
Nº Círculo de Lectores: 21261
Páginas: 256
Precio: 16,95 €
Publicado por primera vez en 2003.
Melina Marchetta
Casualidades de la vida, leí este libro en inglés hace unas semanas y a los pocos días de terminarlo descubrí que se acababa de publicar en castellano (eso sí, solo a través de Círculo de Lectores; esperemos que en el futuro otra editorial se anime a ponerlo al alcance de todos). Su autora, Melina Marchetta, fue uno de mis grandes hallazgos del pasado año (gracias a Cadentia): esta australiana escribe de maravilla, sabe caracterizar personajes interesantes y complejos y, por supuesto, construye historias atractivas para el lector. En su país goza de un gran prestigio, y también ha tenido éxito en Estados Unidos, donde consiguió el Michael L. Printz Award de 2009 por En el camino de Jellicoe.En la primera opinión que escribí sobre su obra —no hace ni un año— me lamentaba porque sus libros no se tradujeran al castellano. Bien, a día de hoy ya tenemos disponibles tres de sus novelas: Finnikin de la Roca, En el camino de Jellicoe y esta, Salvando a Francesca (además de Buscando a Alibrandi, que se publicó en los años noventa y ahora es difícil de conseguir). Cómo cambian las cosas, ¿verdad? Y afortunadamente han sido para mejor, aunque me entristece que los citados títulos no se hayan promocionado más, en especial En el camino de Jellicoe, una auténtica joya. En cualquier caso, aquí estoy yo para contaros las cualidades de esta magnífica escritora de literatura juvenil, así que ¡adelante!
Sinopsis
Francesca tiene dieciséis años y no pasa por un buen momento. Para empezar, debe acudir al instituto St. Sebastian, un centro de secundaria que hasta hace poco solo era para chicos. ¿Resultado? Solo hay otras tres chicas matriculadas y sus compañeros no le caen demasiado bien. Francesca echa de menos a las amigas de su antiguo colegio, aunque estas parecen haberse olvidado de ella. Pero todavía hay algo peor: su madre, una mujer llena de vitalidad que siempre la apoya en todo, sufre depresión y no se levanta de la cama. Francesca se siente sola, pero pronto descubrirá que su nueva escuela no está tan mal, que quizá las compañías que no le convenían eran las de su antiguo grupo y, sobre todo, que mejorar la situación de su madre depende de todos. Una bonita historia sobre la amistad, el amor adolescente y la fuerza de voluntad para superar las adversidades.Comentario personal

En ese sentido, la autora alterna la trama familiar con los acontecimientos en el colegio; de este modo el dramatismo de lo primero se compensa con las escenas simpáticas (y dulces) de lo segundo. Se tratan temas muy interesantes: en el ámbito del hogar, se plasma la depresión de la madre y el descalabro que provoca en la familia, lo que permite ver cómo Francesca estrecha lazos con su hermano y la relación con su padre pasa por dificultades; por otra parte, la novela muestra el dolor de la protagonista al darse cuenta de que sus antiguas amigas la manipulaban. Esto último tiene su lado positivo: toma conciencia de que sus nuevos compañeros valen mucho porque la aceptan sin intentar cambiarla. En general, se habla de cuestiones muy actuales y la evolución de las tramas me ha parecido coherente, de modo que resulta fácil implicarse en la historia de Francesca.

Hablando de los personajes, Francesca me parece una buena protagonista: una chica de dieciséis años que ha cometido errores, pero que tiene la inteligencia suficiente para ser consciente de ellos y aprender. No es perfecta, así que resulta sencillo sentir empatía hacia ella. Los secundarios también están bien caracterizados, tanto los familiares como los compañeros de clase, aunque a mí me han llegado especialmente Justine, Tara y Thomas: se les coge cariño y tienen personalidades tan interesantes que podrían protagonizar sus propias novelas (de hecho, Thomas lo hace en The Piper’s Son, un libro independiente a Salvando a Francesca que la autora publicó el año pasado).

En conclusión, el mercado editorial español ha ganado mucho con Melina Marchetta (al menos en calidad; las ventas no las controlo). Aunque sitúo Salvando a Francesca un escalón por debajo de mi favorito de la autora (el más que citado En el camino de Jellicoe), lo cierto es que he disfrutado mucho con su historia: a ratos me ha hecho sonreír y a ratos me ha emocionado; un equilibrio de sensaciones que refleja a la perfección lo que debe aportar una novela juvenil realista de calidad. Si os gusta este tipo de literatura y/o tenéis hijos/sobrinos/primos/etc. de entre doce y catorce años, apuntad este título porque puede ser una buena opción para regalar. Ojalá pronto lo publique otra editorial además de Círculo de Lectores.
Conclusión
Esta vez no termino mi reseña con un resumen de mis impresiones, sino con tres recomendaciones:- Adolescentes de la franja baja (12-14 años): Salvando a Francesca. De los tres libros que he leído de la autora es sin duda el más fácil de leer, y además es breve y trata temas que resultan muy cercanos para estas edades (dificultades para hacer amigos, madre con depresión…). Sé que habría disfrutado mucho de esta historia en esa etapa, puesto que está en la línea de las novelas realistas de Gemma Lienas, Manuel Valls, Jordi Sierra i Fabra y otros tantos escritores a los que leí con avidez. También puede gustar a los mayores; eso sí, según lo que estéis acostumbrados a leer puede saberos a poco.
- Amantes de la fantasía épica (adolescentes y adultos): Finnikin de la Roca. Pese a haberse publicado en pleno boom fantástico, está por encima de la media y no tiene nada que ver con el modelo crepusculiano (más bien recuerda a la fantasía de siempre). Destaca por los magníficos diálogos y por construir una historia que pese al universo imaginario transmite mucha verosimilitud. A mí no me conquistó tanto como los otros libros de Marchetta, pero hay que tener en cuenta que no soy especialmente aficionada a este género, de modo que seguramente quienes estén acostumbrados a él lo disfrutarán más.
- Adolescentes a partir de 14 años y adultos: En el camino de Jellicoe. Para mí, la mejor novela de Melina Marchetta que he leído hasta el momento: prosa rica y envolvente, dos historias, un planteamiento original, temas que llegan al lector. Hace casi un año que la leí y todavía se me encoge el corazón al recordar algunas escenas. Por mucho que esté catalogada como juvenil, no es tan sencilla como Salvando a Francesca y abarca más tramas, de modo que la considero la mejor opción para que los adultos descubran a la autora.
En definitiva, hay un libro de Melina Marchetta para cada lector. Ahora solo falta que os animéis a descubrirla.