Revista Literatura

Salud

Por Salvaguti
SALUD
CREO que aún nadie lo ha declarado, pero no me cabe duda de que hoy (22 de diciembre) es el gran día de la salud. Salud balsámica, consoladora, la salud como placebo, me refiero. No nos ha tocado la Lotería, pero tenemos salud, que es lo verdaderamente importante. No tenemos trabajo, nos han bajado el sueldo, nuestras pensiones son cada más bajas, nos recortan en dependencia, educación y en todo lo demás, y no nos ha tocado la Lotería, pero tenemos salud, eso sí que es lo fundamental, que nadie lo dude. Nos toman el pelo cada día, legislan que seremos menos libres, menos protestones, hasta han comprado un camión manguera para disuadirnos, y no nos ha tocado la Lotería, pero tenemos lo mejor que puede tener una persona: salud, lo más grande. La pobreza comienza a ser una realidad que ya nadie puede esconder, por mucho que se empeñen, nuestros zapatos viejos duran dos segundos en el contenedor de la basura, dos días después los puedes ver en los pies de un vecino, parecía que no estaban tan mal, pero están tan mal, claro que lo están, y no nos ha tocado la Lotería, pero no nos falta la salud, que es el mayor tesoro que puede tener una persona. Nos anuncian brotes verdes como el que anuncia boquerones en vinagre, que todo irá a mejor, que lo peor ya ha pasado, pero tú contemplas cada día ese peor como un presente inmutable, invariable, y no nos toca la Lotería, ni el Gordo, ni el segundo, si el tercero, ni hablamos de la pedrea, que tampoco, ya puestos, pero somos unos afortunados, de qué nos vamos a quejar, pero que egoístas somos, qué falta de escrúpulos, nos queda la salud, el mayor y mejor bien, y que eso nadie lo dude porque no hay duda alguna. Volvemos a ser emigrantes, ya sin banda sonora, sin billete de regreso, buscamos las oportunidades, -sobre- vivir, en lugares lejanos, sin raíces, sin los nuestros, y no nos ha tocado la Lotería, nada de nada, y eso que llevabas cinco números, que este año no querías comprar, pero pasa lo que siempre pasa, cómo vas a llegar al bar, al trabajo o al portal y van a estar todos brindando con cava y tú no, pero no pasa nada si no brindamos, o hagámoslo por el gran motivo: tenemos salud. Nos suben la luz, la pobreza energética ha recuperado las mantas y los viejos jerseys de los altillos, nos muestran un Bankia cortijero, amañado, áticos blanqueados sin escrúpulos, y no nos ha tocado la Lotería, pero no nos quejemos... sigue leyendo en El Día de Córdoba

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