Antecedentes: Lamentablemente, en pleno siglo XXI, todavía existen personas que sienten rechazo hacia lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB). Inclusive cuando uno de los miembros de su familia tiene esta orientación sexual.
Diez países han aprobado ya el matrimonio para parejas del mismo sexo. Estos son por orden de fecha de aprobación: Holanda, Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal, Islandia y Argentina. Otros tantos países podrían aprobar el matrimonio homosexual en un breve plazo de tiempo: Francia, Reino Unido, Alemania, Brasil, Colombia y otros muchos países europeos.
En Estados Unidos, son siete los estados que reconocen este derecho, a pesar de que el Estado Federal dispone de una ley (ley DOMA) que invalida sus derechos.
En México DF, también se celebran desde el año 2010 matrimonios de parejas del mismo sexo.
El mundo está avanzando a pasos agigantados hacia el reconocimiento de los derechos de las personas LGTB, que incluyen como objetivos principales la eliminación de toda ley que penalice y criminalice la homosexualidad así como leyes que igualen nuestros derechos a los de los matrimonio heterosexuales.
La homosexualidad sigue siendo un delito en al menos 75 países en el mundo. Muchos de ellos castigan el simple hecho de nacer gay con penas que van desde una multa hasta la cadena perpetua.
En otros siete países, la homosexualidad es castigada con la pena de muerte.
A pesar de que ninguno de los países hispanohablantes están en estos listados, en algunos de ellos se siguen cometiendo crímenes contra el colectivo LGTB, y de manera especial contra las personas transexuales que ven como los estados y las instituciones gubernamentales miran hacia otro lado cuando se trata la violencia hacia nuestro colectivo.
Aun así no podemos negar que existe una luz al final del túnel, que las cosas están cambiando en latinoamérica y que cada día hay más personas que están a favor de la ampliación de nuestros derechos sociales, civiles y por supuesto humanos.
La aprobación del matrimonio gay en Argentina el año pasado ha marcado un antes y un después en la historia de los derechos humanos de gays y lesbianas. Varios países del área ya disponen de leyes que protegen a las parejas homosexuales y otros tantos aprobaran tarde o temprano legislaciones que equiparen al 100% nuestros derechos con los de los matrimonio heterosexuales.
Mamá, papá, soy gay
Antes de lanzarnos al aire desde el avión, es conveniente que nos cercioremos de que llevamos colocado el paracaídas. Hemos de evaluar bien la situación y la conveniencia de dar este paso. Para ello hemos marcado unas pautas a seguir que hemos elaborado con la ayuda de varios casos de personas que han salido del armario y han publicado sus experiencias en la red.
Nuestra situación personal:
El primer paso será evaluar nuestra situación personal, nuestro nivel de dependencia sobre nuestros padres y familia y nuestra situación económico financiera. Algunos padres han echado a sus propios hijos de casa tras conocer que eran homosexuales. La mayoría de veces se trata de padres extremadamente religiosos y que hablan continuamente de su rechazo a la homosexualidad. Otras veces se trata de padres violentos y drogodependientes que carecen de la capacidad de razonamiento de la que pueden disponer otros seres humanos.
Si tu caso es alguno de los dos anteriores, te recomendamos te abstengas de salir del armario en tu familia. Puede ser peligroso y te puedes ver con la maleta en la calle. En este caso lo que deberías hacer es buscar un grupo de apoyo en tu región.
Por ejemplo una asociación de derechos para LGTB. En ellas, además de asesoramiento, podrás encontrar un apoyo para salir de ese entorno dañino que puede acabar con tus derechos más básicos. Además en las asociaciones siempre encontrarás otras personas que pasan o han pasado por los mismos problemas y que seguro que podrán aconsejarte, ayudarte y orientarte.
Somos una comunidad en la que hay todo tipo de personas, pero al fin y al cabo somos una comunidad, un grupo de gente con intereses y situaciones comunes en la que encontrarás a gente que, con un mínimo de empatía, estará dispuesta a ayudarte.
Personalidad de nuestros familiares:
Además de evaluar las creencias religiosas de tu entorno familiar deberás también conocer las reacciones posibles de los mismos. Las reacciones pueden ser bien distintas en dos personas que rechazan de pleno nuestra orientación sexual y que creen que la homosexualidad es el mayor pecado de la humanidad. Algo que las religiones se han encargado de difundir bien entre nuestra población.
Hay que diferencias entra las personas que tienen ideas nefastas sobre nuestro colectivo, pero que por contra tienen buen fondo, buen corazón. Una cosa es la ignorancia de la gente y otra que este gente sea agresiva o autoritaria.
Conozco casos de padres que han estado en total desacuerdo con la opción sexual de sus hijos pero que con el paso del tiempo han llegado a aceptarlos y a quererlos de igual manera.
Hay otros casos en los que tras decir que uno es gay, lo han echado a la calle sin más para no volverlo a ver jamás. Puedes ponerlos a prueba contándoles la historia de otra persona.
Busca apoyo antes de dar el paso:
Si dudas y no tienes las cosas claras, antes que nada, busca apoyo. En nuestra sociedad destacan las personas de mal carácter y poco solidarias. Destacan por ser una minoría y por eso nos sorprendemos cada vez que nos topamos con ellos. Pero la verdad es que la gente buena abunda.
Intenta primero buscar apoyo y asesoramiento en organizaciones LGTB. Si en tu ciudad no las hay, entonces busca conocer otras personas de tu misma orientación sexual. Puede que hayan lugares de ambiente gay o lésbico en tu área.
Si no es así, busca entre las personas que se muestran abiertas de mente. Ponlas a prueba antes de lanzarte a contarles tu historia. Y después da el paso.
En cualquier caso, si dudas, es mejor que tengas un entorno de amistades que sepas que te van a apoyar en las peores situaciones. No estés solo nunca. Esto también es responsabilidad tuya. Da el paso, sal a la calle conoce gente.
Prepárate para la gran batalla:
Si tus parientes son algo reaccionarios y aun así te decides a dar el paso, piensa que te van a salir con un mar de descalificaciones y comentarios absurdos acerca de la homosexualidad. Antes de que esto suceda sería conveniente que te documentaras bien para rebatirles sus dañinos comentarios.
Una de las creencias más extendidas entre los homófobos de nuestra sociedad es que la homosexualidad es una enfermedad. Este punto es fácil de rebatir. El 17 de mayo de 1990, es decir hace ahora más de 20 años, la Organización Mundial de la Salud excluyó a la homosexualidad de su lista de enfermedades y problemas de salud. Podrás encontrar más información en el siguiente artículo de la wikipedia sobre la homosexualidad. Busca el apartado Organizaciones Médicas y la Homosexualidad.
El segundo punto de inflexión que pueden sacarte tus padres a relucir es que según la postura oficial de la Iglesia Católica y de muchas otras confesiones religiosas, la homosexualidad es el mayor pecado de la humanidad, por delante inclusive de cuestiones como el asesinato, incesto o cualquier otro tipo de 'pecado'. Por supuesto esto no tiene base científica, pero esto a tus padres no les va a importar.
Por otro lado, tampoco podemos pretender crear a Dios a imagen y semejanza nuestra. Si existe un ser superior, resulta ridículo pensar que este pueda tener nuestras mismas limitaciones de pensamiento, nuestros mismos, miedos, rechazos y odios. Un ser superior debe ser superior y no un ser mezquino, rencoroso, injusto e insolidario.
Por último, si tus parientes son muy creyentes y tienen influencias de predicadores que se asemejan más a la descripción de Satanás que a la de Dios, consulta con un teólogo o sacerdote que tenga una postura menos reaccionaria y que pueda en un momento determinado hablar con ellos.
Llegados a este punto, queremos poner nuestro énfasis en que construyas un entorno seguro, de confianza y de felicidad a tu alrededor, donde puedas desenvolver tu vida con total plenitud y normalidad, donde puedas encontrar una pareja o simplemente socializar con otras personas de tu misma orientación sexual o que al menos sean personas inteligentes con las que te puedas mostrar como eres.
Recuerda que el buen humor es síntoma de una buena inteligencia. Pero sobre todo, lo más importante de todo: Quiérete a ti mismo, tal como eres. Si eres feliz, podrás repartir felicidad a los demás. No vivas una mentira y se consciente de que la mayoría de los seres humanos tenemos que luchar por lograr lo que queremos. No hay logro sin lucha, ni hay camino que valga la pena recorrer si no es con nuestros esfuerzos. ¡Sé fuerte!
En este mismo hilo de esperanza y optimismo, te proponemos el siguiente video sobre los derechos humanos y sociales de las personas LGTB, que ha sido calificado en la red como uno de los mejores: