Sea positivo
Trate de hacer de las comidas una experiencia positiva y con menos estrés, tratando de ocultar su frustración y felicitándolo cuando lo hace bien.
“Disfrace” la comida
Mezcle las verduras con salsa de tomate, por ejemplo, sírvalas con pasta y las comerá sin siquiera darse cuenta.
Cocine con él
Participar en la preparación de los alimentos no solo es un aprendizaje, sino que puede estimular su apetito.
Haga la comida atractiva
Las pequeñas porciones son más atractivas. Mini hamburguesas, papitas pequeñas, zanahorias bebé, etcétera llaman su atención y se las comerá con más gusto.
Coma con él
Es probable que al comer en familia cambie su actitud y ver a los demás comiendo le anime a hacerlo también. Además, se quita la atención hacia el hecho de si está comiendo -o no- y ello alivia la tensión.
Recompénselo
Una sencilla calcomanía cuando se come todo funciona muy bien en niños a partir de los dos años.
Fuente: www.pequerecetas.com