Un enfoque innovador, probado con éxito hasta el momento sólo en ratones, utiliza la famosa bacteria que causa infecciones alimentarias (Salmonella) para el tratamiento de tumores.
La idea del estudio es derrotar una enfermedad como el cáncer armando al cuerpo con bacterias, en este caso la Salmonella. Esta idea, de hecho, es bastante antigua pero ahora se ha retomado aunque por el momento sea sólo en ratones.
Un grupo de investigadores ha comunicado que han obtenido resultados interesantes mediante el diseño de la bacteria Salmonella, la cual se sabe que causa infecciones transmitidas por alimentos contaminados, que tiende (al igual que otros microbios) a anidarse a los tumores. La modificación de la bacteria se ha hecho con el fin de desencadenar un ataque por parte las células de defensa del organismo.
La historia comienza hace una década. Un grupo de científicos de Corea del Sur, estaba en busca de una bacteria que pudieran usar en la lucha “biológica” contra el cáncer. Entonces se percataron de que otra bacteria que infecta a los mariscos, Vibrio vulnificus, de la misma familia de los microbios que causan el cólera, y contra la que estaban tratando de desarrollar una vacuna, produjo una fuerte respuesta inmune.
This Genetically Modified Salmonella Destroys… por hada-natura
Esta reacción sobre la respuesta inmune se ha atribuido a una proteína en concreto de su flagelo llamada FlaB, la cola que las bacterias utilizan para mover. La idea del estudio fue elegir una determinada cepa de la bacteria Salmonella que no fuese tóxica y usarla como posible arma contra el cáncer. Para eso la equiparon con la misma proteína que la Vibrio vulnificus para ver si también provocaba una respuesta inmune igual de fuerte.
La bacteria genéticamente modificada se inyectó en ratones con cáncer de colon, y los primeros análisis mostraron que las bacterias comenzaron a prosperar precisamente donde se esperaba. Es decir, en las áreas necróticas donde creció el tumor, donde eran 10 mil veces más abundantes que en el resto del cuerpo.
La respuesta inmune era evidente y después de cuatro meses los tumores habían desaparecido en aproximadamente la mitad de los animales, mientras que los animales del grupo de control, infectados con Salmonella que no contenía la proteína FlaB habían muerto todos por cáncer. La conclusión fue clara, esta proteína parece ser muy eficaz en la estimulación de la respuesta de ciertas células del sistema inmune que normalmente fracasan en reconocer como un objeto extraño las células cancerosas y destruirlas y por eso no las destruyen. Con la proteína sí la reconocen como algo extraño y acaban con las células tumorosas.
Aunque ahora sea una gran noticia y pueda ser un gran avance contra la terapia tumoral hay que recordar que esta idea no es nueva. En el siglo XIX se observó que ciertos tumores crecían más lentamente si la persona padecía ciertas infecciones, pero la incapacidad para gestionar la infección en sí – sin antibióticos – no la hacía una terapia aplicable. Este resultado es un ejemplo del retorno sobre el interés en la denominada terapia bacteriana contra el cáncer.
En el siglo XX un médico estadounidense, William Coley, fue pionero de la inmunoterapia contra el cáncer para tratar con bacterias a pacientes con sarcoma inoperables, desarrollando un cóctel especial llamado toxina de Coley, a base de la bacteria que causa la erisipela, una infección de la piel. En aquel entonces no se le dio mucha importancia pero ahora vuelve a retomarse esta idea de usar bacterias contra enfermedades.
Científicos usan cepas de bacterias contra el… por hada-natura
Por un lado, se busca utilizar las bacterias como “caballos de Troya” para poder administrar medicamentos directamente al interior de las células cancerosas. Por otro lado, como en el caso del estudio realizado por los investigadores de Corea del Sur y que fue publicado en Science Translational Medicine, se pretende utilizarlos como marionetas para señalar a las células inmunes y desencadenar un ataque de defensa que acabe con las células cancerosas.