Delfín mular (Tursiops truncatus)
Ayer hicimos una salida en barco desde Xixón con intención de ver aves marinas, que ahora se encuentran en plena migración postnupcial. Aunque amaneció nublado y orbayando poco a poco el tiempo fue mejorando y el suave viento del norte después de unos cuantos días de nordeste parecía que prometía un un buen día de observaciones.
Alcatraz común (Morus bassanus)
Al poco de salir de puerto observamos las primeras pardelas cenicientas (Calonectris diomedea) y alcatraces, que pasaban a escasas millas de la costa. Sorprendentemente, al irnos adentrando mar adentro la abundancia de aves descendió drásticamente y así seguiría durante todo el día, a pesar de llegar hasta el borde de la plataforma, a unas 20 millas de distancia, donde esperábamos ver la mayoría de especies habituales en esta época del año.
Calderón común (Gobicephala melas)
Cuando llevábamos un par de horas navegando vimos a lo lejos unos soplos y unas aletas de gran tamaño que por un momento me hicieron pensar que podía tratarse de orcas (creo que me estoy obsesionando). Tendría gracia que después de varios viajes al estrecho a intentar verlas, acabara viéndolas al lado de casa. Al final comprobamos que no eran orcas sino un pequeño grupo de 2 o 3 calderones que durante todo el tiempo mantuvieron las distancias con nosotros para acabar perdiéndose mar adentro.
Aunque la salida estaba dirigida principalmente a la observación de aves marinas, lo cierto es que las estrellas del viaje fueron los cetáceos, ya que al poco de dejar a los calderones, observamos un enorme grupo de delfines mulares formado por más de 100 ejemplares, que al contrario que los calderones si se acercaron al barco y nadaron y jugaron con nosotros durante varios minutos.
Paíño común (Hydrobates pelagicus)
Pero las aves marinas seguían sin verse, al menos en un número apreciable. Al llegar a las 20 millas soltamos un bloque de pescado congelado con intención de atraer a los paiños y las pardelas y al poco tiempo empezaron a aparecer. La mayoría de ellos eran Paiños comunes (Hydrobates pelagicus) y entre ellos pudimos ver al mendos dos Paíños de Wilson (Oceanites oceanicus).
Págalo parásito fase oscura (Stercorarius parasiticus)
También fue destacable la práctica ausencia de págalos, ya que durante las 10 horas de viaje solo observamos un par de págalos grandes (Catharacta skua), un págalo pomarino (Stercorarius pomarinus) y un págalo parásito (Stercorarius parasiticus) que pasaron de largo sin detenerse. Las gaviotas de sabine tampoco quisieron aparecer, y solo un ejemplar observado fugazmente por Xuan Cortés nos indicó que alguna andaba por la zona. Entre las pardelas, solo las cenicientas se vieron de vez en cuando, aunque menos que en otras ocasiones. Aparte de las cenicientas, sólo pasaron junto al barco algunas pardelas capirotadas y dos pardelas sombrías.
Los charranes tampoco fueron muy abundantes, aunque unos pocos charranes comunes (Sterna hirundo) y dos fumareles comunes nos acompañaron durante media hora.
Evidentemente no había sido el mejor día para las marinas, probablemente debido a la depresión témica que afecta a la península iberica desde hace unos días y tal como comentaba Jorge Valella en su muy recomendable blog. Habrá que esperar a que cambie el tiempo para que el paso de marinas se vuelva a incrementar.