Como un mantra muy asimilado por la sociedad se repite sin saciedad que la mujer de hoy en día debe ser una mujer emprendedora. Lo que es verdad es que la mujer actual debe romper los techos de cristal que la sociedad ha venido imponiéndole de manera férrea durante siglos.
A pesar de que el siglo XX comenzó a ser el siglo donde la mujer pudo ir deshaciendo las ataduras de pasado, logrando de verdad trabajos de calidad y superando su imagen de ama de casa y madre abnegada, está siendo en este actual siglo, el siglo XXI, donde vemos que esa imagen de la mujer libre, directiva, empresaria, trabajadora y gestora se está labrando con más calidad y merecimiento.
Pero aún hay barreras que derribar. Al menos hay datos que llevan al optimismo: y es que las mujeres son mayoría en la universidad española desde hace años en nuestro país y es una tendencia de los países más evolucionados del primer mundo. Si tenemos esto en cuenta, es fácil proyectar la idea de que en unos 10 o 20 años, en estas décadas, podremos ver a la mujer liderando el mundo económico y empresarial.
Las mujeres de hoy en día no encuentran barreras para estudiar lo que ellas se propongan, como son las carreras no sólo de letras y de humanidades, sino también las carreras y estudios técnicos, que tradicionalmente los tenían no vetados, pero sí con problemas para integrarse y formar parte de la élite de la sociedad. También cada vez más se las desvincula más de estudios y oficios destinados a la estética, donde antes parecía que era a lo único que podían aspirar, como ser peluqueras, esteticistas, masajistas...
Ahora también son las mujeres creativas, directivas, líderes, estudian ingenierías o cualquier otro estudio, como en una escuela de diseño Madrid y también idiomas, másteres de posgrados, títulos de excelencia, son médicas y no sólo enfermeras...
Pero aún queda mucho por evolucionar, mejorar y alejarse del conformismo, que es el peor enemigo para el ser humano. Como se pudo ver en las manifestaciones y marchas del 8 de marzo, en el día de la mujer trabajadora, la avalancha morada es imparable. La mujer no quiere tener techos ni impedimentos para lograr sus mejores metas profesionales, y para ello se entiende que es imprescindible la igualdad de género traducida en equiparación en número en los órganos de gestión de empresas, asociaciones, fundaciones, gobiernos, partidos políticos...
Por ejemplo en España se ha podido ver a mujeres en importantes instituciones públicas como presidentas del Senado, del Congreso de los Diputados, de partidos políticos... pero queda aspirar a algo más grande como ver algún día a una presidenta del Gobierno mujer, como se ha podido ver en Alemania o Reino Unido, en este caso, en dos ocasiones. Si bien es cierto que es algo que aún no ha llegado a países vecinos top en Europa como son Francia, Portugal, Italia, Bélgica, Grecia... Sí hay, sin embargo, importantes directivas en España que están al frente de importantes empresas o bancos, como es el caso de Ana Patricia Botín en el Banco Santander.