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Tenemos las elecciones a tiro de piedra. Las promesas se han puesto a la orden del día.
Unos concretan propuestas teniendo en cuenta la crisis, otros defienden su gestión, otros se dedican a ver quien encabeza su lista y otros lanzan mensajes sin contenido.
Existen muchas variables y alguna constante que se han escuchado muy a menudo últimamente. Los barrios y la transparencia, regeneración democrática o participación. Arreglar el estropicio existente, vender un mundo de fantasía, ser constructivo o atacar sin saber. De todo un poco. El problema de todo esto es elaborar o no un mensaje y un programa electoral sobre el conocimiento del terreno que se pisa o utilizando frases hechas sin contenido. Trabajar un modelo de ciudad coherente o simplemente utilizar las polémicas que aparecen en el periódico.
Todos y todas a quienes he escuchado tienen este último defecto, repiten como papagayos las consignas que llegan de arriba y fundamentan su propuesta en las polémicas que están en candelero. Nada que ofrecer vamos. La desgracia de la ciudad de León es encontrarte con frases hechas y compromisos que cuando rascas no tienen contenido. Un ejemplo interesante es como regenerar la política. Si no ofreces nada junto al mensaje quiere decir que no buscas cambiar estructuras y entonces no ofreces fórmulas de gestión; esta consigna pasa a no ser nada. Estemos atentos al momento de darle contenido. Algunos lo tenemos fácil en este terreno, tenemos experiencias positivas y capacidad para llevarlo a cabo, otros no disfrutan ni de democracia interna.
Otra cuestión es la fiebre por los barrios. Unos barrios que todo el mundo está visitando. Hace poco escribí un artículo sobre este particular y no me extenderé mucho, pero es interesante ver la diferencia. No es lo mismo ir de paseo, a fotografiarse, que aparecer para presentarte sin hacer el menor caso a las necesidades que te exponen, y menos aún es hacer el esfuerzo de trabajar un poco antes, enseñar lo que propones y trabajar conjuntamente para fijar necesidades y prioridades. A mí me gusta este último tipo y los practico, nadie más lo hace porque algunos no quieren, los más no pueden.
Para terminar y saliendo de lo anterior, pero si relacionándolo, me ha parecido original utilizar el método de elección de los candidatos como reclamo electoral. Es un invento del PSOE, el partido que mejor juega con las formas para evitar ver el contenido. Por tanto la trampa que llega con las primarias se ha extendido entre el resto de fuerzas políticas. Salvo el PP, el PSOE, IU y UPyD describen un proceso de primarias como modelo de elección, con diferencias pero existen. Nada que objetar si hablamos de elecciones difíciles de gestionar democráticamente, es una forma de dar el voto, la voz es opcional, a las bases cuando está en juego una Candidatura a la presidencia del Gobierno o la Junta, pero a otros niveles podemos estar haciendo el ridículo.
Las primarias son un invento estadounidense, adaptado a un modelo bipartidista en el que se vota a diferentes personas contando con que el contenido de sus programas ya está escrito y apalabrado con las empresas que pagan la campaña. Una fórmula así crea problemas en un lugar con tradiciones democráticas propias como León. La tierra del concejo abierto, donde las asambleas locales de los partidos no son tan grandes, permite modelos de democracia más directa que reproducir el voto secreto en urnas cada cuatro años, que es el principal responsable del complejo antidemocrático que disfrutan todos los partidos políticos; reduce la capacidad de un militante a decirle con la palabra y el voto, en público e igualdad de condiciones, lo que piensa y propone sobre cualquier aspirante a candidato. Personalmente, las primarias a nivel local me parecen el invento de un país con una democracia muy limitada en la que se impide una participación real de los ciudadanos. Si reduces la capacidad de elegir y ser elegidos al voto cada cuatro años estás reproduciendo el modelo de democracia otorgada que deberíamos sustituir por uno más participativo. Los partidos, en vez de fomentar la participación, algunos celebramos asambleas locales cada dos meses para tomar decisiones, la limitan y asumen la introducción de un papel en una urna, sin crítica permanente entre cada votación, como reclamo electoral. Si señor el PSOE se cubrió de gloria trayendo las primarias a España y otros les han seguido el juego para tapar sus vergüenzas y escasez de democracia interna.
Soy defensor de adaptar el concejo abierto leonés a la gestión municipal, al funcionamiento interno de los partidos y fomentar con este motor tradicional de la democracia leonesa una forma de regeneración democrática que se fundamente en algo que se llame “democracia participativa”. Donde cualquier militante pueda ir a una asamblea abierta y sin represalias, ahí está la verdadera democracia, decir lo que quiera, presentarse si quiere y conocer lo que cada uno opina y vota sin necesidad de cultivar el complejo que nos obliga a no hablar demasiado, callarnos y que nadie conozca a quien he votado. Si conservamos este complejo antidemocrático y alimentamos las primarias no estaremos haciendo nada que no se perpetuar la democracia parcial y casi corrupta que ahora sufrimos. La apertura de las administraciones al control ciudadano empieza por hacer lo mismo en los partidos que pretenden representarles.
Salvar la ciudad es crear ciudadanos, los ciudadanos se crean con información y la información se consigue con transparencia, democracia y participación. La primarias, a nivel local, no lo permiten, las asambleas abiertas y democráticas si. El resto es solo palabras y tapar las carencias de liderazgo de quienes se pelean por un puesto pero no se atreven a someterse al juicio sin límites de sus compañeros y compañeras
Fuente: cronicas de mi barrio.com