Revista Cultura y Ocio

Salvar a Mozart. Raphaël Jerusalmy

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Salvar a Mozart. Raphaël Jerusalmy
    "Le tengo horror al viernes. Filete de bacalao y patatas cocidas. El hijo del portero ha ido a comprarme doscientos gramos de salchichas de sesos. A escondidas. Me doy un festín en mi habitación. Afuera está gris. La luz es triste.
     Nunca he escrito un diario. Hasta ahora, No estoy seguro de que esto sea una buena idea."
     Si esta semana hablábamos de autores y editoriales, hoy lo haremos de colecciones. Hoy os enseño el último de la colección Los ineludibles que sale al mercado, y lo hace precisamente haciendo gala del título de la colección a la que pertenece. Traigo, a mi estantería virtual, Salvar a Mozar.
     Conocemos a Otto Steiner, un anciano crítico musical que vive en una residencia para mayores enfermos. Comienza la Segunda Guerra Mundial y, a través de su diario destinado a un hijo que no sabe si lo recibirá, nos irá revelando su rutina, los avances alemanes sobre el mapa europeo y de la tuberculosis sobre su cuerpo, y nos hará partícipes de un acto muy particular que realizó en ese momento. Steiner era, además, judío.
     El diario ficticio de Otto Steiner se desarrolla entre 1939 y 1940. Sin embargo, no está plagado de ese miedo habitual en las novelas cuyos protagonistas tienen ascendencia judía. Otto la tiene, y es consciente de que hay judíos y gitanos trasladados, lo mismo que, poco a poco, lo es de su situación. Pero por lo que Otto se siente marcado en este momento, es por la enfermedad que lo mantiene recluido en un sanatorio, aislándolo social y económicamente de su vida mientras se niega a mirar los cuerpos de quienes le rodean.
     Jerusalmy relata la vida de su protagonista, dándonos cuenta tanto de sus rutinas como de sus pensamientos. Sin poder comunicarse con nadie de su familia, será este diario en el que vuelque todo lo que pasa por su cabeza, y así veremos que lo único que le llena es la música. Por eso, cuando su amigo Hans le pide ayuda para elegir y piezas y redactar los libretos de un festival musical, salvar a Mozart se convierte en una consigna para él. Que toquen a otros compositores, no pasa nada, pero hay que salvar a Mozart del toque marcial de las bandas alemanas. Ese es su acto heroico, su simbolismo, su rebeldía, y veremos lo que es capaz de hacer para intentar lograrlo. Steiner será testigo de la reunión de Hitler con Mussolini, y estará a punto de cambiar el curso de la historia; y todo ello pensando en su único objetivo. Un objetivo que parece hacerle resistir y no sucumbir a la enfermedad. Y unos meses que conoceremos a través de ese diario que escribe junto a unas cartas para un hijo del que no sabe nada.
     En poco más de 150 páginas, Jerusalmy nos deja una gran joya en la que encontramos un testimonio diferente que parece huir de las novelas habituales ambientadas en la época. Cada persona vivió donde le tocó en suerte, si es que alguien la tuvo, la Segunda Guerra Mundial, y nuestro protagonista lo hace en un reducido universo formado por la música y el hospital. Y será desde este pequeño mundo, desde el que el autor nos refleje lo que sucede fuera; el racionamiento, los ruidos de botas, un avión, las noticias sobre traslados, cambios, muertes, trenes... pequeños o grandes detalles que nos servirán para situarnos y conocer los avances de este periodo histórico desde ángulo diferente pero igualmente claro. A medida que leemos, somos conscientes de que cada pequeño detalle en el universo de Steiner, se corresponde con un avance del mundo exterior, consiguiendo así el realismo extraordinario de quien no pretende nada más que contar su propia vida. Y lo hace en el tono serio de quien está acostumbrado a llevar una vida seria, aunque captemos algún deje sarcástico y momentos de ternura que impregnan la novela de esa voz de quien ha vivido mucho y sabe que está viviendo algo que pasará a ser escrito en los libros de historia.
     Salvar a Mozar es una gran historia repleta de pequeños detalles. La historia de un hombre que resiste a duras penas, tentado de rendirse pero aguantando, y que, en un momento en el que muchos fueron silenciados, busca hacer del silencio su gran acto de resistencia salvando a Mozart. Un personaje cautivador, que se hace hueco en el corazón del lector convirtiéndose en inolvidable.
     Y vosotros, ¿podéis decirme algún personaje que recordéis con especial cariño?
     Gracias

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