% mientras que la proporción de la Ganancia pasará de 40% a 50% y la correspondiente a insumos, materia prima y mantenimiento del capital se mantendrá en 40% y el grado real de explotación del trabajo pasará de 200% a 500%. Recordemos que el grado real de explotación se calcula dividiendo la Ganancia entre el Salario.
Ahora el asalariado, con su mismo trabajo, podrá comprar diariamente para su reproducción solo 1 kilo de harina en lugar de 2 viendo empeorar espantosamente, en palabras de Marx, su nivel de vida. En cambio, el burgués podrá adquirir 5 kilos en lugar de 4.
Explotación del trabajo en Venezuela
De acuerdo con los datos que publica anualmente el BCV en las cuentas consolidadas, el grado de explotación en Venezuela el 2017 fue 268%. Por cada bolívar que se destinó a los Salarios 2,68, casi 3 veces más, se destinaron a la Ganancia. Ese año, y aunque es el obrero quien con su fuerza de trabajo agrega valor a la economía, solo el 18,3% fue a parar a los bolsillos de todos los asalariados, mientras que el 49,1% se lo embolsó el grupo de burgueses.
Pero hay un pequeño detalle en estos números, y es que mientras los asalariados éramos 8.184.320, los burgueses eran tan solo 434.253, en otras palabras ese bolívar destinado a los salarios se debió distribuir entre más de 8 millones de trabajadores mientras que los 2,68 que se destinaron a los burgueses se distribuyó tan solo entre no más de medio millón de capitalistas. Cuando ajustamos ese minúsculo, más no insignificante detalle para calcular la explotación de cada trabajador, obtenemos que por cada bolívar que le correspondió a cada asalariado, el burgués se embolsó 30 bolívares. Así que, realmente la cuota de explotación del trabajador en Venezuela fue, en promedio, 3026% durante el 2017.
En 2016 la explotación fue 2100%. Aumentó 42% de un año a otro. La razón principal de este aumento fue al alza de 863% de los precios de las mercancías consecuencia a su vez de la depreciación inducida del bolívar, seguido del rezago cada vez mayor de los Salarios.
Con plena vigencia y tal como lo dijo Marx, cada vez que se deprecia el dinero aumenta el precio de las mercancías y si el Salario aumenta en menor proporción, ese mayor ingreso por concepto de ventas irá directamente al bolsillo del capitalista haciendo mayor el volumen de Ganancia y con ella la proporción de la Ganancia con respecto al Salario, o sea la cuota de explotación.
Eso no significa que no habrá explotación si los precios de las mercancías se mantienen y no hay inflación, no. Explotación habrá siempre que el sistema sea capitalista, es su esencia, es la característica que lo determina. Habrá explotación cada vez que aumente la producción debido a que el trabajador produjo más en menor tiempo, o cuando trabaje horas adicionales, sin que le sea retribuido el valor del su fuerza de trabajo. Incluso si el Salario aumenta éste siempre lo hará en menor proporción que la productividad del trabajador y por lo tanto aumentará la Ganancia.
En Venezuela, la producción nacional medida por el PIB aumentó 75% entre el 2003 y 2013, no es cualquier cosa, el nivel de vida de la clase obrera mejoró al punto de que la pobreza extrema disminuyó 65% y la pobreza general se redujo a la mitad. No obstante, la cuota de Ganancia, que ya era alta, aumentó 44% durante ese período a pesar de que la inflación no superó el 30% en promedio.
Pero si además los precios de las mercancías aumentan, no por simple voluntad del capitalista (aunque nunca faltan los abusadores) sino por la depreciación del dinero, el burgués se aprovechará de la coyuntura para estrujar aún más al obrero potenciando la explotación del trabajo. Eso lo dijo Marx.
El promedio de la cuota de explotación en Venezuela desde 1990 hasta 2011 fue 991%, por cada bolívar que recibía el obrero, cada burgués se apropiaba de casi 10. A partir del año 2013, pero sobre todo 2015, cuando comenzó a aumentar la inflación como consecuencia de la depreciación inducida por el ataque al bolívar, la explotación comenzó a escalar pasando de 2.284% en 2015 a 3026% en 2017 (no contamos con los datos de 2018, pero muy probablemente la explotación ese año fue aún mayor debido a la inflación inducida que ascendió a 130.060%, a pesar de que el gobierno decretó un aumento histórico del Salario mínimo de 3710% ese año).
Así las cosas, la explotación en Venezuela es histórica, es estructural, y ha sido aun mayor estos últimos años por dos razones principales: la hiperinflación inducida y el rezago de los Salarios dada la velocidad y magnitud del ataque al bolívar.
Revertir esta injusticia es obligatorio en Revolución y aunque reconocemos la magnitud del ataque imperial y la depreciación inducida del bolívar que ya asciende a 212.888.377.345%, es inexcusable que siga creciendo el poder del capital sobre el trabajo.
Revertirla pasa, por lo menos, por: 1) detener el ataque al bolívar, asunto muy complejo al que nos hemos estado refiriendo con elementos para el diagnóstico y propuestas para el debate durante los últimos 5 años y aunque consideramos que es lo estratégico, no nos ocuparemos de este tema en esta serie de artículos y 2) aumentar los tres Salarios: el nominal, el real pero sobre todo el relativo.
Las propuestas en la próxima entrega.