Esto es Guam.
Bueno, la respuesta es fácil: durante la guerra que España y Estados Unidos libraron en 1898 los españoles perdieron la mayor parte de sus colonias, pasando estas a pertenecer a los Estados Unidos en lo que llamamos el Desastre del 98. Guam fue una de esas colonias perdidas por España y ocupadas por los estadounidenses. Pero la gracia de esta historia no está en el resultado, sino en la forma en que se inició la toma de la isla. Un episodio que recuerda más a un sketch de Gila que a un acontecimiento bélico real:El día 20 de junio de 1898, una vez declarada la guerra, el crucero estadounidense USS Charleston se posicionó frente a las costas de Guam. Ya colocados, el capitán dio orden de proceder al bombardeo de la isla, y así se hizo. Durante largos minutos el crucero estuvo lanzando salvas contra las aldeas nativas. Sin embargo, se conoce que los soldados al cargo del bombardeo no eran muy diestros, o al menos quien les había indicado la dirección y posición a la que debían disparar, pues todos los proyectiles pasaron por encima de la isla sin hacer blanco en ningún punto de la misma.Pero los estadounidenses no eran conscientes de su mala puntería, y pasaron las horas siguientes orgullosos y esperando la respuesta de los españoles. Al fin, tras largo tiempo esperando, vieron aparecer una pequeña embarcación que se aproximó al barco. Una vez juntas las dos naves, los tripulantes de la pequeña pidieron a los estadounidenses que les dejaran subir. Extrañados, los americanos decidieron acceder a su petición, pues no suponían peligro alguno. Quien subió al barco fue el propio gobernador de Guam acompañado de algunos oficiales, que los recibieron con una amplia sonrisa y vestidos con sus mejores galas para darles la bienvenida a la isla. Aquello acabó por desconcertar a los tripulantes del crucero.Tras una larga y, suponemos, difícil conversación entre los responsables de uno y otro lado, aclararon la situación: a la isla de Guam no había llegado noticia alguna de la declaración de guerra, y la mala puntería de los americanos había hecho creer a los habitantes de Guam que se trataba de inocentes salvas de saludo. Para colmo, uno de los oficiales españoles se había disculpado por no responder al saludo porque en ese momento se encontraban desprovistos de cañones y pólvora (al oír esto, los estadounidenses se frotaron las manos). Aclarado el malentendido y tras unas risas incómodas, ambas partes corrieron a prepararse para una batalla que todos sabían que no iba a durar demasiado.
- VOLTES BOU, P. (1986). Historia inaudita de España. Ed. Plaza & Janés.