Cual bucanero surcando los mares, me sumergí (de cabeza literalmente) en las profundidades de mi armario, en busca de los tesoros que van a formar los outfits de las fashionistas este invierno. Guantes de piel, medias de lana acanaladas y de encaje, faldas por la rodilla con mucho vuelo (para esto recurrí al armario de mi querida mother), sustuosos broches con miles de piedrecitas (limpias, no esas sucias que regalan a Naomi) y todo aquello que me recordase, aunque fuese remotamente, a esas fantásticas películas de los cincuenta, donde a las protagonistas no se les escapaba un pelo y los diamantes eran sus mejores amigos. Sin mapa alguno, encontre algunos tesoros y el resto, los seguiré buscando.
Editorial del Vogue aleman en su número de septiembre 2010.