A medida que el curso fué transcurriendo, me di cuenta que estaba rodeada de personas maravillosas a las que empecé a observar y escuchar detenidamente. Marianela con su inmensa bondad fué la primera en acercarse y empezó a aportarme energía y buenas ideas, luego Bea, transparente como el agua y siempre con una sonrisa a pesar de todo lo que hubiese trabajado durante ese día, Daniel con su infinito sentido del humor y profesionalidad, y eso sin contar al resto de los compañeros que de manera casi masiva se volcaron a apoyar mis ideas, algunas de las cuales yo no veía aún con total seguridad. Inés, Antonio, Carmen, Amagoia, Ana, Lydia, Nieves, Niobé, Jorge, Mauro, a todos mil gracias.
Luego por otra parte, David (el profesor) me proporcionó todas las herramientas y el ánimo necesario e incluso consiguió que en en medio de mi reflexión llegara a cuestionarme e incluso a cambiar algunas de las creencias que conforman mi mapa del mundo, y lo más importante, me enseño la importancia que en nuestra vida tiene el dejar allá por donde pasemos nuestra marca personal, nuestra huella.
Ahora ha llegado el momento de asumir el reto, de poner en práctica todo lo aprendido durante estos dos meses para alcanzar mi objetivo: promover la creatividad infantil tan ignorada en estos tiempos y contribuir así con un granito de arena al desarrollo de las potencialidades y capacidades que todos los chic@s tienen dentro de sí y que probablemente no han llegado a descubrir, animándoles así también a desarrollar su propia marca personal.
Foto de David Hernández - Blog: Constante mutación (http://constantemutacion.blogspot.com.es)